El callejón del gato

Independentismo de pacotilla

Se habla del independentismo como si con la independencia se consiguiera vivir en un paraíso

Se habla del independentismo como si con la independencia se consiguiera vivir en un paraíso. El nacionalismo se reviste de un idealismo identitario con el que sueñan sus partidarios. Defienden el uso de una lengua como si hablar de una determinada manera fuese un privilegio que les estuviese vetado. Todos los líderes que pregonan el nacionalismo enarbolando banderas, se dirigen a los sentimientos patrioteros de sus fieles seguidores. Pero nada se dice de las consecuencias prácticas que se producirían en una comunidad autónoma donde prevalecen sentimientos nacionalistas, si algún día consiguiesen independizarse de España. La independencia daría lugar a la constitución de un estado nuevo cuyos habitantes tendrían una nueva ciudadanía. Hoy todos los ciudadanos españoles tienen derecho a empadronarse en cualquier ayuntamiento que pertenezca a España y es de suponer que la configuración de un estado independiente daría lugar a que sus habitantes perdiesen ese derecho. Y hablando de ciudadanías, no todos los habitantes de una comunidad autónoma donde concurren sentimientos nacionalistas, son partidarios de la independencia. ¿Cómo se resolvería el problema en un nuevo estado cuando una parte de sus ciudadanos quisieran conservar su nacionalidad española y otra parte optasen por adquirir la nacionalidad del nuevo estado? ¿Y qué pasaría con la pertenencia a la Unión Europea? Quien se unió a la Unión Europea en el año 1986 fue España que es un estado con personalidad jurídica única. La independencia supone la constitución de un nuevo estado con distinta personalidad jurídica. Está muy claro, aunque los independentistas no lo quieran reconocer, que la separación de España daría lugar a la salida de la Unión Europea. Los ciudadanos pertenecientes a un estado de la Unión Europea, podemos circular por Europa sin problemas, un derecho que perderían quienes dejasen de ser ciudadanos españoles. Los estados están separados por fronteras y sería lógico que se estableciesen en aquellas comunidades autónomas que consiguieran la independencia. Puede que todo lo dicho parezcan quimeras, pero son cuestiones que deberían de tenerse en cuenta y no se plantean cuando se trata de crear un estado independiente. A los que lideran el independentismo no les hemos oído una sola palabra que se refiera a las consecuencias prácticas y jurídicas que provocarían la constitución de un nuevo estado separado de España y de Europa.

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