Tíjola convierte el serrín en manto para la Virgen de Fátima: ¿Cuándo y cómo disfrutar esta tradición?

Fiestas

Calle engalanada el año pasado.
Calle engalanada el año pasado. / Marian León (Archivo)

Un vaticinio ahora que llega el fin de semana. Tíjola olerá este domingo a serrín, a hierba cortada y a pólvora. Ocurre cada año cuando la primavera está en su máximo esplendor. Llega mayo y arte y religión se funden en un único aroma al calor de la Virgen de Fátima, que procesionará en esta jornada dominical como ya es tradición. Acompañará un manto de kilómetro y medio que ha sido confeccionado con pulcritud por cada uno de los vecinos.

Quizás usted, estimado lector, ya haya estado. No sería de extrañar, pues desde que, en el año 1951, un carpintero decidiera echar los restos del aserrado de madera como ofrenda al paso de esta figura religiosa, la tradición ha ido creciendo en participación y adeptos. Lo que surgió como una idea partícular es ahora un mandato que involucra a todo un municipio, que se vuelca durante meses para que todo esté listo.

Fue una idea de imprevisto, ahora todo está cuidado al milimetro. El Consistorio que preside José Juan Martínez comenzó a trabajar a inicios de año comprando los materiales necesarios. La experiencia es un grado y todos saben lo que deben hacer. En los días previos es turno de los vecinos, que se vuelcan con cada detalle. El recorrido procesional no pasa por cada una de las calles del municipio, pero los barrios que quedan fuera del cortejo se integran como ‘refuerzos’ allá donde sus amigos les requieren. No falta ni una sola mano, toda ayuda es poca.

De generación en generación se ha ido extendiendo la tradición, y así se ha llegado a 2025, cuando esta fiesta ya es inclusive de Interés Turístico de Andalucía, reconocimiento entregado en 2023 y que es de duración indefinida. Mérito para una Tíjola que se volverá a engalanar.

La programación completa

Si usted, lector que bucea en estas líneas, considera acercarse por primera vez a este día de devoción y emoción, debe saber qué va a pasar. La liturgia está clara. Este sábado todo es aún un ‘esqueleto’. Los vecinos están preparando los bocetos y viendo cómo será el manto que en la jornada dominical cubrirá buena parte del pueblo. Son horas de trabajo frenético, nada puede quedar a la improvisación.

Pero conviene recordar que se trata de una fiesta y que no todo va a ser convertirse en una hormiga y trabajar durante horas y horas. Por la noche, a partir de las once, llegará el Carmen Mari Show, la clásica verbena, para animar el cotarro, acompañada del DJEfejefe. Será en la calle Puntal, cimentada en cuesta y de casas de planta baja o dos pisos de altura, con fondo verde y calles estrechas que ruegan, sin decirlo, a sus paseantes que caminen por la carretera.

Será el domingo el día fuerte. Conviene no desmadrarse en exceso en la verbena, pues al alba se comenzará a tejer el manto. Quien se haya dejado los deberes a medias, deberá completar aún el boceto. No madrugue en exceso, visitante, si lo que quiere es no perderse nada. La hora a la que comienza a estar el serrín colocado sobre el suelo de esta población es a las doce del mediodía.

Los ojos mirarán hacia abajo y los oídos estarán bien abiertos, pues comenzará la charanga a tocar. Rumbo a la hora de comer, de degustar las deliciosas tapas que la gastronomía local tiene por ofrecer.

A la hora de la siesta, nadie se duerme. No habrá tiempo para dejar los pies parados, pues llegarán los bailes folclóricos para animar la tarde. Será el calentamiento previo para el gran momento, la procesión, precedida por la Eucaristía a partir de las dieciocho horas. Pasará la Virgen de Fátima y recorrerá las calles, engalanadas para la ocasión.

