Ayuda a los parados

Según datos de contabilidad nacional la producción española ha recuperado los niveles de antes de la crisis

La recuperación ha llegado a todos y vamos a mejorar las ayudas a los parados de larga duración. Esta frase, pronunciada en la tribuna del Congreso la semana pasada, es una contradicción en sí misma. Hay dos posibilidades. Una que llega a todos y por tanto no hacen falta planes. Al volver a trabajar dejan de ser desempleados de larga duración. Otra, que no ha llegado a todos y esos desempleados necesitan ayudas. La opción correcta es la segunda. Según datos de la contabilidad nacional del segundo trimestre, la producción española ha recuperado los niveles de antes de la crisis. Se ha logrado con 1,7 millones de ocupados menos. Producimos más con menos gente y casi todo le empleo que falta para igualar al del 2007 es en Construcción. El paro de larga duración seguirá aunque haya empleos sin cubrir, con su secuela de desprotección y pérdida de ingresos.

Que una parte de la sociedad vuelva a irse de vacaciones o comprarse coche, mientras otra se convierte en la parte sin parte, que diría Zizek, es éticamente cuestionable, y socialmente peligroso. Los políticos tienen un excelente olfato para captar el peligro y las elecciones son el momento de la venganza de los electores. La ayuda a estos parados será el tema del otoño laboral. Difícil es, sin embargo, que el PREPARA sea la solución. Se aprobó por el Gobierno Zapatero cuando Europa se oponía a nuevas prestaciones por desempleo. Indiferentes a las causas del paro en nuestro país concluyeron que se necesitaban políticas activas que capacitasen a los desempleados para los nuevos empleos, sin saber cuáles. Así surgió el PREPARA, llamando subvención a lo que era una ayuda, para que pareciera política activa como quería Europa.

Al llamarla así se creaba el siguiente desaguisado. Esta es la España autonómica, celosa de sus competencias, aunque no sepan usarlas. EL PREPARA acabó en el Constitucional que acaba de sentenciar que la que la gestión corresponde a las Comunidades, no al Estado. Total, que no hay plan. La solución de urgencia será que las Autonomías deleguen la gestión en el Estado. Es decir seguir como antes. Además, hay planes similares, PAE, RAI que no son subvenciones, menos mal. Esperemos que a partir de la reunión de hoy entre agentes sociales y Gobierno se empiece a corregir todo esto, sabedores de que el paro de larga duración se llama así porque dura mucho, no seis meses.

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