La gestión de los residuos

Las mil vidas del plástico

  • Lipasam recicla al año 2.500 toneladas de este residuo, el 75% de lo que se tira

  • Su transformación permite reutilizarlo en la construcción y la confección textil

El reciclaje del plástico

El reciclaje del plástico / Belén Vargas

La muerte de una ballena en Tailandia –tras ingerir más de 80 bolsas de plástico– levantó hace unas semanas la alarma social sobre el uso de este material que no conoce fin. La nueva ley ambiental, que entrará en vigor el próximo 1 de julio, persigue la utilización moderada de este tipo de envoltorio. Para conseguir dicho fin establece un cobro por cada bolsa que empleen los consumidores. Las empresas que se encargan de la recogida de residuos, como Lipasam, llevan años concienciadas de la necesidad de reciclar los envases para su posterior uso, una utilidad desconocida por buena parte de la población y que permite que anualmente se recuperen más de 2.500 toneladas de plástico, el 75% del que los sevillanos tiran.

Planta de Reciclados Plásticos La Red. Polígono industrial Laguna Larga. Alcalá de Guadaíra. A casi 37 grados una grúa –a la que los trabajadores de esta compañía denominan “el pulpo”– recoge centenares de envases de plástico que han llegado en balas. “Lo bueno que tiene el plástico es que, a diferencia de los restos orgánicos, no huele”, refiere Emilio Benítez, jefe del servicio de I+D+i de Lipasam. La falta de olor no evita que acudan numerosas moscas que hay que apartar continuamente de la cara. La inmensa instalación parece una versión actualizada de las Postrimerías de Valdés Leal. Restos de plástico por doquier. “Aquí ya llegan tras un primer tratamiento”, explica Carmelo Justo, director general de La Red. Su comentario se evidencia cuando se observa el estado de los residuos. Casi todos están aplastados, lo que facilita su tratamiento y reciclaje.

Aquí se procede a la última fase para regenerar el plástico. Pero este procedimiento comienza en la casa de los consumidores, cuando se procede a tirar la basura. Los contenedores amarillos están pensados para este material: botellas, bandejas, tubos de pasta de dientes, blisters (recipientes farmacéuticos) y bolsas. También se recogen envases metálicos (latas, conservas, aerosoles y tapas), de madera y corcho (cajas de frutas y tapones) y briks (de bebidas o alimentos).

Comienza a funcionar el sistema integrado de gestión (SIG) del plástico a cargo de la empresa Ecoembes, una entidad privada que, en coordinación con todos los agentes implicados en el proceso de reciclaje (empresas, ciudadanos, ayuntamientos y recicladores) gestiona la recuperación de los residuos, su posterior tratamiento y la nueva puesta en el mercado. En este punto de arranque se sigue observando un déficit por parte de los ciudadanía, ya que un 15% de la basura acumulada en los contenedores grises –pensados para los restos orgánicos– es plástico. “Hay que insistir en la recogida selectiva. Ahora nos vamos a centrar en la restauración”, refiere Benítez. Con este fin, Lipasam ha puesto en marcha recientemente un nuevo sistema para depositar los residuos que genera la hostelería. La iniciativa se lleva a la práctica en 200 negocios, ubicados en los distritos de Triana, Los Remedios, Palmera-Bellavista, Sur y Nervión, a los que se les han entregado más de 175 cubos y papeleras para separar la basura.

El reciclaje del plástico El reciclaje del plástico

El reciclaje del plástico / Belén Vargas

En 2017 los sevillanos depositaron en los contenedores 3.378 toneladas de envases de plástico, una cifra ligeramente superior a la de 2016. Entre enero y abril de este año se han recogido 1.293. Estos desperdicios son trasladados por vehículos especializados a la planta de tratamiento de la mancomunidad de los Alcores, donde está integrada la ciudad de Sevilla. Es el conocido como centro de residuos sólidos urbanos Montemarta-Cónica, en Alcalá de Guadaíra, gestionado por Aborgase. La planta posee una línea de selección específica para los envases, que pasan, a través de cintas transportadoras, por sensores que realizan una separación automática. En el caso del plástico, se distinguen por tipo.

El material llega apilado a La Red, que cuenta con varias plantas. Una de ellas está dedicada exclusivamente a las bolsas de plástico, otra para envases agrícolas, la tienen también para los envoltorios industriales y la de pos-consumo, coordinado con Ecoembes. En estas instalaciones la separación es mucho más precisa. Se cuenta, para ello, con una tecnología muy sofisticada, además de recursos humanos que facilitan la tarea. De su actividad dependen 450 familias. El reciclaje, por tanto, se convierte en una fuente incuestionable de empleo.

Una vez aquí, la intención es aprovechar al máximo las posibilidades que ofrece el plástico. El material que no se recicla se convertirá en combustible. Cada planta cuenta con un laboratorio para la valoración energética. “El plástico desechado sirve de combustible para las cementeras. Los profesionales se encargan de vigilar los niveles de cloro, que crea sal y puede ser corrosivo”, detalla Justo, quien aporta un dato curioso:el 90% de las bolsas de basura son de material reciclado.

La reutilización requiere de varias fases. Una vez que se han separado los tipos de plástico mediante sensores y láseres, el reciclaje se lleva a cabo por líneas diferentes para evitar en lo posible la mezcla de unos con otros. A continuación, se realiza una división por colores para reducir el consumo de colorantes. Cuando ya están clasificados, se trituran, se lavan para eliminar las impurezas y se secan. Posteriormente, todos se vuelven a mezclar en un gran silo como paso previo a la transformación en granza. El material ahora está reducido a pequeñas partículas –polímeros– que se asemejan al confetí que se usa en las fiestas. Están homogeneizados en forma y textura.

Para la última fase, los polímeros se someten a una inyección de calor de 220 grados hasta convertirlos en hilos que se depositan en una bañera de agua fría. Tras una nueva filtración, en la que se les resta cualquier impureza que aún mantengan, son cortados por una cuchilla giratoria hasta obtener la granza. Esta pequeña lenteja es el material requerido para la fabricación de nuevos elementos.

El plástico reciclado está muy presente en la sociedad actual. La mayoría de los juegos de los parques infantiles están fabricados con este material. Incluso, como advierte el director general de La Red, muchas enseñas de moda juvenil confeccionan sus artículos a partir de esta materia prima para abaratar su precio. Las mil vidas del plástico.

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