Quien estuvo se lo pasó bomba en el Martín Carpena, donde se ofreció la la semifinal de la Baskeball Champions League que enfrentó al Unicaja y al UCAM Murcia. Más de 3.000 personas acudieron al Palacio para ver al equipo desde la distancia cómo se desenvolvía en Belgrado. Así que habrá que repetir en la final, que se celebrará este domingo (20:00 horas).

El Unicaja y el Ayuntamiento volverán a abrir las puertas del templo cajista para el encuentro ante el Lenovo Tenerife. El método para conseguir las entradas para acudir al partido será el mismo. Se pueden adquirir en la web del club de manera gratuita hasta final de disponibilidad. Ya están agotadas las zonas de mejor visibilidad. Hay que recordar que se trata de una pantalla gigante, no se retransmite en el videomarcador habitual sino en otra pantalla más grande habilitada para la ocasión y colocada donde está el palco de la instalación. Así que, lógicamente, hay zonas con menor visibilidad conforme se van completando las butacas de enfrente. Ya pocos minutos después de acabar el partido, cuando el club había sacado las entradas para la final, se agotaron las frontales a la cámara. Así que será una buena forma de animar de nuevo al equipo a miles de kilómetros.

Así se vivió el primer partido

Tras un largo tramo de sufrimiento, las gradas del Martín Carpena entraron en éxtasis con la reacción de los discípulos de Ibon Navarro, que lograron darle la vuelta al marcador en el tercer cuarto. Desde ese momento, el ambiente era distinto, porque ya no se respiraba esperanza, sino que era felicidad por la actuación de los suyos, lo que se podía percibir de los seguidores de la entidad de la Costa del Sol. El contraste era muy notorio tras ver cómo los suyos caían por 11 puntos en el peor momento y, después de unos minutos, ya muchos se veían en esas mismas gradas dos días después para seguir empujando a los suyos hacia su tercer oro continental y, como consecuencia, que puedan escribir otra página en la historia del club y del baloncesto en la ciudad.

Los últimos minutos fueron de tensión ante un marcador apretado con celebraciones con euforia en cada canasta y quejas en cada decisión en contra, pero todo volvió al éxtasis de minutos previos al firmarse la victoria de los malagueños por 74-80 y el consecuente pase a la final para intentar conquistar el tercer título europeo de la entidad.