Crónicas desde la ciudad

Cruz Roja en Obispo Orberá

  • Empadronado en Almería durante la posguerra, el jiennense José Iruela López reunió un considerable capital. Al fallecer en 1989 le legó a la Cruz Roja un espacioso edificio en Obispo Orberá

Café Bar Puerto Rico.

Café Bar Puerto Rico.

Cruz Roja ha anunciado recientemente la próxima licitación de las obras a realizar en su céntrico solar de Obispo Orberá, esquina a García Alíx y equidistante del Mercado Central y Teatro Apolo, al objeto de trasladar hasta el nuevo inmueble su sede social. Actualmente ubicada en un sólido caserón del parque Nicolás Salmerón, diseñado en 1864 por el arquitecto José Mª Baldó por encargo de Fernando Roda. Referido a la anterior casa plurifamiliar -propiedad de la institución altruista internacional por herencia de José Iruela López-, en julio de 2007 publicaba un reportaje en la prensa local. Dada la actualidad de su inminente construcción informativa, lo retomo con las debidas apostillas, dejando para mejor ocasión el epígrafe dedicado al bar Puerto Rico y a Manuel Luque, el más emblemático de sus sucesivos propietarios. Hasta su demolición, la planta baja (vuelta a González Garbín) estaban ocupados por Deporte Blanes, Relojería La Esfera, Kilaeue (antes Sport Center) y una tienda de lencería. 

Mediado el siglo XIX, tras derribarse las murallas que ceñían la ciudad, Almería se dotó de la necesaria reserva de espacio hacia levante. El ensanche liberó miles de metros que paulatinamente serían edificados, buena parte de ellos pertenecientes al influyente industrial minero Ramón Orozco y herederos. El límite urbanizable de fértiles huertas lo establecía el primitivo cauce de la rambla de Belén (hoy Federico García Lorca). El antiguo paseo de La Alameda y paraje de Los Arquitos fueron parcelados por el arquitecto provincial Enrique López Rull en cuatro manzanas de viviendas burguesas, dejando suficiente espacio para viales públicos. Pedro y Francisco Jover y Tovar se desprendieron de una finca particular a favor de un grupo de socios, quienes, segregada en lotes, vendieron una parte –noviembre, 1882- a Francisco Corominas Carbonell en 1.790 pesetas; encargándole los planos de su residencia familiar, presumiblemente, al citado López Rull. Paralelamente, en las dos últimas décadas del XIX en su alrededor se alzaron tres importantes proyectos arquitectónicos: teatro Apolo, Mercado de Abastos y convento-iglesia de la Compañía de María (inmuebles protegidos por el Pgou vigente). 

Manuel Luque y Pepe Richoly Manuel Luque y Pepe Richoly

Manuel Luque y Pepe Richoly

Según el Registro de la Propiedad, la casa estaba edificada sobre una superficie irregular de trescientos cincuenta y tres metros: sótano, piso bajo y principal, al que le añadirían un tercero de inferior calidad constructiva. Situada en la rambla del Obispo Orberá (antes Calderón), con fachada a García Alíx (antes Hileros), su frontal ochavado encara a la rehabilitada Plaza de Abastos. Las plantas superiores fueron habitadas por propietarios e inquilinos (Conservatorio de Música y Danza y sede de CC.OO, entre otros); baja y sótano alquilados a variados negocios. Tras sucesivos contratos de compra-venta y herencias fue adquirida por José Iruela, quien la donó definitivamente a Cruz Roja tal como proclama la placa existente en su fachada. 

