BUTIFARRAS, LOS ERE Y OTRAS CORRUPTELAS

Tan despreciable es llevarse dinero para dopar elecciones, como entregarlo a terceros para dopar elecciones

La perfección del cuerpo humano, además de reconocida, debe ser objeto de admiración. Un mecanismo complejo y coordinado, una máquina completa y sin contratiempo alguno que, por desgracia, desveló estos días atrás grietas en su infalibilidad. Fue el propio Quim Torra, en un discurso ofrecido antes de su declaración judicial como investigado por los lazos amarillos, y con absoluta generosidad hacia el público, quien hizo saber a todos los asistentes de la corruptela del cuerpo, del suyo propio, a causa de la ingesta de butifarra con judías. Todo un derroche de sensibilidad y preocupación del dirigente hacia los verdaderos problemas y preocupaciones del pueblo.

Esta misma semana, tras esa gran aportación a la ciencia del presidente catalán, fueron conocidas, constatadas, otras corrupciones más serias, y tan escatológicas como aquella, en el extremo del país. La sentencia de los ERE de Andalucía apareció al año de terminarse el juicio y días después de las generales. Casualidades de la vida. Huelga explicar lo reconocido en dicha resolución judicial, por más que algunos nieguen lo evidente: prevaricación y malversación de caudales públicos, los destinados a parados de esta tierra, orquestado y ejecutado por, según la sentencia, los políticos que han dirigido y gobernado Andalucía durante décadas, un entramado de corrupción para adulterar los resultados de las elecciones.

Los ERE salpica y señala al PSOE de Andalucía, como Gürtel salpicó y señaló al PP. La corrupción no permite distinciones. Dinero público, de todos (no como decía cierta ministra), distraído y malversado. Tan despreciable es llevarse dinero directamente para dopar elecciones, como entregarlo a sabiendas indebidamente a terceros para también dopar elecciones. Si Gürtel tuvo consecuencias políticas, flaco favor se haría a nuestra democracia -esa que muchos dicen defender a capa y espada- si los ERE no las tuviera, y aún no la ha tenido. Gürtel se juzgó en términos políticos, tanto por la ciudadanía al votar, como por los propios partidos, PSOE y Podemos entre ellos, y principalmente. Esos mismos partidos, si quieren ser creíbles por coherencia, deben mantener el discurso y aplicar mismos remedios ante los ERE. No vale callar, donde antes se desgañitaban. No vale mirar para otro lado, cuando otrora pedían dimisiones. Porque, cuando los ciudadanos juzguen, la cosa puede salir por cualquier lado.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios