Carta del Director/Luz de cobre

Candidaturas y programas

Me temo que en esta campaña pasaremos de puntillas sobre los problemas de Almería. Es un plebiscito en torno al presidente

Por fin los partidos han parido las listas con las que se presentarán al Congreso y Senado el próximo 23 de julio. Parecía como si no hubiera un mañana para conocer quién o quienes nos van a representar en Madrid los próximos cuatro años, si la legislatura se desarrolla con cierta tranquilidad. La fontanería de las distintas fuerzas se han afanado y ufanado en cerrar grifos , taponar cañerías, cerrar paradas abiertas para evitar inundaciones y pacificar gallineros que amenazaban con volar por los aires por el vendaval que se avecinaba.

Al final nos encontramos con un quiero y no puedo, en el que la cordura se ha impuesto con las salidas previsibles y las entradas propuestas. Todos calmados y ahora a hacer campaña que es lo que toca. Nadie lo va a tener fácil. Esta vez si es cierto que nos enfrentamos a un plebiscito para refrendar el trabajo de Pedro Sánchez o abrirle la puerta de salida por los errores cometidos y no enmendados durante casi cuatro largos años. Creo que los ciudadanos de esta provincia tienen un escaso grado de conocimiento de aquellos que nos gobiernan o nos representan en el Congreso y el Senado. La mayor parte de los hombres y mujeres, seis en total, que llegarán desde Almería al Palacio de la Carrera de San Jerónimo son unos absolutos anónimos para los vecinos de esta tierra y, qué curioso, hemos asistido a una guerra de nombres, que para el gran público les suenan poco menos que a chino.

Poco importa el bagaje del Gobierno de España en esta provincia durante la legislatura. Aquí no se debate si el grado de ejecución de las obras del AVE que un día nos debe unir con Murcia es el adecuado; si se ha gastado lo previsto en los presupuestos generales del Estado en una infraestructura crucial para el desarrollo y la movilidad de esta tierra o, si por el contrario la apuesta es casi un fiasco.

Me temo que vamos a ir de puntillas en las propuestas hídricas. Vivimos inmersos en un sequía crónica y casi nadie parece invitarnos a decidir si se dobla la producción de agua de la desaladora de Carboneras o se pone en marcha, por fin, la anegada en Villaricos hace más de una década. Luego nos llevaremos las manos a la cabeza cuando el ecologista de turno alemán inicie una campaña en detrimento de nuestros productos porque esquilmamos los acuíferos o porque los usamos con irresponsabilidad.

Espero escuchar, aunque sea por respeto a quienes votamos a unos y otros, a otros y a unos, explicando a los que aquí habitan si vamos a disponer de más vuelos con los principales destinos del país y Europa o si, por ejemplo, la agricultura de invernadero va a tener el respeto de la Unión Europea y la protección frente a países terceros que nos corresponde o, si por el contrario, esto va a ser global y a quien Dios se la de san Pedro se la bendiga. A partir de ahí podemos pensarnos a quien votar. Decidan con libertad y criterio.

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