El callejón del gato

Mi opinión contraria

Las mismas voces de periodistas que le atribuyen el triunfo, reconocen que soltó una mentira tras otra

Con respecto al debate que se produjo entre Pedro Sánchez y Núñez Feijó, puedo estar de cuerdo con la mayoría que considera que no fue un buen debate. Con lo que no estoy de acuerdo es en considerar a Núñez Feijó el ganador, por puntos, según la opinión generalizada en los medios de comunicación. Las mismas voces de periodistas y tertulianos que le atribuyen el triunfo, reconocen, a renglón seguido, que soltó una mentira detrás de otra. ¿No resulta paradójico? Lo propio sería, si se trata de informar con seriedad, descifrar cada una de las falsedades del candidato del PP, y que cada cual haga sus valoraciones personales. Por mi parte, desde el principio del debate, conociendo el comportamiento del PP durante la legislatura presidida por Pedro Sánchez, percibí a un candidato a presidente del Gobierno mentiroso, lo que, a mi modo de ver, no acreditaba ningún mérito para considerarlo ganador de la partida, sino todo lo contrario. A posteriori, hubo algunos detalles que, a diferencia de lo que algunos comentaristas atribuyen al triunfo de Núñez Feijó, a mí me parecieron negativos a la hora de puntuar su comportamiento. Uno de ellos fue cuando Pedro Sánchez preguntó su opinión sobre el eslogan putrefacto utilizado por sus colegas de partido, sin ningún pudor, “que te vote chapote”, y no tuvo el valor de pronunciarse al respecto, probablemente mirando a la galería, por si su condena pudiese molestar a algunos electores dudosos, que podrían deslizar su voto al partido de Santiago Abascal que los recibiría con los brazos abiertos. Y lo que me pareció una patochada como la copa de un pino fue la propuesta que le hizo a Pedro Sánchez para que firmase un documento, que llevaba preparado, comprometiéndose ambos a que el próximo presidente del Gobierno fuese el candidato de la lista más votada. Vayamos por partes. Bajo un punto de vista jurídico-constitucional, nuestro sistema establece que serán todos los diputados quienes tienen potestad para elegir al futuro presidente del Gobierno, lo cual es un acierto para garantizar una estabilidad, como lo ha demostrado el gobierno Frankenstein aprobando todos los presupuestos y, entre otras leyes, la subida de las pensiones, por la parte que me toca. ¿Y se puede tener mayor cinismo proponiendo la presidencia del gobierno a la lista más votada, cuando en Extremadura la señora María Gardiola se traga sus palabras y vota con VOX, habiendo sido el PSOE el partido más votado? Digo yo.

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