Calor frío

Los coches van para la costa huyen de las ciudades. En la costa arrecia el frío haciendo la ilusión de veranos y playa

Pasados los pétalos caídos desde las azoteas oscuras entre el silencio sepulcral de los tambores huecos viajas de noche y no llegas al mismo sitio paras en medio de la carretera a desayunar café para estar en otro sitio y en otro lugar que más abarrotado aún ve pasar en tercera o cuarta fila capuchones azules sin posibilidad de ir a ningún lado. Pasa el cristo basto entre faroles y bastones de cobre donde todo es diferente tomas chocolate a sorbitos cerca de la catedral mientras en otra mesa están tus familiares. Hace calor y piensas en las semanas de antes donde todo auguraba camisetas y días de verano pero con las procesiones que van inundando las calles viene el viento y el frío glacial que empapa la ropa y provoca estornudos esperando durante horas en la acera. Pasan manolas sin parar centenares y los niños no dejan de coger la cera casi quemándose las manos suenan sones de banda de música marcial vuelvo entre la muchedumbre viendo salir otros pasos cruzando por medio de la procesión una y otra vez porque pasa por todas las calles, cansado y exhausto sin ganas de comer esperando como sirven kebaps a grupos nutridos esperando atrapar todos los sitios, todas las procesiones de todas partes viajando hacia la costa pasando por numerosos túneles llegando otra vez a zonas de costa tomando refrescos y recorriendo otra vez de punta a punta toda la provincia para constatar que el frío se ha apoderado de todo el aire, se necesitan bufandas abrigos gruesos en toda la noche de túnicas negras se avecinaba la negra temperatura. El primer día no hacía el calor que debería y los helados tempranos me cogieron en una mesa frente a la cual venía directa otra procesión siendo la primera vez que casi veo una procesión tomando un helado en una mesa de terraza sin apenas gente delante poco a poco veo como se sitúa la gente, como nos tenemos que ir como tenemos que ir raudos a la procesión que trae la noche oscura, como la gente busca inútilmente un sitio en las paredes, insistentemente. Los coches van para la costa huyen de las ciudades. En la costa arrecia el frío haciendo la ilusión de veranos y playa. Heladerías medio vacías, carreteras lejos de las playas sin turismos acaba poco a poco todo apenas es nada, pasan los días tan rápido. No da tiempo a mirar los cuadernillos se acaba todo y quieres atrapar un poco más como si siguiera sin estar, como queriendo que esté siempre.

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