No tiene nada que ver con la doctrina Parot, o mejor dicho con su anulación por parte del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, pero las instalaciones del centro penitenciario de El Acebuche verán como se libran de otro de los miembros de la banda terrorista ETA que se encuentran cumpliendo condena en el mismo. Según ha podido conoce Diario de Almería de fuentes de todo crédito, Kepa Urra, uno de los más conocidos militantes etarras, por protagonizar el último episodio de denuncias de torturas, una práctica muy extendida en los tiempos duros de actividad terrorista.

Kepa Urra Guridi fue detenido en 1992 por participar como cooperador necesario en el asesinato del policía nacional José Anseán Castro, que fue abatido a tiros a las 7:30 de la mañana del 14 de enero de ese año, cuando se dirigía con su mujer a coger el autobús que debía trasladarle hasta la comisaría de la localidad de Basauri. Dos individuos descendieron de un taxi que había sido robado días antes y realizaron un sinnúmero de disparos que terminaron con su vida. En 1996 fue condenado por su participación en esos hechos.

Con una estrategia que se atribuyó a la práctica habitual de la banda terrorista, Urra denunció que había sido víctima de torturas. Lo diferente de este caso es que a los guardias civiles acusados por el terrorista, se les condenó por ello. Así, el 7 de noviembre de 1997, un alférez y un guardia civil fueron condenados por la Audiencia de Vizcaya a cuatro años y medio de prisión por someterle a torturas en un descampado antes de ser trasladado al cuartel de La Salve. El Supremo estimó en parte el recurso del fiscal contra dicho fallo y al año siguiente rebajó la condena a un año de prisión, pero mantuvo la pena especial de inhabilitación de seis años. En 1999 el Consejo de Ministros indultaba a ambos.

El caso de Kepa Urra saltó a los medios internacionales al ser denunciado por Amnistía Internacional y por el Comité para la prevención de la tortura del Consejo de Europa.