El Cartaya iba sobre aviso de lo que se iba a encontrar. Igual lo conocía el Bollullos. Pues bien, en la primera parte sólo se aplicó el cuento los locales, que salieron como si no hubiera un mañana. Presión arriba, muy abierto el campo y discutiendo cada centímetro del campo. En el otro costado, desaparición de todos los violinistas. El único que se aplicó le lección fue Antonio Molina, que lo intentó una y otra vez. Por ahí el único argumento del Cartaya en ataque. Como entenderán, demasiado poco para una defensa local a la que le sobró la aplicación para sostenerse. Mientras, como decimos, Ponce, Miguel Fernández, Juanma Galán y Lolo, off en todos los sentidos del juego.

Así la cuestión, solo faltaba alinearse con el tiempo para sacar colores y resultado. Y lo logró Manu Romero en el 29 de juego, al rematar un pase de cabeza de Álex Rubio. Ya con anterioridad, el equipo de Mario Rodríguez, amenazante siempre, reclamó un penalti y obligó a Marco Montaño a realizar la parada de la tarde. A todo eso hay que añadir que el portero rojinegro le paró un penalti por manos dentro del área del Cartaya a Rubio, ya en el descuento de la primera mitad. Todo eso determinó superioridad local pero al mismo tiempo sin daño colateral extraordinario para el Cartaya, que dio la impresión de salir más ileso de lo que merecía.

Dicen que las cosas son susceptibles de empeorar y eso, exactamente eso, fue lo que le ocurrió al Cartaya cuando se esperaba recomposición. Amate metió dos cambios y poco después otros tres. Ni por esas. Porque el Bollullos, a los tres minutos de iniciarse el segundo tiempo se cobró lo que no pudo en la primera parte con el fallo del penalti. Dani Romero botó una falta que fue un obús que metió pelota y portero dentro de la portería. Golazo de los que sentencian un partido y meten a la afición en el campo. Porque si hasta llegar ahí la gente estaba expectante por lo que pudiera generar el Cartaya, a partir de ahí comenzó a disfrutar de lo lindo.

El partido se lleva por delante todo lo que había construido el Cartaya, en cuanto a sensaciones, hasta llegar este punto de la Liga. Sale de Bollullos sin sensaciones ni resultado. Por el contrario, el equipo de Mario se refuerza en su estilo y desató la tormenta que tenía contenida. Es, en definitiva, un paso al cielo del Bollullos y otro, pero para el purgatorio, del Cartaya, que tendrá que hacer balance y examen de conciencia. Hay algo que no cuadra. Porque jugando muy bien apenas ha tenido rédito y queda claro que cuando juega mal o no aparece por el partido, palma.

No convendría señalar a nadie porque ellos mejor que nadie saben que tienen que dar mucho más. Y hay algunos que llevan en el déficit más tiempo del permitido.

El cuadro condal fue justo vencedor ante un rival que apenas dio señales de vida.

En cuanto al Bollullos, ha dejado claro que no se negocia ni el pensamiento ni el estilo, salga el sol por Antequera. Y esa insistencia es la que, de momento, le está permitiendo navegar con el sol de frente. Según dijimos en la previa, el único que cumplió fue el Bollullos, que hizo suyo el partido con Kevin y Alex Rubio a los mandos y con el acompañamiento de toda la orquesta. Del Cartaya ya está todo dicho. Toca encerrarse y hablar. Porque la Liga no perdona y en esta ocasión en tierras condales, la vida le enseñó que vienen curvas y además muy severas.

Ficha técnica

Bollullos: Maqueda, Clavijo, Antonio José, Alberto Feria, Álex Rubio (Álvaro), Dani Romero, Parra, Alvi, Vega (Melo), Manu Romero, Kevin (Sergio).

Cartaya: Marco Montaño, Ale Barragán (Novoa), Francis Ruíz, Mario Díaz, Ponce, Miguel Fernández (Toni Gabarri), Lolo Contreras, Juanma Galán (Rubén Cabeza), Antonio Molina (Tavira), Pepe, Fran Palma (Wojcik).

Goles: 1- 0 min.29 Manu Romero; 2 – 0 min.48 Dani Romero;

Árbitros: Jiménez Villalba, del colegio ceutí. Mostró cartulina amarilla por los locales a Kevin, Maqueda, Alberto Feria y Ale Rubio; y por los visitantes a Ponce y Marco Montaño.

Incidencias: Estadio Eloy Ávila Cano. Unos 500 aficionados.

RESULTADOS

CLASIFICACIÓN