República de las Letras

Un siglo de la dictadura

La efeméride nos recuerda la fragilidad de que adolece la democracia española frente a los que pretenden destruirla

Se cumplen mañana 100 años del golpe de Estado de Primo de Rivera, que sería el inicio de La Dictadura, como se la conoce en la historia del siglo XX español, en realidad primera dictadura, como sabemos, siendo la franquista la segunda y más larga. El general Miguel Primo de Rivera, padre del posterior fundador de la Falange, se sublevó en Barcelona con la complicidad del rey Alfonso XIII, suspendió la Constitución de 1876, suprimió los derechos y libertades, prohibió los partidos políticos y los sindicatos, así como las huelgas y manifestaciones, extendió a toda España el somatén catalán, especie de policía política semi secreta, y creó un partido único, la Unión Patriótica, donde se encuadraron los antiguos caciques locales.

El detonante del golpe primorriverista fue la incoación por el Parlamento del llamado Expediente Picasso –por el general Picasso, redactor del mismo–, que investigaba el Desastre de Annual, Marruecos (julio de 1921), la derrota estrepitosa del ejército español frente a las tropas guerrilleras de Abdelkrim, caudillo del Rif, que, tras la desbandada general de las tropas españolas, no llegó a tomar Melilla porque le faltó artillería. La corrupción en el ejército, la escasa instrucción de los soldados, de reemplazo en su mayoría –uno de ellos fue mi abuelo materno, superviviente del Desastre–, y la ineptitud de los mandos, empezando por el comandante general de Melilla, el general Silvestre –desaparecido en la batalla–, fueron las causas principales de la derrota, que se saldó con 10000 muertos, heridos y prisioneros –por los que el caudillo rifeño pediría un cuantioso rescate–. Algunos de los oficiales cautivos consiguieron les fuera respetada la vida a cambio de instruir a los insurgentes en el uso de los cañones aprehendidos a los españoles.

El expediente señalaba especialmente la intervención del Rey –gran accionista de las minas del Rif, junto con Romanones– en el desencadenamiento de los hechos. Todo este escándalo fue lo que vino a ocultar el golpe de Estado de Primo de Rivera y su Dictadura, que, tras el exilio y muerte del dictador y los gobiernos de Berenguer y Aznar, se extendería hasta el advenimiento de la II República en abril de 1931 y la consiguiente caída de la Monarquía.

Esta efeméride nos recuerda la fragilidad de que ha adolecido siempre la democracia española frente a los que no la han aceptado y pretenden destruirla.

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