Carlos Barba: "El panorama fotoperiodístico, como toda moneda, tiene dos caras"

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"Es complejo en el aspecto estrictamente laboral, pero ilusionante teniendo en cuenta el recorrido que aún le queda por desarrollar a esta profesión", afirma el fotoperiodista Carlos Barba

El fotoperiodista Carlos Barba
El fotoperiodista Carlos Barba / Rubén García Felices
Rubén García Felices

04 de junio 2023 - 07:49

Almería/Hoy converso con Carlos Barba Pérez. Nacido en Almería el año 1975 y técnico especialista en medios audiovisuales, Barba es un fotoperiodista especializado en deportes que colabora con la Agencia EFE de la que es corresponsal en Almería desde hace 24 años. Asimismo es corresponsal del Diario AS desde el año 1996, habiendo sido testigo de los éxitos deportivos de la provincia en los últimos 27 años. Barba comenzó a ejercer como fotógrafo freelance en 2002, publicando sus imágenes en importantes medios como El Mundo, ABC, El País, La Vanguardia o Diario 16. En sus inicios, además, formó parte de las plantillas de La Voz de Almería y La Crónica. Entre otras obras, ha participado como fotógrafo en los libros-catálogos de las exposiciones Fotoperiodismo: ayer y hoy, Almería (Asociación de Periodistas de Almería, 2006), Almería 2005: la mirada del fotógrafo (AIGAL, 2006) y Conociendo a los pensadores de España: unos 34 retratos de filósofos actuales (Ed. Rubén García Felices, 2023). Es el único representante de Almería de "Archivo COVID. Una cápsula del tiempo", un proyecto de la Universidad de Alcalá (UAH), que mediante imágenes pretende hacer visible la crisis y las consecuencias de la pandemia en España.

R. G. F.: ¿Cuéntame Carlos, cómo y por qué decidiste dedicarte al fotoperiodismo?

Carlos: Pues realmente no fue una decisión meditada y consciente. Siendo estudiante conseguí algunos premios en concursos de fotografía de Semana Santa y tras eso el periódico La Voz de Almería me encargo hacer un libro: Semana Santa de Almería (1994). A partir de ahí empecé a trabajar con este medio en las labores diarias de una redacción. Digamos que el fotoperiodismo se cruzó en mi camino.

R. G. F ¿Qué ventajas y desventajas tiene el dedicarte profesionalmente a la fotografía freelance?

Carlos: Desde mi punto de vista, la gran ventaja que yo le encuentro a dedicarme la fotografía freelance es el hecho de que puedo gestionar mi propio tiempo. No tengo un horario estricto que cumplir y no siempre he de echar ocho horas si no quiero. Aunque en ocasiones "la actualidad manda" y he llegado a realizar hasta dieciséis horas de trabajo en un mismo día, pero esto no suele ser lo habitual. Ese "no horario" me permite cuidar de mi familia, llevar a mis dos hijas al instituto, hacerles la comida… Hay trabajadores a los que se les pasa la infancia de sus hijos sin poder acompañarlos al colegio. Poder hacer esto es un auténtico privilegio, pero a la vez es una desventaja, ya que si no voy un día a trabajar, pues no cobro. Si enfermo, tampoco cobro. Incluso si sufro un pequeño accidente, mi economía tambalea. Además, en esta profesión se está bastante solo, los que nos dedicamos a ello no tenemos ningún respaldo por parte de los medios con los que colaboramos. Por otro lado, todo el material fotográfico que necesitamos para ejercer nuestra labor corre de nuestra cuenta. Y, desgraciadamente, nosotros no tenemos nunca unos ingresos garantizados.

R. G. F.: ¿Y cómo da salida un fotoperiodista como tú a sus proyectos?

Carlos: Pues los proyectos profesionales varían mucho dependiendo del encargo. Por otro lado, realmente apenas me queda tiempo para desarrollar proyectos personales.

R. G. F.: Con una longeva carrera de 29 años como profesional, aquí continúas con la fotografía. Muy pocos aguantan tanto tiempo en esta profesión, ya sea porque no resisten o porque les resulta económicamente muy difícil de llevar. ¿Qué has hecho tú, cómo lo has conseguido para llegar tan lejos?

Carlos:

El fotoperidosta Carlos Barba
El fotoperidosta Carlos Barba / Rubén García Felices

Pues con muchísima dedicación y cumpliendo siempre con mis encargos. Constantemente he de ser resolutivo (sin importar la circunstancia), autoconvenciéndome de que lo que hago es una cosa que merece la pena. Es cierto que hay muy poca gente que aguante tanto tiempo en esto. Muchos se acaban dedicando a otra cosa porque realmente los temas de la inexistencia de horarios, la inestabilidad laboral o el riesgo ocasional hace que muchos desistan. El fotoperiodismo no es para todo el mundo, aunque a todo el mundo le guste jugar a ser fotoperiodista. Yo personalmente me manejo en medio de ese caos, aunque no sé muy bien como (risas). Lo importante es que me gusta lo que hago.

