En junio ha fallecido Nuccio Ordine, profesor de la Universidad de Calabria, experto en el Renacimiento, Premio Princesa de Asturias en 2023 y fino ensayista que pulverizó entre sus libros y tribunas, no pocas culturetas de moda. Se distinguió como vehemente defensor de la lectura de los clásicos a la par que censurador de la mercantilización de la enseñanza universitaria o la colonización que vienen fraguado los grandes capitales sobre el ámbito académico, inercia que distorsiona y pone en riesgo algunos pilares basilares del humanismo como el amor por la cultura antigua, el acceso a los disfrutes metafísicos o el fervor por instruirse solo por el gozo de saber y al margen de su rédito económico. Una temática recurrente que bordó en su libro ‘La utilidad de lo inútil’, título que, a modo de oxímoron, pone en el centro de sus reflexiones, según el propio texto, la utilidad de los saberes sin ánimo utilitarista, cuando ese saber por saber es un fin en sí mismo. Una obrita maestra que no solo da sentido al disfrute de las artes, literatura, música o pintura sino que alerta sobre el riesgo que corre nuestro derecho a tener derechos, en una sociedad que transforma al hombre en mercancía al servicio del dinero: un monstruo sin patria y sin piedad que acabará hurtándole a las futuras generaciones toda forma de esperanza. Amenaza verosímil porque, como advierte en otra de sus obras (‘Los hombre no son islas’), «la vida humana está gobernada por dos factores: la esperanza y el miedo; y hay quien lo sabe y lo explota para enriquecerse rápidamente». Riesgo del que solo nos defiende la sabiduría de los libros, ya que «los estafadores temen a esos buenos libros que liberan el alma de miedos, de alucinaciones y de deseos desorbitados, y nos protegen de las verdades absolutas». A modo de homenaje, acabo con otra de sus reflexiones sobre un texto de La Boétie (‘Discurso sobre la servidumbre voluntaria’ -1657-, aunque podía haberlo escrito hoy), sobre la fuerza de la ciudadanía frente a las imposiciones cesaristas, en tanto que «el tirano obtiene sus fuerzas solo de los hombres que le sirven y el pueblo es el que se subyuga cuando pudiendo elegir entre ser siervo o ser libre, abandona su independencia y se unce al yugo de las servidumbres que son múltiples y llegan enmascaradas». Un Discurso de La Boétie con el que Ordine nos recuerda que la llave de nuestra prisión, está en nuestras propias manos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios