130 años de cine (1895-2025)

Cultura

Un humilde homenaje a Clint Eastwood, en esta efemérides del cine, y su paso por Almería

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Clint Eastwood ha marcado su impronta en el cine con mayúsculas tanto en su faceta como actor como en la de director
Clint Eastwood ha marcado su impronta en el cine con mayúsculas tanto en su faceta como actor como en la de director / D.A.

El 28 de diciembre de 1895 tuvo lugar la primera proyección cinematográfica abierta la público. Sucedió en París, en el Salón Indien del Grand Café. En la primavera de ese mismo año se había celebrado en Lyon una primera presentación reservada a científicos, políticos y artistas, pero fue el Día de los Inocentes cuando el cine celebró su primera exhibición comercial. En la llamada Ville Lumiére, los hermanos Lumiére –los hermanos Luz- Auguste y Louis proyectaron ese día diez películas de 50 segundos cada una. Se cumplen, pues, 130 años desde aquel nacimiento, aquella revelación.

En la memoria de los muchos y buenos cinéfilos que hay en nuestra ciudad, cada uno tendrá su lista de actores y actrices favoritos. Muchos de los cuales han rodado cintas en las muchas localizaciones que existen en nuestra capital y provincia. Sería una enorme lista si recordara en este momento la cantidad de profesionales que han pisado Almería por los cuatro costados. Pero por su trayectoria, por los 95 años que acarrean sus espaldas, por ser un actor-director que más y mejor ha calado en mi humilde afición a las historias escritas a color en el celuloide. Como no podía ser menos, me refiero a Clint Eastwood. Llegado al olimpo de los actores-directores hoy quiero celebrar esta importantísima efemérides con él en el recuerdo.

Su estrella se inició en el desierto de Tabernas

Ha interpretado a varios héroes en su larga trayectoria cinematográfica, y ya, a sus 95 años, nació el 31 de mayo de 1930, se convirtió en uno de ellos. El veterano actor y director Clint Eastwood consiguió salvar la vida al evitar la muerte por asfixia del consejero delegado del torneo de golf californiano, Steve John.Clint me salvó la vida”, aseguró John en una entrevista.

En el año 1959, y gracias a la televisión, Clint Eastwood alcanzó la popularidad con el personaje de Rowdy Yates, protagonista de “Cuero Crudo” (1959-1965). Este personaje llamó la atención del italiano Sergio Leone, quien con el protagonismo esencial de Eastwood creó un subgénero del western denominado “spaghetti western”. La suerte esta echada. La suerte le proporcionó un papel que poco antes rechazaron Bronson y James Coburn. No estaba la situación para probaturas y no estuvieron dispuestos a arriesgar su, casi incipiente carrera cinematográfica, participando en un género no muy visto en los Estados Unidos.

Su primer título conjunto fue “Por un puñado de dólares” (1964), al que siguieron “La Muerte tenía un precio” (1965) y “El Bueno, el feo y el malo” (1966), tres excelentes películas que convirtieron a Clint en uno de los actores más populares de la época, en las que las localizaciones del desierto de Tabernas fueron piezas fundamentales. Sergio Leone acertó y Clint Eastwood se convirtió en una estrella.

Después de más de seis décadas, y casi 50 películas a sus espaldas, bien como actor y director, parece que el bueno de Clint Eastwood puede estar a punto de terminar su legendaria carrera. Según se apunta, su última cinta será en la Warner Bros, donde ha estado 50 años, lo que le hacía ser un “actor de la casa”. Por lo que se sabe, el título será “Juror”. Un drama sobre un juicio por asesinato en el que uno de los miembros del jurado se da cuenta poco a poco de que mató a la víctima en un accidente de tráfico, por lo que intentará salvar al acusado sin incriminarse a sí mismo. El filme todavía tiene mucho por recorrer, entre otras cosas que el estudio le otorgue luz verde al proyecto.

A sus 95 años, su hija Alison dice:”Mi padre tiene ocho hijos de seis mujeres” pero esta leyenda viva de Hollywood, tiene un currículo de aventuras y amantes tan largo como su propia carrera cinematográfica. Jugando al golf, su amigo el cantante de country Toby Keith le preguntó cuál era el secreto de su creativa longevidad. Clint le explicó que “no dejaba al viejo entrar”. Toby compuso entonces una canción de éxito con ese estribillo. Escucharla me ha inspirado parte de este artículo.

Su carrera como actor y director es dilatada y es una de esas personalidades que levanta pasiones.Eastwood es posiblemente uno de los mejores actores y directores de todos los tiempos. Sus películas marcaron un antes y un después y todavía hoy en día se siguen teniendo como películas que hay que ver obligatoriamente. Sus dramas son épicos pero cuenta con unos personajes entrañables, carismáticos y que te hacen sonreír. Así, con sus increíbles actuaciones fue capaz de convertir una película romántica perfecta para ver en pareja en una de las mejores películas que se han hecho nunca sobre las relaciones más allá de los 40 años, “Los puentes de Madison”. Llegó a decir que, “de pequeño quería ser protagonista de uno de esos westerns como James StewartGary Cooper o John Wayne”.

Último filme como testamento fílmico

Con 94 años, el cineasta el pasado año dirigió “Jurado nº2”, con incuestionable elegancia, este drama sobre un hombre que, al ser seleccionado como jurado en un caso de homicidio, descubre que su relación con el proceso podría nublar su imparcialidad y poner en jaque su proyecto vital. Clint Eastwood, el último estandarte y a la vez el enterrador del cine clásico, ha construido, en el que podría ser su testamento fílmico, una obra cargada de desolación… pero también de un ápice de esperanza (encarnada en ese tembloroso receptáculo de humanidad que es Toni Collete). Aunque la verdadera luz de “Jurado Nº2” resplandece en el discreto y elegante trabajo de dirección de Eastwood, que a sus 94 años siguió sacando el mejor partido visual de sus historias. Como ejemplo, la aparición recurrente de una estatua de Temis, la diosa griega de la justicia, que observa sin poder ver (lleva una venda en los ojos) la congoja de los humanos. O también esa moneda con la que juguetea el protagonista y que ilustra la batalla del individuo contra las leyes o la ilusión del azar. He aquí un artista, Eastwood, que en el crepúsculo de su trayectoria nos invitó a tomar conciencia del valor de la responsabilidad personal y de los límites de nuestra libertad. Son palabras mayores.

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