R. G. F.: ¿Es complicado que te fiche un medio o agencia a tiempo completo?

Carlos: Actualmente es complicadísimo. No te digo que imposible, pero sí muy difícil. La tendencia es cada vez más de recurrir a freelance. No sé si se hacen nuevos contratos, la verdad.

R. G. F.: ¿Con qué agencias especializadas en fotoperiodismo trabajas, y cuáles consideras que son las más importantes y por qué?

Carlos: Yo trabajo con la Agencia EFE, una de las agencias de noticias más fuertes en España, principalmente por la gran difusión que hace de la información. Hay otras agencias internacionales como AP, AFP, Reuters o Getty Images que son top por la enorme calidad de los trabajos que realizan.

R. G. F.: ¿Actualmente, te ganas la vida únicamente con tus reportajes fotográficos?

Carlos: Principalmente me gano la vida con la información gráfica, sin embargo también hago trabajos para empresas, instituciones o personas particulares. Realmente acepto cualquier encargo fotográfico o proyecto donde pueda aportar lo que se.

R. G. F.: En 2005, siendo corresponsal del Diario AS, ejerciste como fotógrafo oficial del Comité Organizador de los Juegos del Mediterráneo de Almería (COJMA). Por favor, cuéntame cómo te coordinaste para cubrir este importante evento deportivo.

Carlos: Los Juegos duraron apenas 10 días, pero durante los años previos, se trabajó muchísimo para llegar ahí. Se organizaron competiciones que a todos nos servían de preparación. Durante los Juegos los fotoperiodistas tuvimos que hacer una selección de las competiciones que debíamos cubrir. Pero no sólo eran las competiciones en sí, también estaban las premiaciones y los actos institucionales a los que debía acudir, porque el resto de medios no podían acceder y había que distribuir las imágenes desde la organización. Se trabajaba día y noche sin apenas descanso. Una locura. No me aburrí nada, desde luego.

R. G. F.: ¿Qué es lo que más te llamó la atención sobre los Juegos del Mediterráneo de Almería? ¿Cuáles fueron tus impresiones sobre el evento?

Carlos: Ver desde dentro como se organiza un evento deportivo con múltiples competiciones es realmente alucinante. La organización de los distintos espacios y la coordinación de los diferentes departamentos funcionaron muy bien. Había gente muy experimentada en la organización de competiciones que sabía lo que se hacía. Una de las cosas que más me llamó la atención fue el trabajo de los voluntarios. Unas personas que se pegaban unas palizas enormes de trabajo por el simple amor a su ciudad o al evento en sí.

R. G. F.: Pasados unos diez años del evento, firmaste un acuerdo con el Ayuntamiento de Almería para la cesión a la ciudad de todo el banco fotográfico que confeccionaste a lo largo de dos años y que está compuesto por unas 16.000 imágenes. Estos documentos gráficos son en la actualidad un fondo de consulta para investigación y estudio de los Juegos del Mediterráneo. ¿Me puedes hablar un poco sobre este fondo fotográfico?

Carlos: Este archivo gráfico es todo el trabajo que realicé no sólo en las competiciones de los Juegos del Mediterráneo, sino también en los años previos. Seguimiento de obras, firmas de convenios, competiciones, etc. Son varias miles de fotografías en las que se ven muchas cosas, pero sobre todo como cambió la provincia para adaptarse al evento con la construcción de distintas infraestructuras. Llevo visitando el Estadio de los Juegos del Mediterráneo desde que era un descampado (ríe). El archivo se encuentra en las instalaciones del Patronato Municipal de Deportes dependiente del Ayuntamiento de Almería. Hasta donde yo sé, se puede acceder a él para realizar investigaciones y cosas así.

El fotoperiodista Carlos Barba, posando con su instrumento de trabajo
El fotoperiodista Carlos Barba, posando con su instrumento de trabajo / Rubén García Felices

R. G. F.: El fotoperiodismo de deportes es lo que más has trabajado, ¿pero en qué otras áreas de la fotografía desarrollas tu actividad profesional como reportero gráfico?

Carlos: En todas las que pueda. Fotografía documental, gastronómica, social o fotografía de publicidad. Especializarse tiene ventajas, claro, y yo lo hice, pero diversificar también es muy interesante. El trabajar distintas disciplinas me obliga a hacer cosas nuevas y a aprender. Así evitas quedarte estancado, aparte de que es estimulante a nivel mental.

R. G. F.: ¿Y de todos los trabajos o reportajes que has hecho, cuál es el que te ha hecho sentir más satisfecho?

Carlos: A mí me cuesta sentirme satisfecho, la verdad. Soy bastante inconformista en ese sentido y cuando los reviso siempre tengo la misma sensación de que me habría gustado haberlos hecho mejor.

