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La Virgen de la Peña contará el año que viene con ocho mayordomos en Puebla de Guzmán

  • La renovación de la Mayordomía, que aumenta en uno este año su número de integrantes, tuvo lugar durante uno de los actos más emotivos de esta tradicional romería: el Sermón de Súplicas que cada año pone el punto y final a la fiesta  

El emotivo momento de la toma de los pendones por la nueva Mayordomía durante el Sermón de Súplicas

El emotivo momento de la toma de los pendones por la nueva Mayordomía durante el Sermón de Súplicas / Facebook: Ermita Virgen de la Peña Puebla de Guzmán (Puebla de Guzmán)

La Virgen de la Peña, en Puebla de Guzmán, contará de cara a la próxima edición de la tradicional romería en su honor con una Mayordomía integrada por ocho familias de dicha localidad andevaleña, una más que la pasada edición, que concluyó este martes precisamente con el tradicional Sermón de Súplicas, donde aquellos puebleños que así lo desean cogen los pendones de la Virgen para ser sus mayordomos, garantizando de esta forma la continuidad de una de las fiestas romeras más antiguas de la provincia de Huelva.

De esta forma la nueva Mayordomía, que tras dicha ceremonia ya bajó los pendones de la Virgen desde su santuario en el Cerro del Águila hasta el municipio, donde permanecerán en sus casas durante todo el año y hasta el final de la próxima romería, son las familias González-Pérez, Ramos-Díaz, Ponce-Delgado y Borrego-Martín; los hermanos Suárez Olivera; y de forma individual ⁠Pedro Maestre, ⁠Leonor López y ⁠Juana Pacheco.

La toma de los pendones de la Virgen de la Peña durante el Sermón de Súplicas es sin duda el momento más emotivo de la Romería de Puebla de Guzmán en honor a la Virgen de la Peña ya que hacerse con ellos responde en la mayoría de los casos a promesas o agradecimientos muy personales o familiares hacia la Reina del Andévalo.

Los ocho nuevos mayordomos recogen de esta forma el testigo dejado este año por las familias Carrasco Barba, Pérez Malgarejo, Carrasco Domínguez, Torres Gutiérrez, González Macías y Palma Núñez, y los hermanos Cano Mora.

De esta forma, y como manda la tradición, la nueva Mayordomía empieza a trabajar decididamente desde ya para servir a la Virgen de la Peña con el principal objetivo de que se conserven todas las tradiciones y costumbres que rodean esta singular fiesta.

Entre los cometidos que estas familias tienen durante todo el año están la elaboración de dulces tradicionales, entre ellos las típicas rosas de miel, los cuales reparten entre los vecinos del municipio; así como abordar algunos de los principales gastos de la próxima edición de la romería, como es el caso de la tradicional caldereta de carne que se ofrece a los visitantes durante la fiesta, conocida popularmente como 'comida de pobres'.

Las mujeres de las familias de los nuevos mayordomos serán también durante la próxima romería las encargadas de lucir los tradicionales y singulares trajes de gabacha.

Interior de la ermita durante el emotivo momento de la toma de los pendones por los nuevos mayordomos Interior de la ermita durante el emotivo momento de la toma de los pendones por los nuevos mayordomos

Interior de la ermita durante el emotivo momento de la toma de los pendones por los nuevos mayordomos / Facebook: Ermita Virgen de la Peña Puebla de Guzmán (Puebla de Guzmán)

La jornada con la que concluyó la romería puebleña este pasado martes, 30 de abril, se inició con la recogida por parte de la Hermandad de los mayordomos salientes en sus casas, a lo que siguió la subida de la caballería con los pendones al santuario. Una vez en él se exhortó a la toma de dichos pendones por nuevos mayordomos en el marco del conocido como Sermón de Súplicas, que corrió a cargo de Francisco Feria Reviriego, párroco de la parroquia mayor de San Pedro de Huelva y canónigo maestro de ceremonias de la Catedral de Huelva.

La Romería puebleña concluyó con la bajada de la caballería de la ermita al pueblo acompañando a los nuevos mayordomos, para recorrer finalmente las calles del pueblo dejando a cada uno en su casa con los pendones.

UNA ROMERÍA ÚNICA Y SINGULAR

La Virgen de la Peña es la única imagen coronada canónicamente en la comarca del Andévalo, teniéndose constancia histórica de su veneración desde el siglo XV (1470), donde se fija su aparición. Las primeras referencias documentales relativas a los primeros cultos y expresiones festivas organizadas en su honor datan del año 1936.

Las mujeres de la Mayordomía ataviadas con el traje de gabacha portan los pendones de la Virgen durante la pasada romería Las mujeres de la Mayordomía ataviadas con el traje de gabacha portan los pendones de la Virgen durante la pasada romería

Las mujeres de la Mayordomía ataviadas con el traje de gabacha portan los pendones de la Virgen durante la pasada romería / Jordi Landero (Puebla de Guzmán)

De esta forma si por algo se distingue esta Romería es por la conservación de sus más arraigadas tradiciones, entre las que destaca la Danza de las Espadas que abre paso a la Virgen y que se realiza al son de la gaita y el tamboril. Por otro lado los caballistas cantan durante las noches coplas únicas en Puebla de Guzmán para acompañar la celebración. También destacan los trajes de gabacha y gabacho, que son las vestimentas que llevan los hombres y las mujeres que componen la Mayordomía.

Esta vestimenta se compone de una falda de terciopelo rojo o negro, con galones dorados o plateados; un corpiño ceñido de tisú o brocado con botonadura; una camisa de hilo blanca bordada en color rojo o verde; una chaqueta o casaca de terciopelo negro muy ceñida a la cadera -gabacha-; una toca blanca o cruda de tul; un sombreo negro de copa alta similar a una chistera con plumas y unas zapatillas rojas de terciopelo o brocado.

Los mayordomos de la Virgen de la Peña son elegidos el último día de la romería del año anterior, durante el Sermón de Súplicas, momento en el que se cogen los pendones y se trabaja para servir a la Peña hasta la siguiente romería.

También destacan durante la romería la gastronomía, donde sobresale la tradicional caldereta de carne que originalmente se servía a los pobres y de la que ahora disfrutan todos los asistentes; o los dulces que reparten los mayordomos, siendo los más singulares las rosas de miel.

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