El callejón del gato

La vieja estación

Nunca entendí la apertura de ese bodrio de intermodal, en lugar de adaptar el viejo edificio a los nuevos tiempos

Una vez más la Estación del Ferrocarril ocupa portadas de periódicos porque, una vez más, nos cuentan que están dispuestos a rehabilitarla para no sé qué uso cultural. En un contenedor cultural, o algo así, dicen que van a convertir la vieja estación. La verdad es que cuando leí las declaraciones, con palabras muy rimbombantes, sobre el destino que le iban a dar, no me enteré muy bien a qué se referían. Lo que sí parece cierto es que lo de la rehabilitación, por esta vez, va en serio y esperemos que así sea. En Almería, donde no se puede decir que estemos muy sobrados de edificios emblemáticos, destacan tres construcciones de hierro que merecen ser tenidas en cuanta. Me refiero al Marcado Central, el Cable Inglés y la Estación del Ferrocarril. En cuanto al Mercado Central, tenemos el ejemplo de lo que se debe de hacer con un edificio de esa naturaleza. Su rehabilitación, según el intachable proyecto del arquitecto Modesto Sánchez, dotándola con modernos adelantos y destinándola al uso que le corresponde, ha sido un verdadero acierto. No han corrido la misma suerte los otros dos, ya que de vez en cuando afloran promesas de rehabilitación, sin que hasta la fecha hayan llegado a buen puerto. Y una de las cuestiones sobre las que no se acierta a concretar, es referente a la utilización de ambos edificios una vez que se acabaran las obras precisas. Si nos referimos al Cable Inglés es impensable que volviera a ser el conducto para transportar mineral, pero tratándose de un elemento que se ha convertido en un símbolo de la ciudad, su presencia ya es valiosa y merecería ser tratado con más atención, en lugar del abandono que ha dado lugar al vallado que recientemente le han colocado por su estado ruinoso. Con respecto a su uso, en el caso de que alguna vez se tomen en serio su rehabilitación, se podría convertir en un paseo con vistas panorámicas de la ciudad. Y por último no comprendo esa manía de destinar la Estación del Ferrocarril a un uso distinto del propio, cuando a lo que más se parece es, precisamente, a una estación de ferrocarril. Por fuera y por dentro. Nunca entendí la construcción de ese bodrio de intermodal, en lugar de adaptar el viejo edificio a los nuevos tiempos. ¿Por qué no devuelven a la Estación del Ferrocarril la función para la que fue construida, equipándola con los adelantos necesarios, meten la pala a esa intermodal y liberan el espacio para carga y descarga de viajeros, que falta hace?

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