La Audiencia de Almería ha absuelto a un hombre acusado de violar sistemáticamente a la hija menor de su pareja, que se enfrentaba a la misma pena que él por no impedirlo, debido a las “importantes fisuras” en el relato de la denunciante.

La Fiscalía acusaba a la pareja por un delito continuado de agresión sexual a menor de 16 años -en el caso de la madre por omisión- y de acuerdo a la ley del ‘sólo sí es sí’, “más favorable” para ellos, solicitaba penas de 15 años de cárcel y una orden de alejamiento de 500 metros durante 20 años, además de la medida de libertad vigilada durante 6 años.

También reclamaba la inhabilitación para ejercer la patria potestad durante 10 años y para ejercer cualquier profesión relacionada con menores durante tres años, además del abono de una indemnización de 50.000 euros por los daños morales ocasionados.

Sin embargo, los magistrados únicamente consideran probado que ambos acusados convivieron entre 2018 y 2022 con la hija menor de la mujer, en un domicilio de la capital almeriense.

Pese a ello, no creen que el acusado la violase casi a diario, le hiciese tocamientos en sus partes íntimas o la obligase a tener sexo oral, ni que la acusada supiese que lo hacía y que incluso culpase a la menor al ver cómo su pareja la agredía sexualmente, o desatendiese sus funciones “protectoras”.

En este sentido, según la sentencia a la que ha tenido acceso EFE, los magistrados inciden en que la única prueba de cargo que existe contra ellos es la declaración de esta menor de 14 años, la cual “presenta importantes fisuras”.

Por ejemplo, apuntan que a preguntas de la Fiscalía, la menor reconoció que sólo tuvieron conocimiento de lo ocurrido su padre biológico, su hermana y la familia de su novio, ya que eran los únicos a los que se lo había contado.

A preguntas de los letrados de los acusados, entre ellos el abogado Antonio Relaño, añadió que no creía que su madre “pudiera imaginarse nada de lo ocurrido” y que fue su padre quien le dijo que la denunciara y que creía que éste “quería hacerle daño a su madre y puede que también a su entorno”, a lo que añadió que “se ha sentido manipulada por el padre”.

“La única certeza clara que se extrae (...) es que la menor ha mantenido durante aproximadamente cuatro meses unos hechos, relatados con cierto nivel de detalle (...) alterando desde entonces su versión en lo referente a la participación de su madre, lo que nos sitúa, de entrada, ante un testimonio no persistente y con visos de inverosimilitud”.

“Admitió, a preguntas de la defensa del acusado, que creía que su padre quería hacerle daño a su madre y puede que también a su entorno. Esto nos sitúa ante un escenario no ya de falta de corroboración sino de posibles móviles espurios”, recalcan.

Asimismo, se refieren al diario de la menor, en el que “se abre en relación a diversas cuestiones reservadas, como las personas de las que se enamora o con las que tiene algún tipo de relación, lo que le sucede en casa y demás, pero, curiosamente, no hace mención alguna de los hechos aquí enjuiciados”.