Tras una larga espera, la antigua iglesia de San Hermenegildo empieza a ver la luz. Hace unas semanas ha comenzado la instalación de todo el andamiaje necesario para la restauración de las maltrechas cubiertas y fachadas del templo fundado por los jesuitas en el siglo XVI. Han pasado 17 años desde que el céntrico edificio fue cerrado tras la aparición de unas fisuras en la bóveda. Tras los importantes estudios realizados se constató un posible proceso de fallo estructural que ha debido sufrir la cubierta, que ponían en riesgo su integridad. Además, eran muy importantes las filtraciones que amenazaban la fabulosa cúpula de yeserías que adorna el interior. Este viernes se instalará la gran sobrecubierta que permitirá a los operarios trabajar sin que las inclemencias meteorológicas puedan afectar a su valioso interior.

Ya se pueden ver en la Plaza de la Concordia, que ha sido vallada en gran parte para que se puedan desarrollar de la mejor manera posible los trabajos, estas grandes estructuras metálicas que se instalarán sobre la cubierta de tejas y que permitirá que se pueda empezar a desmontar las tejas para acceder a la cubierta y ver cuál es su verdadero estado de conservación. El proyecto plantea la recuperación de la estructura de madera original pero hasta que los operarios no puedan acceder a ella no sabrán en qué porcentaje será posible y cuántas piezas hay que sustituir.

La cubierta central fue ejecutada íntegramente con una estructura de madera mediante cerchas y pares para conformar esta geometría octogonal, inspirada en la Sala Capitular de la Catedral de Sevilla. Los estudios previos que se realizaron para poder redactar el proyecto de intervención revelaron que la cubierta de madera había sufrido procesos patológicos a lo largo de su vida útil que han dado lugar a su actual degradación.

Piezas de la estructura que se instalará sobre la cubierta.

Esta pieza se había reforzado en dos intervenciones diferentes: los empotramientos se fortalecieron con refuerzos metálicos revestidos de fábrica y mortero y también se instalaron refuerzos con jabalcones de madera en aquellos pares que estaban rotos. El informe de daños advertía también de pudrición por hongo blanco generalizada, ataque de xilófagos y falta de algunas piezas, presencia de carcoma gruesa, roturas en los encuentros de las cerchas con los tirantes, o fisuras importantes y desprendimientos.

La bóveda encamonada presenta fisuras como consecuencia de las deformaciones que ha podido sufrir por los empujes de cubierta y deformaciones en los muros. La mayoría de las fisuras se concentran hacia el faldón oeste de la cubierta, zona donde se ha producido el fallo estructural de las cerchas de la misma.

Uno de los objetivos de la actuación que acaba de comenzar es detener el deterioro que sufre la bóveda encamonada bajo la cubierta a consecuencia de la entrada de aguas, para preservar las pinturas y relieves de gran valor que se encuentran en este elemento. 

Instalación de los andamios en San Hermenegildo.

De esta forma, se llevará a cabo el desmontado por completo de toda la cubierta de madera y de las cubriciones y muretes laterales, para colocar estos nuevos refuerzos metálicos y proceder a su restauración integral. La gran estructura que será colocada este viernes servirá para ello y para que los trabajos se puedan llevar a cabo con todas las garantías en caso de lluvia, ya que cuando se retire el tejado el interior quedaría a la intemperie.

El coste de esta primera fase de la rehabilitación en la cubierta y las fachadas tiene un coste de casi 800.000 euros y durará unos 12 meses. La empresa adjudicataria es Joaquín Pérez Díez. Los trabajos en el interior para recuperar las interesantísimas yeserías y pinturas quedan pendientes de una segunda fase. La rehabilitación integral del edificio se calculó hace unos años en más de 1,6 millones de euros.