"Fiestas como esta permiten luchar contra la despoblación"

No son días para el aburrimiento en el Ayuntamiento de Tíjola, que tiene que tener todo a punto para que este domingo el manto de serrín, que se constituye como arte efímero por y para la Virgen de Fátima, luzca tan bello como el resto de años. Juan Manuel Gómez ha vivido esta labor desde dos facetas, como un vecino más volcado por la fiesta y como concejal responsable de su organización.

Juan Manuel Gómez.
Juan Manuel Gómez. / D.A.

Pregunta.–El domingo su municipio se llenará de visitantes y habrá quien conozca esta fiesta por primera vez. ¿Por qué hay que acercarse?

Respuesta.–Es una explosión de color. Es un atractivo visual único, por algo es Fiesta de Interés Turístico de Andalucía.

P.–Desde primera hora estarán atareados, ¿No?

R.–La jornada empieza realmente el sábado. Casi todos los vecinos preparan la alfombra de kilómetro y medio y lo primero es hacer el boceto el día previo. Esa noche hay verbenas por donde pasa la procesión. El domingo se terminan los bocetos y se empieza a echar serrín. Se puede tardar hasta cinco horas en echarlo, hasta el mediodía, que deben estar listas. Habrá charangas para animar el recorrido y, por la tarde, bailes folclóricos.

P.–Entre quienes no conozcan lo que supone, habrá bastantes sorpresas, ¿No?

R.–El arte efímero se destruye tras la procesión. Muchos turistas se quedan sorprendidos y se preguntan por qué no se hace desde el viernes para que se pueda aprovechar y disfrutar un poco más de tiempo. Es la esencia, trabajar para que la Virgen de Fátima pase y todo luzca perfecto. Hay que trabajar bastantes meses antes, nosotros nos ponemos cinco meses antes para conseguirlo todo. En una de las calles, hasta los niños hacen los bocetos, gracias a la Asociación de Padres y Madres del colegio que hay en el pueblo.

P.–Nadie se queda con los brazos cruzados, por lo que veo.

R.–Es una convivencia, todos forman parte, hasta los visitantes. Los turistas pueden echar serrín y luego tomarse su platico de arroz. La unión es una característica fundamental de este pueblo y la fiesta es una seña más, una prueba más. Hace sentir partícipe a todo el que esté.

P.–¿Cómo se logra que esta tradición se vaya manteniendo con vida tras tantos años?

R.–La base está en los jóvenes. Hay que incentivar que participen y el AMPA y el instituto lo hacen. Hay que generar arraigo, una base. Es la semilla para que la fiesta siga creciendo. Desde que fue catalogada como de Interés Turístico para Andalucía en 2023, nos ha dado impulso. Es un orgullo como municipio.

P.–Ahora que llevamos un rato de entrevista, es hora de mojarse. ¿Qué es lo que más le gusta?

R.–A mi me gusta todo, pero quienes quieran venir se deben desplazar sobre las doce del mediodía, que es cuando se está terminando de echar el serrín y se puede ver los dibujos terminados.

R.Esta tradición empezó porque un vecino tenía una carpintera y echó los restos del serrín al paso de la Virgen. Desde entonces se ha ido profesionalizando y haciéndolo atractivo al visitante. Yo no vivo dentro de las calles por las que pasa, pero quienes sí te invitan a su calle. Todo el pueblo se involucra, así empecé yo.

P.–¿Qué supone para Tíjola la devoción por la Virgen de Fátima?

R.–Para Tíjola, la Virgen de Fátima es un antes y un después. Es una devoción joven, de menos de un siglo de historia, pero se viene afianzando y supone también una convivencia. Muchos de quienes vienen en verano vienen también ahora porque se sienten atraídos. Hay que luchar contra la despoblación y estas festividades lo hacen, la gente vuelve a su municipio.

P.-Muchos vuelven en verano, una estación que está a punto de llegar. ¿Cómo la tienen preparada?

R.–Encaramos el verano con muchas ganas. Estamos preparando ya las fiestas de agosto, en honor a la patrona, que este año son especiales por el aniversario de la Virgen de Socorro.

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