República de las Letras

Tamayazo bis

“Estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros”, es la base del marxismo cómico de Groucho Marx

Se prepara un tamayazo. ¿Se acuerdan del tamayazo en la Asamblea de Madrid? En 2003, dos parlamentarios del PSOE se vendieron al PP y se abstuvieron, con lo que el socialista Simancas perdió la presidencia de la Comunidad, que vino a ganar finalmente Esperanza Aguirre. Ahora el PP, con gran desfachatez, reclama algo semejante.

Pero no, yo no voy a decir que todos los políticos son iguales. Digo que algunos son marxistas, pero de Groucho Marx: “Estos son mis principios, si no le gustan tengo otros”. No quiero ni imaginarme la movida que habrá en Madrid ahora mismo en busca de 4 tamayos 4, que arrojen al váter sus ideas y se vendan a los marrulleros, a los fulleros del PP que están tentándoles. Tendrán ya, los del PP, digo, insinuaciones y ofertas directas de algunos magnates, quizá constructores, para financiar la operación. Un par de nombres de esos que uno se puede figurar, que salen en la revista Forbes o pertenecen a importantes consejos de administración. Ofrecerán dinero, claro, y casas en la playa, coches y yates, a cambio del voto. Lástima que este, el voto, sea a mano alzada. Y ya se sabe que los traidores son también cobardes, no se exponen públicamente. Menos mal.

El PP se ha hundido en el fango de la indignidad más absoluta al tentar la vía del transfuguismo. Alentado, claro está, por los que en el PSOE no han sabido solventar sus diferencias con Pedro Sánchez en los órganos internos del partido, que para eso están. Salen en los medios haciendo declaraciones contrarias al Gobierno y luego, en las reuniones, esconden su mano traicionera. A eso se agarra el PP para, no ya insinuar, reclamar abiertamente el favor de esos discordantes. Pero, ojo, saben que los posibles tránsfugas no lo serían por principios ni gratuitamente. Lo serían por dinero y por puestos bien remunerados en entidades o agencias de sus provincias o sus comunidades, gobernadas por el PP. Preferiblemente en chiringuitos semi ignorados y a cubierto de los focos mediáticos. Tantearán a los discordantes del PSOE, no a los altos gerifaltes, sino a diputados procedentes “de provincias” –como dicen de forma despectiva en Madrid–, pero de provincias pequeñas, como Almería, cuyos diputados no sean personajes relevantes de la alta política nacional. Así que cuidado, diputados socialistas, que las tentaciones las carga el diablo de la traición y la falta de principios al estilo de Groucho Marx.

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