El callejón del gato

Hoy el fascismo no disimula

Berlusconi alardea diciendo que se considera uno de los cinco mejores amigos de Vladimir Putin

Confieso que me impresionó escuchar al grupo que intervino en la fiesta (Viva 22) que celebró VOX cuando entonó el estribillo que decía "vamos a volver al 36". Fue noticia de un día, pero han pasado dos semanas y parece que se ha corrido un tupido velo. Me parece imposible que, hace veinte o treinta años, alguien se hubiese atrevido a subirse a un escenario y lanzar semejante mensaje a pecho descubierto. El escándalo habría sido mayúsculo. Pero hoy se respira un ambiente, que evocar un golpe de estado y una guerra civil como si estuviera justificada para acabar con la república "ilegítima", no produce el rechazo que merece. "La izquierda que gobierna ya se llama frente popular, rodeados de revolucionarios pajilleros de sofá", dice una de las estrofas que levantaban pasiones patrioteras. Hoy en Europa se respira un ambiente donde el fascismo no disimula y Santiago Abascal es un personaje reconocido en esa corriente que está contaminando las democracias europeas. La fiesta contó con la visita presencial del primer ministro de Polonia Mateusz Morawiecki y recibió mensajes de felicitación de aliados como Donald Trump, el primer ministro de Hungría Vicktor Orbán, y la recién nombrada presidenta del Consejo de Ministros de la República Italiana Giorgia Meloni, en coalición con Silvio Berlusconi. Berlusconi alardea diciendo que se considera uno de los cinco mejores amigos de Vladimir Putin del que ha recibido 20 botellas de vodka. Malas compañías con las que habría que cortar de raíz. Pero atando cabos, de Putin pasamos a su amigo Berlusconi, que ha formado gobierno de coalición con Giorgia Meloni, la señora que vino a Andalucía para apoyar a VOX en las pasadas alecciones autonómicas y se despachó a gusto lanzando mensajes fascistoides y xenófobos. Y el Partido Popular le ha dado cuartelillo a VOX compartiendo el gobierno de Castilla y León, cuyo vicepresidente, Juan García Gallardo, no se corta un pelo emitiendo declaraciones propias de su ideología fascista. Se debería de haber puesto un dique de contención que impidiera el paso a nuestro país de un fascismo que está avanzando en el continente europeo, cosa que no se ha hecho. Si a eso le añadimos los mensajes subliminales del PP cada vez que dice que el gobierno que preside Pedro Sánchez, elegido democráticamente, es ilegítimo, estamos cuestionando la propia Constitución y no está la situación para hacer concesiones a una ultraderecha que está renaciendo en Europa.

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