Tribuna

coronel javier soriano trujillo

Subdelegado de Defensa en Almería

El castillo de Olite

EL CASTILLO DE OLITE EL CASTILLO DE OLITE

EL CASTILLO DE OLITE

En enero de 1945 la Armada alemana puso en marcha la operación "Aníbal", para la evacuación marítima de la población alemana desde la cercada Prusia Oriental hacia otros territorios al oeste de Alemania y a Dinamarca ocupada, y salvarlos de caer en manos rusas. Esta operación está considerada como la evacuación marítima más grande de la historia, ya que aproximadamente fueron evacuados entre 1 millón y millón y medio de personas, utilizando para ello algo más de 1.000 barcos de todo tipo.

Durante esta operación se produjo el mayor desastre marítimo de la historia por el número de víctimas: el hundimiento del trasatlántico "Wilhelm Gustloff" la noche del 30-31 de enero, al ser alcanzado por torpedos lanzados por el submarino ruso S-13. A bordo de este buque viajaban 10.582 personas, de ellos 8.956 refugiados. Murieron 9.343 personas. Para hacerse una idea de la magnitud del desastre, en el hundimiento del Titanic murieron 1.513 personas.

En nuestro caso, la mayor tragedia marítima ocurrida en nuestras costas se produjo con el hundimiento el 7 de marzo de 1939 del mercante "Castillo de Olite", frente a la bocana del puerto de Cartagena. Empleado como transporte de tropas por el bando nacional, de las 2.112 personas que embarcaba, murieron 1.476 personas. El hundimiento de este buque por la artillería de costa republicana constituye uno de los episodios menos conocidos y más oscuros de nuestra guerra civil y tiene su origen en la sublevación que se produjo en la Base Naval de Cartagena al mismo tiempo que el golde de estado del Coronel Casado en Madrid, en los estertores de la guerra civil. Como consecuencia de esta sublevación, la flota republicana abandonó la Base Naval rumbo al norte de África, a territorio francés, quedando internada en Bizerta (Túnez).

Controlada la Base Naval y la propia ciudad de Cartagena por los sublevados, estos solicitaron ayuda al bando nacional cuyo mando decidió el envío inmediato de tropas, organizándose la conocida como "Expedición sobre Cartagena".

En escasas 48 horas se movilizaron una treintena de buques y unos 20.000 efectivos para una misión de gran complejidad y peligro puesto que los barcos, con el máximo de tropas posibles embarcadas, debieron atravesar más de 150 millas de costa enemiga sin apenas protección. Los buques partieron de los puertos de Castellón y Málaga para alcanzar el de Cartagena que se esperaba estuviera controlada por los sublevados. Se asumía un gran riesgo en seguridad a cambio de la rapidez para alcanzar el objetivo lo antes posible.

Iniciada esta operación, en Cartagena se produjo un cambio en la situación al recuperar la 206 brigada comunista el control de la ciudad y la base naval junto con las baterías de costa que cerraban el acceso al puerto, abortando con ello el previsto desembarco.

Pero los transportes "Castillo de Olite" y "Castillo de Peñafiel", sin contacto visual con el resto de buques de la expedición, ni entre ellos, no llegaron a recibir la orden de repliegue por tener averiada la radio. El Castillo de Peñafiel, atacado por la aviación y fuego de artillería de costa republicanas, tuvo tiempo de escapar con algunas bajas entre el personal embarcado, pero el Castillo de Olite continuó su marcha apercibiéndose de la realidad de la situación cuando ya se encontraba enfilando la bocana del puerto, a la altura del islote de Escombreras. Un certero disparo de la artillería de costa lo hundió quedando apoyado sobre el fondo marino a unos 30 metros de profundidad con los cuerpos de 1476 soldados en su interior, convirtiéndolo en un verdadero ataúd flotante. 25 días después terminó la guerra.

Y así permaneció el pecio del Castillo de Olite, con los restos humanos en su interior, hasta que fue subastado para desguace en 1952. Las explosiones provocadas por la dinamita empleada para trocear el pecio lanzó a la superficie gran cantidad de estos restos humanos.

Lo que se salvó del desguace, quedó sepultado en 2003 por el hormigón y piedras empleados en las obras de ampliación de la refinería de Repsol en Escombreras.

El hundimiento del Castillo de Olite es un hecho histórico que ha quedado en el olvido premeditadamente, puesto que para el bando vencedor había que ocultar el fracaso de la expedición a Cartagena y para el bando derrotado los muertos no eran de los suyos, la mayor parte de ellos gallegos del Regimiento "Zamora", "volados" literalmente de la memoria histórica por unos y otros.

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