El sol ha dado de lleno en la capilla de La Salle y las temperaturas ha sido prácticamente veraniegas al filo de las cuatro de la tarde, cuando la cruz de guía plateada de la hermandad de la Borriquita se ha plantado en la calle Real despertando -como siempre- un sonoro aplauso. Todo ha comenzado así. Y no ha podido hacerlo de mejor manera en un Domingo de Ramos que parece de encargo, de esos que ese evocan en los versos de un pregón.
El pregonero, Jesús Posada, ha sido precisamente el encargado de abrir las puertas del templo acompañado de la alcaldesa dando cumplida cuenta de lo que manda la tradición, para que todo se haga como se debe. Forma parte del rito del Domingo de Ramos que tiene en la salida de la cofradía lasaliana su primer gran momento: el más esperado por aquello de que supone el principio de la semana soñada durante todo un año pero también por ese matiz entre nostálgico y candoroso que desprende el cortejo de los hebreos portando sus palmas a medida que avanzan por la calle Real.
Ellos han sido los encargados de poner el contador a cero una vez que el anhelado Domingo de Ramos se ha hecho tangible. Y con ellos, el cronómetro de la Pasión ha empezado a correr fugazmente. Apenas en unas horas, La Isla asistirá a la primera recogida cuando la cofradía deje atrás la gloria de las Siete Revueltas. Y antes de que termine de salir la cofradía se ha visto ya a los elegantes nazarenos de capa y antifaz de terciopelo de Columna dirigirse hacia la Iglesia Mayor Parroquial mientras que en La Ardila, Humildad y Paciencia, ya se ha puesto también en camino a las cinco de la tarde.
Así es la Semana Santa: una sucesión sin tregua de momentos que se escapan pero también que se disfrutan, qué duda cabe. Y la salida de Borriquita desde la pequeña capilla del colegio de La Salle es desde luego uno de los más cofrades que brinda esta primera jornada, con las saetas de Manuel Lucas -que no falten ningún Domingo de Ramos- las emotivas primerás levantás y las alegres marchas que corresponden a una hermandad como esta, esta vez a cargo de la agrupación musical de Nuestro Padre Jesús de la Humildad de Lebrija y a la banda de música de Pedro Álvarez Hidalgo, que no se ha olvidado de hacer sonar los himnos del Domingo de Ramos isleño.
En el misterio, además, han podido verse los primeros trabajos del dorado de la talla -obra de los Hermanos Caballero- y la simbólica imaginería que da forma a las cartelas de Mariano del Pino. Y en el palio de la Virgen, un lazo con el lema de la Hermana Cristina: orar, callar, sufrir... Los gestos de adhesión a la causa de la religiosa carmelita han sido, de hecho, generalizados en esta brillante jornada.
El estreno de la Carrera Oficial
Aunque si la tradición manda estrenar el Domingo de Ramos, La Isla ha estrenado ni más ni menos que una nueva Carrera Oficial, con nuevos palcos, nuevo diseño y una nueva configuración que hace uso de la remodelada plaza del Rey y aprovecha la fachada del Ayuntamiento isleño para brindar un monumental telón de fondo al escenario de la Pasión.
El paso de las cofradías por el recorrido oficial -Borriquita ha sido la primera a eso de las seis de la tarde- ha sido un momento pletórico de la tarde en el que San Fernando ha brindado la mejor imagen de su gran Semana Santa.
Ha sido un momento clave en el que un público multitudinario se ha repartido entre dos focos principales del centro de La Isla: la plaza de la Iglesia, donde la cruz de guía de Columna marcaba ya el inicio de su recorrido detrás del palio de Borriquita; y la plaza del Rey, donde los palcos llenos de gente arropaban al misterio de Cristo Rey en esos nuevos giros que dan carácter a la nueva Carrera Oficial.
En La Ardila
La hermandad de Humildad y Paciencia ha emprendido su largo recorrido hasta La Isla a las cinco de la tarde dejando en la salida esa populosa estampa que brinda el barrio de La Ardila arropando al cortejo de la cofradía en esas grandes avenidas que recorre para acercarse al centro y ganando siempre terreno, apenas entreteniéndose su cuadrilla de la JCC con unos pasos atrás en la rampa de San Servando y San Germán.
Esa imagen renovada que brinda el paso de misterio, con los sayones y los romanos que estrenara en 2018, le ha dado un nuevo tirón en la calle a esa cofradía que siempre ha tenido una señas de identidad muy definidas, como ese palio único en el que procesiona la Virgen de las Penas acompañada de San Juan y de la Magdalena y que este Domingo de Ramos ha vuelto a contar con las marchas de Agripino Lozano. Por cierto, que los componentes de la antigua banda de la Cruz Roja han estrenado su nueva uniformidad -siempre verde, por supuesto- en la Semana Santa isleña.
La hermandad, además, a su paso por el centro de UPACE de la avenida Al Ándalus, ha repetido ese gesto tan entrañable con los usuarios que forma parte ya de estos momentos iniciales de la Semana Santa isleña.
Cornetas en el misterio de Columna
Espectacular ha sido también la imagen que el misterio de la hermandad de Columna ha brindado en su salida y a su paso por la Carrera Oficial, acompañado por primera vez por la banda de cornetas y tambores de la Caridad (Santa Marta) de Jerez, que ha reforzado ese estilo que la hermandad lleva años trabajando con esplendorosos resultados en la calle: sobrio, elegante y, sobre todo, de lo más cofrade.
El palio de las Lágrimas es toda una síntesis de esa consigna que ha hecho ganar muchos puntos al Domingo de Ramos, como esta tarde ha vuelto a poner de manifiesto.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios