Una secta en las instituciones

La caverna es oscura; merece la pena salir de las apariencias y buscar el camino del libro de pensamiento

Estos días están sucediendo cosas que pasan por alto. Mientras que las IA avanzan en la era del poshumanismo una secta se cuela entre los actos populares que aprueba el ayuntamiento. A la sazón pasa desapercibida para los ojos de la muchedumbre que no advierte de su peligro. Creo que no hace falta decir que significa secta pero si lo que ocurre cuando esta es destructiva y compra el poder para sus intereses ocultos. Lo hace con sigilo y se viste de normalidad. Para ello recurre a la imitación. De esta manera no solo asegura la alienación de sus adeptos sino la de los técnicos municipales. El pánico llega ahora: ¿qué ocurrirá cuando una secta que defiende un totalitarismo político, y viene de ideas extremas de alguna guerra mundial, pueda controlar parte del espacio común de todos los ciudadanos?

No sé si alguien ha pensado en esto pero considero que reviste cierta gravedad. Hay que recordar que la administración es aconfesional y que por lo tanto no debe hacer concesiones aún cuando existan presiones. Aranguren decía que está debía tener eticidad. En su estado de justicia la administración debía fomentar los valores de convivencia. Con este hecho esa necesidad de Aranguren no puede cumplirse. Y ahora pienso, ¿qué será de las nuevas generaciones sin valores ni formación integral en manos de una alienación programada? Parece que sigue en pie la vieja batalla de los filósofos contra los sofistas, esos que hablaban pero que no decían nada, esos a los que ahora llamamos charlatanes. Ahora la batalla se ciñe en términos parecidos. Por un lado están los que quieren que los ciudadanos piensen por si mismos (Filósofos) y los que al contrario quieren dogmatizarlos y alienarlos con una verdad que consideran absoluta y sobre la que no se puede discrepar (Sofistas). Ahora que nos acercamos a unos comicios esta es otra de las cosas a tener en cuenta ese día digno del voto. El ciudadano debe decidir qué administración desea tener y cual respeta más su pensamiento libre y autónomo. Hemos pasado épocas peores en nuestra historia y ahora debemos reflexionar si hemos aprendido la lección para que la historia no se repita. Cuidado con las sombras porque estas nos quieren meter dentro de la caverna. Ese lugar es oscuro e inhóspito y está lleno de confusión. De allí es muy difícil salir. En esa profundidad no hay libertad de pensamiento ni seguridad.

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