De vez en cuando, alguien inventa la pólvora y/o descubre el Mediterráneo. Es el clásico fenómeno llamado adanismo, que de vez en cuando barre las mentes y borra las ideas. El que ignora el pasado y la historia, cuando se le ocurre una idea más vista que las cortinas de saco, como ignora que eso ya lo pensaron varios cienes de sus antecesores, se cree que acaba de tener una idea original. Es curioso que por más que se repita siempre quiere aparecer nuevo; y lo mejor es que nunca abandona la pretensión de conseguirlo. Evidentemente, el origen de esta mentalidad procede, como hemos dicho más arriba, de la ignorancia. La cual, naturalmente, va acompañada siempre por la osadía. Si el ignorante tuviera la más mínima duda sobre lo que quiere presentar como original, se tentaría la ropa antes de piar.

Un caso, no demasiado importante, se da ahora con la "nueva" moda del "clean eating" que, como se decía en el anticuado idioma español, es comer limpio. No se refieren los "originales" influencieros a lavarse las manos y las verduras, sino a comer cosas naturales (?), cocinar en casa, no comer ultraprocesados…o sea, lo mismo que se viene recomendando desde múltiples foros científicos hace ya bastantes años. ¿Dónde está entonces la novedad de la tendencia? ¿Será en inventar el fuego para asar y la cerámica para cocinar con agua? ¿O en dejar macerar las carnes hasta su ablandamiento cuasi putrefacto? Porque no se sabe, puesto que en las redes hay interpretaciones muy heterogéneas del término, es si se busca una nueva sofisticación o una simplificación complicadora. El caso es vacilar, quizá se trate sólo de eso.

En la vida política es cada vez más habitual reinventar repúblicas federales (en España, cantonales), dictablandas, censuras previas con la excusa de la pureza democrática, espionaje social con la excusa de la seguridad…A veces, ante otra oleada de adanismos, se pregunta uno si será solamente una manifestación más de la moda que, de vez en cuando recupera los pantalones de campana, los jerseliyos por el ombligo, la raja de la falda y tantos otros pretendidos cambios que no son más que dar vueltas a la noria, con nombres nuevos como vintage o camp. Esta noria de las modas, con la excusa de la novedad (falsa, casi siempre), lo única que busca es vender. Una falda o un partido político. Parece que lo novedoso siempre vende, aunque no sea nuevo. El adanismo viene a ser el instrumento y el objetivo a la vez.

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