Miércoles de ceniza

La única verdad de la vida, fiel expresión de la Iglesia, que cree en la resurrección del cuerpo y el alma

Tras el martes carnavalesco de piñata, este miércoles día 14 de febrero, de forma simultánea, nos llega, por un lado, la apócrifa festividad de San Valentín, que simboliza, especialmente, a nivel comercial y de hostelería un momento personalísimo para testimoniar el enamoramiento en la pareja con cierto toque de sensualidad pasional, y, por otro lado, este 14 de febrero es Miércoles de Ceniza, comenzando con este señalado día en la liturgia católica el periodo de la Cuaresma, que nos llevará tras cuarenta días, entre ayunos y abstinencias, a la Semana Santa, la Redención y la Pascua de Resurrección.

Un periodo intenso en los Misterios de la Fe, a pesar del laicismo aconfesional impuesto a la sociedad española, que gracias a la religiosidad popular manifestada por las Hermandades y Cofradías de penitencia en concordancia con las de gloria o patronales, mantienen el espíritu católico durante estos fechas cuaresmales al hacer realidad presente la Pasión, Muerte y Resurrección del Hijo de Dios y del Hombre, Jesús de Nazaret.

Miércoles de Ceniza como los viernes de Cuaresma y el Jueves y Viernes Santo, se nos recomienda a los creyentes practicantes el ayuno y la abstinencia, cuyos gestos de mortificación de los sentires deben de tener un sentido de caridad y solidaridad hacia el prójimo más necesitado. Hace más de 40 años, en los templos con un aire trémulo iluminado con la tenue luz de los velorios de cera y el aroma a incienso, recibíamos con unción de manos santas de un sacerdote, revestido con los atributos eclesiales, la imposición de la ceniza en la frente haciéndonos la señal de la Santa Cruz con la penitencial expresión “Memento homo quia pulvis es et in pulverem reverteris”, “recuerda hombre que polvo eres y en polvo te convertirás”. La única verdad de la vida, fiel expresión de la Iglesia, que cree en la resurrección del cuerpo y el alma, aunque ahora se ha generalizado con rebajada solemnidad otra locución piadosa más sinodal “Conviértete y cree en el Evangelio”. En este mundo de globalización mercantilista con marcadas influencias en la vida pública de agnosticismo y ateísmo, que pretenden desvirtuar la inmutable y eterna verdad histórica de la venida del Verbo de Dios a redimir a la sociedad con el mensaje salvífico más importante para vivir la vida con plenitud cristiana en este periodo cuaresmal, entre el morado y el negro ruan, y blanco esperanza: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

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