Ánimo a los padres de Gabriel

En el momento en que moldeo estas palabras, el pequeño Gabriel aún no se encuentra con sus padres

No les niego que costó escribir lo que van a leer. No porque no quisiera, todo lo contrario, sino porque, a veces, ponerse en el lugar de otra persona, cuesta bastante y duele. Aunque, procurando ayudar de algún modo, concluí que podría ser positivo hacerlo, incluso obligado, intentando dar ánimo y fuerzas a unos padres que deben estar pasando los momentos más duros de sus vidas. Ante ello, como aprendiz de orfebre de la palabra, que lo fui ayer y lo seguiré siendo mañana, quiero empezar esta humilde alocución con un párrafo del Mercader de Venecia. Dijo Shakespeare que el hombre que no tiene música en sí mismo y no se mueve por la concordia de dulces sonidos está inclinado a las estratagemas, a las traiciones, al mal. Las emociones de su espíritu se tornan retorcidas y oscuras como la noche, y sus afectos e intenciones tan sombríos como Érebo, ese dios tan espeluznante de la mitología griega. Por eso espetaba sin cesar, una y otra vez, que se atendiese a la música, siempre a la música, ese sonido de la fraternidad, del bien.

En el momento en que termino de moldear estas palabras, el pequeño Gabriel Cruz Ramírez, desaparecido el pasado martes en la pedanía de las Hortichuelas de Níjar, aún no se encuentra con sus padres. Espero que cuando lean estas líneas sean tan solo vocablos trasnochados, un pasado a olvidar, todo porque lo localizaron y se haya producido ya el reencuentro familiar. Las fuerzas y cuerpos de seguridad, tanto Policía como Guardia Civil, así como Protección Civil, voluntarios y otras tantas instituciones y personas más, están trabajando duro, movidas unas por la responsabilidad y seriedad de su trabajo, pero todas por el deseo encomiable de encontrar a ese niño ahora tan conocido y querido por todos los almerienses. Desde aquí pedimos que lo hagan aún más, que no desfallezcan, porque esos padres somos todos los padres. Si las Administraciones Públicas y sus recursos sirven para algo, es para esto. Si hay que tomar medidas excepcionales, las que resulten necesarias, es para esto. Para qué si no. Todo, y todos, deben estar ahora a disposición de la familia Cruz Ramírez hasta hallar y entregarle a su hijo de ocho años. Nosotros lo estamos, atendiendo siempre a esa música, la que mueve la buena labor de los servidores públicos, la bondad de la gente que ayuda incansable, la esperanza que ayudará a derrotar a Érebo y llevará a Gabriel nuevamente con sus padres.

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