Almería

La Chanca recuerda a los fallecidos en el naufragio del Bárbara y Jaime

  • Familiares y vecinos acuden con flores al monumento en el aniversario de la terrible tragedia

Es una de las mayores fatalidades que recuerda la historia reciente del mar almeriense. Y tuvo como protagonista a doce vecinos de Pescadería cuyo único objetivo era buscarse la vida y la de sus familias. Y en ese afán, fallecieron. Fue hace 47 años, el 15 de febrero de 1971, atrapados en una poderosa tormenta dentro del barco pesquero 'Bárbara y Jaime'.

En su memoria se construyó un monumento que durante muchos años estuvo a la deriva en el cementerio de San José. Totalmente deteriorado y sin atención alguna. Fueron los vecinos de Pescadería quienes instaron al Ayuntamiento a repararla y trasladarla al Muelle de Poniente, junto al barrio.

Ayer, hijos y nietos de los fallecidos, acompañados de ciudadanos del barrio, y con la presencia de José Campoy, presidente de la Asociación Cultural Pescadería-La Chanca a Mucha Honra (ChanPe), recordaron este triste acontecimiento, que ya se ha quedado grabado en la memoria del colectivo almeriense y de la gente de mar. Desde este año, la ChanPe anuncia que año tras año recordará en este día a los 12 nombres fallecidos aquel día: Manuel Ferrón Leyva de 47 años, patrón del pesquero, Rafael Martínez Agulló de 38 años de edad, técnico de pesca, Antonio Belmonte Haro de 45 años, segundo mecánico y los marineros Luis Orts Requena, de 38 años, José Francisco Fernández Fernández de 40 años, Salvador Roldán Martínez de 41 años, Manuel Paúl Grancha de 19 años, Francisco Martínez Fernández de 37 años, Francisco Gómez Alcaraz de 39 años, José Reyes Ruiz, 37 años, Salvador López López y Juan José Fernández Matarín de 23 años de edad. A estos, en el monumento se les inscribió un décimo tercer nombre, el de Ántonio Hernández Segura, que murió en un incendio a bordo del barco 'El Nene'.

En cuanto a lo sucedido, tal y como narra el periodista almeriense José Ángel Pérez, hay que remontarse a las 23:15 horas del 15 de febrero de 1971, momento en el que la sala de control de la Comandancia Militar de Marina de Almería comienza a recibir la llamada de socorro del equipo de radio del Bárbara y Jaime, que ya se encontraba en peligro. La comunicación se entrecortaba, así que se hubo de realizar en varias fases hasta que se comenzaron a recoger los primeros datos sobre la posición en la que se encontraba la embarcación. Temen que el barco se vaya a pique, pues se encuentran en medio de un gran temporal. La comunicación no dura mucho más y se corta, aunque desde la Comandancia tratan de recuperar desesperadamente y seguro que desde el barco también.

La noche no era una buena amiga y la previsión del tiempo no era mejor, empeoraba la situación. El Bárbara y Jaime estaba ya a la deriva. Era prácticamente imposible enderezarlo. A pesar de la experiencia y saber de los tripulantes, las olas superaban los 10 metros de altura. No se tiene constancia alguna sobre cuántas horas estuvieron luchando contra el temporal, pues la comunicación no volvió a existir.

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