La reactivación económica ha animado el mundo laboral en nuestra provincia en un trimestre, el tercero del año, caracterizado tradicionalmente por aumentar el desempleo debido a la interrupción de la campaña agrícola tan intensiva en mano de obra que otros sectores, como la hostelería, no compensan. Así ocurría antes de la pandemia. En 2019, el paro creció en verano en 11.600 personas. Este año, baja en 700. El año pasado también descendió. Pero son as excepcionalidades del rebote tras los cierres. La comparación debe realizarse con "antes del covid"

La tasa de paro baja al 21,41%. Tras la de 2019, es la menor en el mismo período desde la crisis del 2007. En realidad la situación es la mejor hasta la fecha, pues nunca había habido tantas personas ocupadas -con empleo- en este trimestre. El total es de 284.400, un 6% que en 2019 (hasta ahora el mejor verano de la serie histórica).

La tasa es, sin embargo, más elevada, porque la población activa (los que trabajan o buscan empleo) supera en 27.600 personas a las de hace dos años. Hay que remontarse hasta 2012 para encontrar un número de activos similar, solo que entonces el total de parados fue de 143.700 y ahora es de 77.500.

¿Por qué ocurre? Por un lado la recuperación de la actividad hace más fácil encontrar empleo y, por tanto, como en todas las recuperaciones, quienes no buscaban uno porque no confiaban en encontrarlo se incorporan al mercado laboral al aumentar las expectativas de tener un trabajo. Pero otra parte de ese aumento de población activa recoge el factor incertidumbre. El temor a que otros miembros de la unidad familiar pierdan el empleo, la reducción de ingresos por los EREs o la subida de los precios, conduce a la búsqueda de empleo a quienes -por ejemplo, el cónyuge- no pensaban hacerlo.

Bien, iniciamos el tradicionalmente mejor trimestre para el empleo en Almería, por lo que es esperable una significativa reducción del paro. Con estos mimbres y con otros menos halagüeños afrontaríamos, así, 2022. Con más empleo pero con menos poder adquisitivo, por cierto, debido a una inflación que de no controlarse no sólo nos hará más pobres, también afectaría al empleo. Eso explica el aumento de la contratación temporal frente a la fija (por si acaso) y que aumenten las horas extraordinarias en lugar de efectuar nuevas contratación. Es un aviso. De seguir, empezarían los despidos por reducción de la actividad. Veremos.

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