República de las Letras

Igualdad territorial

¿Igualdad Dígaselo usted a ese joven que tiene más oportunidades en el País Vasco y Cataluña que en el resto de España

Tanto PP como PSOE defienden la igualdad entre los españoles, o eso es lo que dicen, en las negociaciones para formar gobierno. Pero ese concepto, el de igualdad, no es el mismo para unos que para otros. Para el PP, como vimos con ocasión de aquel referéndum en Cataluña, igualdad es mantener el estatus del 78, si es preciso, por la fuerza, como se hizo entonces. Para el PSOE, esa igualdad está basada en el diálogo político con las fuerzas independentistas, ahora tan necesarias a unos y otros para poder gobernar. El intento de Feijóo de eludir el apoyo de las fuerzas periféricas mediante la súplica al PSOE –tan denostado antes– para que le deje gobernar al menos dos años parece responder más bien a la necesidad de salvar los muebles dentro de su partido, y suena a bendodismo, a maniobra al estilo sevillano, tan fuera de lugar en Madrid.

Pero todo eso no es sino demagogia barata. Cortinas de humo para desviar la mirada de la gente del verdadero problema acerca de la igualdad entre territorios. Porque la realidad es que España está dividida. Pero dividida económicamente: las zonas industriales coinciden con las de los nacionalistas e independentistas, País Vasco y Cataluña; las agrícolas y turísticas son el resto, sin tales ambiciones. Los datos de paro o desempleo en unas y otras son esclarecedores. En el segundo trimestre de este año hay una brecha de desempleo entre unas zonas, las industriales, y otras, las agrícolas y turísticas. Mientras vascos y catalanes se mueven en un paro obrero de entre el 6’5 % de Guipúzcoa y el 8’8 % de Gerona –siendo la media nacional del 11’6 %–, las demás regiones superan ampliamente esos índices, siendo precisamente Andalucía la que presenta porcentajes más altos, con Córdoba y Cádiz sobre el 22 %. Almería se sitúa en el 16’3 %. El motivo de esas diferencias es el tejido productivo, industrial en el norte, agrícola en el centro, agrícola y turístico en el sur, con especial dependencia de este último, que produce paro estacional. O sea, que, como casi siempre, las diferencias territoriales en España son, como en el resto del mundo, económicas, lo que conlleva diferencias sociales y políticas. Lo de las banderitas, las unidades de destino en lo universal y la sacrosanta unidad, es todo fanfarria y demagogia. ¿Igualdad? Dígaselo usted a ese joven que tiene más oportunidades en el País Vasco y Cataluña que en el resto de España.

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