Cultura

La obra ‘Trigo limpio’ de Juan Manuel Gil gana el Premio Biblioteca Breve

  • El autor almeriense obtiene un premio de 30.000 euros del certamen de Seix Barral

Juan Manuel Gil con la portada de la obra ganadora.

Juan Manuel Gil con la portada de la obra ganadora.

El escritor almeriense Juan Manuel Gil Martínez ha ganado hoy el 63 Premio Biblioteca Breve, que concede anualmente la editorial Seix Barral y está dotado con 30.000 euros, con la novela Trigo limpio, donde reconstruye una infancia perdida en un barrio periférico.

El jurado, formado por Pere Gimferrer, Olga Merino, Raquel Taranilla, Elena Ramírez y Enrique Vila-Matas, destaca que la novela “narra con asombrosa agilidad y desde el humor la fascinación por la infancia perdida en un barrio periférico, así como la naturaleza de la fabulación literaria a través de pasadizos que conectan las lecturas que todos llevamos dentro”.

Trigo limpio es una “falsa novela de detectives” ambientada entre la Almería de los años 90 y la actualidad en la que su protagonista, un narrador sin nombre que es escritor y tiene muchos paralelismos con el autor, comienza a investigar sobre un amigo de la infancia desaparecido 25 años atrás.

La finalidad del protagonista es encontrar material para escribir la novela perfecta, pero a medida que avanza en su búsqueda se da cuenta que ni su amigo ni su infancia son como los recordaba.

Durante la gala, que arrancó con un recuerdo al escritor Juan Marsé, fallecido el pasado mes de julio y ganador del Seix Barral de 1965, el jurado destacó el juego literario sobre los límites de la ficción que el autor propone en el libro, así como la agilidad de la prosa, el sentido del humor, el rescate de la infancia y la reivindicación de escenarios periféricos y marginados, como el barrio obrero almeriense de principios de los 90 donde se sitúa la trama.

La novela empieza con un “arranque que atrapa enormemente”, según Vila-Matas, en el que el protagonista se encuentra jugando un partido de fútbol cuando salta una verja y rompe a correr por la pista de un aeropuerto persiguiendo un balón, justo en el momento en que un avión se dispone a aterrizar.

“Como escena inicial es muy potente y muy fuerte. La novela ha sido construida para explicar qué ocurre allí”, señalaba Vila-Matas, que auguró, como el resto del jurado, que el libro gustará al lector y tendrá éxito: “va a ir muy bien”.

“El universo de la infancia me gusta mucho, apunta a un tema que llama la atención, que es el enigma de los amigos de la infancia, la curiosidad que se despierta cuando empiezas a investigar sobre qué ha pasado con esas personas que fueron muy importantes para ti”, destacó por su parte, Taranilla, ganadora de la pasada edición.

En su intervención, Gil, que admitió sentir “lo mismo que debe sentir un astronauta en su primer paseo espacial”, agradeció el premio al jurado y a su familia, especialmente a su madre.

“Muchas gracias a mi madre y a mi padre. Pero muy especialmente a mi madre, que desde pequeño me ha mantenido a salvo de terceras dimensiones, puertas al más allá, cortes de digestión, pozos, balsas, secuestradores y una cosa muy importante para mi madre que eran los traficantes de órganos, que debían estar a la vuelta de la esquina. Así que constantemente me hacía relatos en los que ella creía profundamente. Creo que gracias a esos relatos hoy me dedico a la literatura, ahí esta mi semilla. Y creo que gracias a ella también conservo todos los órganos en su lugar”, ironizó.

El autor explicó que cuando decidió escribir esta obra, creada durante su permiso de paternidad y el confinamiento, “partía de un deseo muy fuerte de trasladar al lector la fascinación por la literatura, por los libros que conectan con otros libros, por esos pasadizos que se establecen entre uno y otro”. Trigo limpio ha sido elegida como ganadora “por unanimidad”, imponiéndose entre los 967 manuscritos presentados este año al galardón.

En la presente edición, en la que se ha vuelto a repetir la “alarmante” desigualdad de participación entre hombre y mujeres, con un 21,5 % de escritoras y un 78,5 % de escritores, la pandemia de la COVID-19 ya se ha hecho presente en muchos de los manuscritos presentados, mientras que la crisis climática también ha emergido como una temática para explorar cuestiones políticas y sociales.

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