R. G. F.: ¿Tienes algunas anécdotas o historias que te gustaría compartir en esta entrevista?

Carlos: Anécdotas hay a montones, claro. Te puedo contar una para que veas hasta donde llevamos los fotoperiodistas eso de ser "resolutivo". En los primeros años del digital se transmitía desde un cable de línea telefónica conectado al portátil. Nada de wifi en el móvil ni datos 5G. Tenía que transmitir un partido de una fase de ascenso del Club Polideportivo El Ejido que jugó en el estadio del filial del Atlético de Madrid en el Cerro del Espino. El caso es que allí no había ningún teléfono por ninguna parte. Solo encontré una cabina en la cantina. Desmonté la roseta del teléfono de la cabina y conecté mi portátil. Tuve el tiempo justo para mandar las fotografías antes de que me echaran de allí. El tipo que me vio allí conectado se quedó con una cara de cuadro que ni te cuento. (Risas).

R. G. F.: Eres el único fotógrafo almeriense que ha participado en el proyecto denominado "Archivo COVID. Una cápsula del tiempo", una iniciativa que hace dos años propulsó la Universidad de Alcalá (UAH), y en la que habéis estado trabajando al mismo tiempo fotoperiodistas y videoperiodistas para crear una memoria fotográfica de la crisis provocada por la pandemia del COVID-19 en España y sus consecuencias. Me gustaría que me hablaras un poco sobre este propósito y tu aportación al proyecto.

Carlos: El propósito del proyecto es crear una memoria fotográfica de esa crisis generada por el COVID-19 que contribuya al derecho a la información, y que sea profunda, diversa, respetuosa y fiel a lo que ocurrió durante la pandemia. Es un proyecto amplísimo, constituido por más de cuatrocientos autores de todas las comunidades autónomas, en el que hay gente de primera, premios Pulitzer incluidos, con distintas visiones pero el mismo objetivo. Unos han desarrollado unos trabajos más documentalistas y otros quizás más artísticos apelando a las emociones vividas, pero el fin es el mismo para todos: crear una "cápsula del tiempo" para que no olvidemos lo que ocurrió. Mi aportación al proyecto es una selección de fotografías de los temas que estuve cubriendo como fotoperiodista en los años de pandemia. En ellos trato el confinamiento en sí, también como se desarrollaba la vida de la gente encerrada en sus casas, y cómo continuó con su labor la industria agroalimentaria. Hay imágenes de los poblados de infraviviendas en Níjar y de la angustiosa situación que vivió la gente que no tenía nada en la vida, de la labor de las ONG, o imágenes de la solidaridad en aquellos difíciles momentos. Yo aporté lo que vi que ocurría en Almería y estoy orgulloso de poner mi granito de arena para que se conserve en esa memoria lo que aquí vivimos.

R. G. F.: ¿Cómo ves el panorama fotoperiodístico de Almería?

Carlos: El panorama fotoperiodístico, como todas las monedas, tiene dos caras. Es complejo en el aspecto estrictamente laboral, pero ilusionante teniendo en cuenta el recorrido que aún le queda por desarrollar a esta profesión. Yo he vivido grandes cambios y todos han sido drásticos. El cambio del blanco y negro al color, del químico al digital, etcétera. Los fotógrafos estamos acostumbrados a adaptarnos, eso es ilusionante. Digo que es complejo, porque los profesionales vivimos situaciones anómalas, como, por ejemplo, que dos de los periódicos tradicionales de la provincia no tengan a ningún fotógrafo en plantilla. En una época en que la imagen prima más que nunca (las fotogalerías son los espacios que más visitas tienen en las webs) creo que es un sinsentido que un medio de comunicación no disponga de un profesional gráfico para generar sus propios contenidos. No olvidemos que la imagen es un elemento que aumenta el impacto publicitario. Y hasta donde yo sé, los periódicos siguen necesitando la publicidad. Los directores son inteligentes y seguro que solventarán esa dicotomía en la que se encuentra algún que otro medio que necesita cada vez más fotografías, pero que no contrata fotógrafos profesionales.

R. G. F.: ¿Cuáles son las nuevas derivas del fotoperiodismo en la era digital? ¿Y qué diferencias crees que hay en cómo se entendía la profesión hace treinta años y cómo se entiende y se hace en la actualidad?

Carlos: Eso nos daría para escribir un libro. Pero lo que más ha cambiado en estos años es la gestión del tiempo. Siempre hemos tenido prisa evidentemente, pero la obsesión por la inmediatez a veces lo condiciona todo. O sea, la manera de trabajar, el tiempo que le dedicas a un reportaje, o la atención que le pones a una noticia que queda mermada por estar pendiente de enviar al instante. Ahora haces fotos de un partido con un ojo puesto en la acción y otro en el ordenador porque estás transmitiendo. En eso evidentemente ha tenido mucho que ver la irrupción de la era digital. Tanto a nivel tecnológico por las muchas aportaciones de las modernas cámaras y equipos, como por la manera de consumir la información: Internet y redes sociales.

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