Una mañana más, el mirador de la Rambla se llenó de cientos de almerienses que, disfrutando del tiempo libre que les ofrece la Feria, fueron a jugar en la carpa instalada por el Área de Cultura del Ayuntamiento y donde pueden disfrutar de casi 20 futbolines, un pequeño campo de Mini-Golf, de unas mesas de billar y de una de las consolas de moda, la Wii Sports de Nintendo.

Con un horario abierto al público de 11 de la mañana a 2 de la tarde, y de 6 a 10 de la noche, son miles las personas que ya han pasado por esta instalación desde que comenzara la Feria hace unos días.

La atracción que más gente concitó fueron los tradicionales futbolines, un juego muy español y que atrae tanto a pequeños como a mayores, que se picaban entre sí para ver quiénes eran mejores, la experiencia frente a la juventud y que dio resultados dispares sin haber una generación que pudiera ser considerada como la ganadora. A pesar de esa especie de rivalidad, lo que reinó a lo largo de toda la mañana fue un magnífico ambiente festivo en el que descartó por encima de todo la presencia de niños de no más de 15 años, que pasan sus últimos días de vacaciones previos al comienzo del curso escolar a mediados de septiembre.

El Mini-Golf instalado en el recinto demostró que los almerienses aún tienen que practicar este deporte, ya que se pudieron ver muchos 'boogies', lo que no impidió que numerosas personas se lo pasaran en grande al tratarse de una modalidad poco explotada. Por su parte, los clásicos billares, garantía siempre de éxito popular, fueron objeto de interesantísimas partidas en las que, principalmente jóvenes de entre 15 y 25 años, se batieron en duelo para ver quién era el Ronnie O'Sullivan almeriense.

Los más pequeños prefirieron enfrentarse con la consola Wii Sports de Nintendo gracias al magnífico espacio dedicado para que los niños jugaran al Ping Pong, a carreras ciclistas, atletismo, y en general todo tipo de deportes. Esta actividad no está permitida para menores de 7 años y para los que tengan hasta 12, se requiere para que puedan jugar la presencia de un mayor de edad, unas medidas de prevención que son bien recibidas por los padres que acompañan a los pequeños jugones.