La tapia con sifón

Menudo 'light'

La tapa sigue siendo el atractivo máximo a pesar de la reticencia de muchos hosteleros

Esta semana han destacado los atascos, no solo dentro sino en la puerta de la mayoría de los bares y restaurantes del centro de la capital (en el resto de la ciudad, de la provincia y del mundo mundial parece que ha sido similar). En muchos de mis habituales abrevaderos no he podido entrar ninguna noche. En uno de reciente apertura lo intenté a primeras horas del mediodía, pero no pude tomar un aperitivo porque no sirven en la barra y las mesas estaban todas reservadas. Y eso que solo quería un simple chato con tapa.

La tapa sigue siendo el atractivo máximo a pesar de la reticencia de muchos hosteleros. La bebida es lo de menos, porque el personal sale a comer. Del vino ni hablemos; se ven en las mesas muchas cervezas, refrescos y agua, y muy pocos vinos. La tendencia -parece que mundial- es a bebidas con poco o ningún alcohol. Antiguamente ya se rebajaba la cerveza y el vino con gaseosa; luego vinieron la cerveza "sin", la 0,0 y el vino "frizzante" de cinco grados y con espumilla. Ahora muchas bodegas se lanzan a hacer vinos sin alcohol. Y "destilados" 0,0. Entrecomillo destilados porque no sé cómo se fabrican estos bebestibles. Y es que, según dicen las encuestas, los millennials (los nacidos entre 1982 y 1994) prefieren bebidas con menos alcohol. Sólo beben vino el 20 % y la tendencia es a la baja. Y el poco que beben es mayormente espumoso y en lata, recipiente cuyo consumo se ha duplicado en el mundo en pocos años. Esta alta demanda de bebidas sin alcohol, ¿es una muestra de preocupación por la salud o una prueba más de la infantilización de los gustos? De los gustos en general, no solo en materia de bebidas. Y eso que las bebidas desalcoholizadas que he probado no me parecen ni medianamente pasables, con la excepción de algunas cervezas 0,0 (según dicen; no soy bebedor de cerveza y no tengo opinión al respecto). Sí probé hace muchísimos años, en la Feria de Muestras de Armilla, unos licores que hacían las bodegas Espadafor de Granada: Ronsin y Whissin. Eran sencillamente horribles y creo que ya no los hacen. Lo que no estoy dispuesto a probar es la ginebra Tanqueray 0,0; no sólo porque dicen los que la han catado que es "muy rara", sino porque es mi preferida para los cócteles, sobre todo para el Dry Martini, y no quiero tomarle manía a la marca.

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