La tapia con sifón

¿Coco, caca?

Soportamos un nutrido bombardeo de publicaciones sobre lo sanísimo que es el aceite de coco

Soportamos estos días un nutrido bombardeo de publicaciones sobre lo sanísimo que es el aceite de coco. Ahora resulta que es un "superalimento", calificativo que han usado recientemente diversos periodistas y articulistas culinarios. Hay varios sitios de internet dedicados a divulgar sus bondades, algunos de los cuales aportan estudios supuestamente científicos. Por ejemplo, el blog "La verdad sobre el aceite de coco" dice que "no hay que confundir el aceite de coco con el aceite de palma. Aunque ambos provienen del mismo fruto, el coco, estos aceites se extraen de partes distintas del coco y por tanto tienen propiedades muy distintas." ¡Toma ya ciencia! O sea, que el aceite de palma no se saca de la palma, sino del coco. ¡La virgen!, ¿qué estarán haciendo con las inmensas plantaciones de palma de Indonesia, Malasia o Brasil?

El caso es, como los mismos turiferarios del aceite de coco reconocen, este aceite tiene casi un 90% de grasas saturadas, pero aducen que la mayoría de ellas son ácido láurico y otros "beneficiosos ácidos grasos de cadena media (AGCM)". Este dato se basa, al parecer, en un estudio de 2008 de la Universidad Complutense y el CSIC, organismos ambos de solvencia reconocida. Lo que no dicen los defensores del "coco no es caca" es que ese mismo estudio advierte que "se requiere ingerir cantidades elevadas de AGCM para obtener efectos significativos en la reducción de peso. Los efectos sobre el metabolismo lipoproteico son controvertidos". Y añaden que "son necesarios estudios a más largo plazo para garantizar la utilidad del consumo de estos compuestos". Otras publicaciones y asociaciones médicas igualmente solventes siguen diciendo que los aceites de coco y palma son muy poco recomendables. La Asociación Americana del Corazón ha revisado ocho estudios y en siete de ellos se demuestra que el aceite de coco aumentó el colesterol LDL. Es igual, los altavoces publicitarios deben estar bien engrasados. Pensando mal, engrasados con "aceite" de las multinacionales productoras de coco. Y, de todas formas, aunque se demostrase de verdad que esa grasa no es caca, incluso que es sanísima, no veo yo la utilidad de usarla en vez de nuestro extraordinario aceite de oliva. ¿A qué juegan los cocineros y escribidores españoles promocionando el coco?

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