Sánchez e Iglesias mostraron sus diferencias, incluso con momentos de crudeza, mientras intentan pactar un Gobierno.

Los españoles ya han votado y ahora quieren volver a sus asuntos cotidianos y dejar a los políticos que hagan su trabajo.

El Gobierno andaluz puede y debe acometer mejoras fiscales y simplificar las normas. Pero debe hacerlo con responsabilidad.

Más allá de las etiquetas de "izquierdas" y "progresistas" son muchas y muy profundas las diferencias ideológicas entre PSOE y Podemos.

Las cuentas que medirán si estamos ante un "Gobierno del cambio" serán las del año que viene y los desafíos continúan.

Nadie entendería que todo siguiese igual y que los andaluces tuviésemos que seguir cargando con una RTVA que es un lastre.

Los buenos resultados del plan de choque contra las listas de espera son una muestra de que es posible mejorar la sanidad pública.

El acuerdo entre PP, Cs y PSOE para renovar a Maeztu peca de poco ambicioso y se ha limitado a una cuestión de caras.

Repetir las elecciones sería un costoso fracaso colectivo de la fragmentada clase política que no asegura tampoco una solución.

La Junta ha conseguido encapsular su realidad política y asegurarse el futuro para al menos dos años y medio.