En La Chanca 

José Víctor Iruela Sánchez nació en agosto de 1903 en Pozo Alcón (Jaén); hijo de Víctor y Eugenia, labradores y comerciantes acomodados. Casado en primeras nupcias con su prima Lucrecia Romera Iruela, de la que no tuvo descendencia, se empadronó en Almería avanzada la posguerra, escriturando la casa a su nombre en junio de 1957. Con anterioridad había emprendido un negocio en la Rambla de Maromeros (Avda. del Mar) de entintado de redes, el negocio de mayor actividad del sector. Hasta aquí traían las “artes” de traíñas, arrastreros o de cerco, donde, en espaciosas piletas, trataban las mallas de cáñamo con alquitranes y tintes vegetales –lo que la gente de la mar conoce por “patente”- para hacerlas resistentes al desgaste y roturas. A escasos metros su hermano abrió el Bar Marcelo y en la otra margen -esquina a General Luque- una fábrica de salazones para el elaborado y curación de anchoas y arenques de exquisita calidad que posteriormente fue de Manuel Aranda (propietario a su vez de la acreditada bodega con su nombre en Obispo Orberá). Su cuantiosa fortuna en propiedades inmobiliarias se cifraba en 600 millones de las antiguas pesetas 

Nuda propiedad 

José Iruela enviudó en 1960 y volvió a casarse en segundas nupcias (parroquia de San Pedro, 1971) con la granadina Magdalena Dolores Carreño de la Cruz, con la que tampoco tuvo hijos; quien viviendo en General Luque, falleció el 1 de enero de 1989. La sorpresa se hizo patente durante la lectura del prolijo testamento en la notaría de José Giménez Sanjuán. Al carecer de descendencia directa otorgó la Nuda propiedad del inmueble a la Asamblea Provincial de la Cruz Roja en Almería (la viuda disfrutó de otros bienes). A la entidad legataria internacional sin ánimo de lucro imponía las siguientes (resumidas) cargas nudales y el compromiso explícito de que no podía enajenarlo en un plazo de tiempo inferior a 80 años:

  1. Sufragar y mandar decir tres misas anuales, durante ochenta años seguidos, por el alma de sus esposas Lucrecia Romera Iruela, Magdalena Carreño de la Cruz y la del propio testador.
  2. La de mantener limpio y en buen estado el panteón familiar del testador… En caso de que el Ayuntamiento trasladase el cementerio, Cruz Roja debería comprar el terreno y construir un panteón o mausoleo semejante al existente y trasladar al nuevo los restos que hubiere… “Rogándole a la Entidad legataria que, por caridad humana, siga manteniéndolo limpio y en buen estado trascurridos los dichos ochenta años”.
  3.  La Entidad pondrá junto a la puerta principal de entrada una placa de bronce de tamaño apropiado, de ochenta por ochenta centímetros, expresiva del legado hecho, con el nombre y los dos apellidos del mismo…

 Fijada a la fachada de Obispo Orberá la inscripción rezaba: 

 Edificio legado a la Cruz Roja Española

 por

José Iruela López,

para estímulo de las personas generosas

que sigan el ejemplo de favorecer

y fomentar los fines humanitarios de la Institución.

Almería, 1 de enero de 1989

Reacciones 

En diciembre de 1988 el octogenario Iruela López sufrió una caída en el Paseo. Trasladado al hospital de Cruz Roja en Cta. de Ronda fue diagnosticado de fractura de pelvis, razón por la cual hubo de ser evacuado al complejo hospitalario de Torrecárdenas al carecer ellos de un específico servicio de Traumatología. Firmado por Antonio Marfil, de los hechos dio cuenta La Crónica del Sur que dirigiera Joaquín Abad en sendos artículos (enero, 1989), al tiempo que El País, citando al periódico almeriense, se hizo eco en su edición del 6 de enero. Su viuda, Dolores Carreño, debido posiblemente a los nervios del momento y al desconocimiento de las posibilidades reales del hospital de Cruz Roja, reaccionó visiblemente alterada, con duras frases que en nada se correspondía a la profesionalidad del equipo sanitario del centro. El añorado amigo José Mario Albacete, a la sazón presidente provincial, insistió en tales carencias traumatológicas. Tras recibir el alta en Torrecárdenas, a los pocos días sufrió un “Accidente cerebro vascular” en su domicilio, falleciendo el referido 1989 1º de enero en el Hospital Provincial.

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