El pasado viernes se reunió el alcalde de la capital con sus homólogos de Granada y Guadix para apoyarlos en su reivindicación de que se ponga en marcha la línea ferroviaria Guadix-Baza-Lorca. El plan es que se integre Granada en el Corredor Mediterráneo que, de momento, se está ejecutando por la costa pasando por la capital almeriense. ¿Qué interés tiene la ciudad de Almería en ese desvío? Un desvío que ya sufrimos una vez y nos costó muchos retrasos en la Autovía del Mediterráneo, ya que se proyectó en tiempos de Franco pasando de Murcia a Granada y de ahí a Málaga, dejando Almería en medio, tan arrinconada y abandonada como siempre.

Menos mal que en los años ochenta se consiguió cambiar el proyecto y se ejecutó la autovía desde Puerto Lumbreras hasta Adra, incluida la circunvalación de Almería que se acabó a principios de los noventa (vino el ministro Borrell a la inauguración).

Según creíamos, estamos peleando desde hace bastantes años por una salida ferroviaria mediante el AVE. Por fas o por nefas se estableció que esa salida tenía que ser vía Murcia, y nos pareció bien porque era la salida más lógica hacia Europa. Cuando todavía este proyecto está en tenguerengue, aparecemos con una nueva reivindicación. ¿Es que hemos cambiado de prioridad? Porque Granada pretende, con este "nuevo" corredor, conectarse con el eje Algeciras-Francia, que es el que la Junta de Andalucía antepone y prioriza sobre nuestro modesto Mediterráneo.

Entonces, ¿qué pinta ahí la ciudad de Almería, sabiendo que nuestro objetivo es otro? Nos parece bien que todo el mundo se busque la vida y apriete donde cree que puede sacar tajada. El inconveniente para nosotros, insistimos, es que como los dineros no son elásticos, lo que consigan llevarse para ese eje granadino va a ir en detrimento de nuestra ya tan retrasada línea del AVE con Murcia. O sea, que no se puede estar en el plato y en las tajadas. Ni tener teta y sopas. ¿O es que queda algún iluso que piense que se pueden conseguir las dos cosas simultáneamente? Así lo entienden también, por los visto, los empresarios almerienses que, mientras nuestro alcalde estaba en Granada, ellos estaban en Barcelona en el VIII Encuentro Corredor Ferroviario del Mediterráneo.

Parece que no vamos a escarmentar nunca. La pelea entre pobres se puede comparar con el dicho de la pelea de los perros por la longaniza, cuando resulta que no hay longaniza.

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