AGR Almeria

Preocupación por la ralentización del control biológico

  • En la campaña pasada se produjo un punto de inflexión en la aplicación de este método en la lucha contra las plagas

  • El ámbito técnico se conjura para revertir la situación

La agricultura almeriense se caracteriza por su capacidad innovadora. En los últimos años este sector, referente europeo, se ha apoyado con éxito en la investigación para dar un salto de calidad en la producción y sacar la mayor rentabilidad, camino en el que siempre está inmerso. Los centros de investigación son un pilar fundamental en este éxito, tanto los de iniciativa privada como pública, y han hecho un gran esfuerzo por dar el giro que la agricultura necesitaba, y este no es otro que la reconversión de los métodos de control químico de las plagas y llevarlas a un control integrado. Una revolución verde que comenzó hace diez años y que sitúo al 'Modelo Almería' como referente de la agricultura mundial.

Del control biológico se puede decir que hoy está totalmente normalizado, y desde su 'boom' hace ahora una década, su crecimiento ha sido constante. Sin embargo, en las últimas dos campañas especialmente se ha detectado una leve desaceleración a la que se le está intentando dar explicación.

Cabe recordar que con la irrupción del control biológico se dio solución a una difícil situación fitosanitaria que llegó, incluso, a poner en peligro la supervivencia de la producción. El pasado 27 de enero el Edificio de Las Mariposas celebró, ante una gran expectación, la jornada técnica 'Avances en el Control Biológico', donde se analizó la actual situación por la que vive esta técnica para combatir las plagas y donde se mostró cierta preocupación por ese freno que se está detectando en su aplicación. "Parece ser que se está estabilizando e incluso retrayendo en algunos casos la incorporación de lucha biológica en algunas fincas y eso nos preocupa sobremanera, porque hay una cierta contradicción. Si por un lado estamos incrementando la superficie en ecológico y por otro estamos estancados en el control biológico y en la suelta de fauna auxiliar, sin duda algo extraño pasa", explicaba Luis Miguel Fernández, gerente de la Asociación de Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas de Almería (Coexphal), quien apunta a que puede haber cierta relajación en este sentido y que algunos productores encuentren esa comodidad al tratar, además de seguridad, en contra de la dedicación que exige el manejo del control biológico. "Eso sin duda es un error, porque ha costado mucho en esta provincia llegar a donde hemos llegado. Nos hemos llevado muchos palos y aunque ya haga tiempo que no se ha dado ninguno, no hay que olvidarse de lo vivido", lanzaba un aviso a navegantes Fernández. "Quiero pedir a los técnicos e ingenieros agrónomos de Almería que hagáis un esfuerzo por transferir vuestro conocimiento y lanzar ese mensaje a los agricultores de que es muy importante para nuestro sector seguir por este camino, es el único. Para mí su papel es fundamental en este sentido, son la correa de transmisión entre la comercialización y el agricultor".

El mensaje fue claro, no cabe lugar a otro proceder que pase por no buscar el residuo cero, la calidad y la seguridad alimentaria por la que se caracteriza el agro almeriense debe seguir creciendo, innovando, hasta alcanzarlo. Hay que avanzar en ello y tanto los centros de investigación, como las propias empresas deben transmitir esta premisa a unos agricultores que deben hacerla suya.

La ingeniera técnica agrícola, Rocío López, de Biocolor SL, empresa dedicada al campo de control biológico, hizo un repaso al estado actual del control biológico en la provincia y dejó patente ese retroceso en la aplicación que se está produciendo con datos en la mano.

Según esta profesional se antoja necesario diseñar un plan estratégico para extender el control biológico. Pese a que la variación de la superficie está en constante aumento en los últimos años, su contabilización engloba también aquellas fincas en las que no siempre esta técnica representa el 100% de la lucha y la prevención contra las posibles plagas.

El fenómeno no es otro que una reducción del control biológico a pesar de que hay más hectáreas y donde se ha pasado de hacer el 60% de la superficie invernada a tan solo un 25%. Además si se analiza la venta de químicos desde 2012 hasta la fecha ésta ha aumentado un 30%.

Detalladamente, la evolución del consumo de fitosanitarios o agroquímicos en Almería se aprecia como en los últimos años ha habido aproximadamente más de 250 millones de euros más en gasto. Lo llamativo y que da lugar a la reflexión es que los costes que representan el control biológico son aproximadamente los mismos que si se emplearan control químico. En torno al 1,5% del gasto total de una superficie invernada es lo que se gastan los agricultores en bichos.

Cabe la posibilidad de que en muchos casos los agricultores dejen de lado esta técnica por algún fracaso dentro de su experiencia, pero siempre hay que tener en cuenta que puede que no se hayan respetado los plazos de seguridad a la hora de usar el organismo depredador o quizás se esté usando un organismo diferente al que se debería aplicar en ese momento. Por ello la transmisión de conocimiento es esencial y por ello el ámbito técnico tiene una gran responsabilidad en un contexto en el que ya está trabajando.

Sin lugar a dudas, la experiencia ha demostrado que los Organismos de Control Biológico (OCB) son la mejor herramienta para el control de insectos vectores de virus, siempre empleando estrategias constatadas y eficaces, desde el inicio de la plantación hasta el arranque de la misma. Su uso es una prioridad para todo el sector y así minimizar cualquier tipo de riesgo que pueda llegar a poner en jaque el modelo referente en el mundo que es hoy el agro almeriense.

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