El callejón del gato

Empanada mental

El artículo 155, convocatoria de elecciones, Junqueras en chirola y Puigdemónt en Bruselas. ¿Y ahora qué?

E MPANADA mental, que se llama. O si no, a ver de qué otra manera se puede definir la trayectoria de los independentistas catalanes, políticos de profesión con generosa remuneración a costa de las arcas del Estado contra el que se manifiestan en combate permanente. Al amparo de lo establecido en la Constitución Española de la que reniegan, obtienen sus correspondientes actas de diputado, ya sea en las cortes Generales o en las Autonómicas. Y con la potestad que les confiere la legalidad vigente en España, convocan elecciones autonómicas a las que atribuyen la condición de plebiscito, convencidos de que obtendrán la mayoría de votos, y tendrán sobrados motivos para declarar la independencia. No les salen las cuentas; los partidos no independentistas obtienen la mayoría de los votos escrutados. Pero amigo, para eso está la ley d`hont que es la que rige en el Estado, a la que se someten sin reserva y, con menos votos, consiguen mayoría de diputados. A tomar por saco el plebiscito que lo que interesa ahora es aplicar la ley española que nos otorga la mayoría parlamentaria, a la que nos vamos a aferrar para declarar la independencia de Cataluña en base a nuestro Estatuto, al margen da la Constitución de la que nos hemos estado aprovechando para llegar hasta donde estamos. Surge un pequeño inconveniente, para declarar la independencia el Estatuto Catalán establece que se requiere una mayoría cualificada de la que carecen los separatistas. Pelillos a la mar, ese es nuestro Estatuto y, como tal, lo interpretamos de la manera que se nos antoje. Oídos sordos a los informes de los letrados de la Cámara contrarios a la declaración de independencia. Y lo que diga el Tribunal Constitucional, ídem de lo mismo, por un oído nos entra y por otro nos sale. Adelante con la independencia. Y así la declara Puigdemont en un arrebato que levanta pasiones que se desvanecen cuando de inmediato suspende su ejecución. Sí, pero no. Se le enciende una luz y decide convocar elecciones, la misma que se le apaga y somete a votación del Parlamento la declaración de independencia. Esta vez sí, Cataluña ya es una república independiente. Y… ¡plaf…! El artículo 155, convocatoria de elecciones, Junqueras en chirola y Puigdemónt en Bruselas. ¿Y ahora qué? ¿Somos o no somos una república? Lo somos pero da igual, nos presentamos a las elecciones convocadas por el Gobierno de España con arreglo a lo dispuesto en la Constitución Española.

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