Memoria democrática
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XV Aniversario
Diario de Almería cumple 15 años. Y lo celebra entregando sus premios anuales, que llegan a su décima edición. Cinco serán los galardonados este jueves 10 de noviembre en la gala de Diario de Almería en el Auditorio de Roquetas de Mar (20:00 horas). Personas e instituciones de la provincia que destacan por su trayectoria, su vida ejemplar, su proyección internacional o su arte en el ámbito de la cultura.
La celebración será en una gala abierta a toda la provincia, pues todos los lectores de Diario de Almería están invitados para celebrar estos 15 años juntos. Para asistir tan solo hay que mostrar ESTA INVITACIÓN en la entrada del auditorio roquetero.
El acto contará además con la actuación de la OCAL (Orquesta Ciudad de Almería) que interpretará el concierto "Clásicos para un aniversario".
Para el jurado ha sido difícil decidir a quiénes entregar el preciado reconocimiento en esta ocasión en la que además Diario de Almería celebra su 15 Aniversario, pues son muchos los merecedores en las distintas categorías. Si cada año son cuatro los galardones que concede este medio, en esta ocasión hay también una distinción especial.
La distinción especial es para la Diputación Provincial de Almería para conmemorar el 200 Aniversario desde su constitución. La labor de la "Casa de los 103 municipios" ha sido y es fundamental para el crecimiento de la provincia.
El premio con justificación en la “Proyección Internacional de Almería” se honra esta ocasión con su otorgamiento al empresario José Antonio Santorromán Lacambra, socio fundador, Consejero Delegado y CEO de AGROBIO, empresa que se encuentra en el top tres de la producción mundial tanto de colmenas para el control biológico de plagas y la biopolinización, como de insectos auxiliares que garantizan el control biológico.
Agrobío es una empresa almeriense con apenas 30 años de tenaz especialización en la producción de colmenas y comercialización de abejorros e insectos para el control biológico de plagas y la polinización natural. Afrontó el reto de la ingeniería biológica para convertirse actualmente en una de las mayores productoras de su sector, comercializando más de 800.000 colmenas al año y con presencia prácticamente en todo el mundo. Justamente hace unos días uno de sus productos el ORICONTROL PLUS, ha merecido el precio internacional de la IBMA, celebrado en Suiza. Y siendo algo extraordinario, no es nada especial para esta firma cuyo prestigio hoy no conoce fronteras. Un prestigio que, en un mundo tan competitivo, nunca es casual. Como no fue casual empezar con una producción de 15.000 colmenas hace tres décadas para llegar a producir casi un millón actualmente. Una progresión así, representa el esfuerzo y es fruto exclusivo del talento científico aplicado a la agricultura y el campo almeriense, y a la cobertura y confianza que le han dispensado sus miles de agricultores, porque son empresas como AGROBIO las que le ayudan a laborar las miles de hectáreas productivas que cuenta Almería, mejorando en cada campaña su capacidad de innovación para superar los retos de los cada vez más exigentes mercados europeos.
Así, en la persona de su fundador y gerente D. José Antonio Santorromán, se premia este año el ingenio empresarial para potenciar la industria auxiliar del control biológico de plagas en cultivos agrícolas, para convertirse en un referente.
El Jurado otorga el premio del Diario de Almería por “A toda una vida de proyección personal y profesional”, al arquitecto y urbanista almeriense Antonio Góngora Sebastián, cuya maestría y talento en el ámbito urbanístico y arquitectónico ha marcado buena parte del pasado y el futuro urbanístico de la Almería capital y provincial, del finales de S. XX y principios del S. XXI, desarrollando una trayectoria ejemplar, durante un largo periodo que supera los cincuenta años de actividad profesional.
Este es un reconocimiento a un esfuerzo porque no solo ha realizado como urbanista una labor de planeamiento creativo, paliando el caos urbanístico que imperaba la Almería, sino que, a la vez, ya como arquitecto fue pionero en coadyuvar a la incorporación de nuevas estéticas de diseño constructivo, inteligente y previsor con las nuevas tecnologías, o sea, a innovar estética arquitectónica con unos proyectos cargados de futuro. Buena prueba de ello, es que su creatividad ha dejado huella indeleble, entre la que cabe citar, por ser una de sus obras más reconocidas, el diseño de la otrora desolada Rambla de Almería, actual Avenida Federico García Lorca, con una propuesta urbanística histórica que cambió la estructura de la ciudad, ordenó y dio sentido a su futuro. Un proyecto que desarrolló con la colaboración de otros grandes urbanistas almerienses, como Eduardo Blanes o su hermano Luis Góngora, que marcó un hito integrador en el desarrollo de Almería capital y que conjuga con maestría las cuatro dimensiones basilares del urbanismo del futuro: El espacio, la distancia, la densidad y el tiempo. Pero tal proyecto estelar es solo una de sus muchas otras aportaciones innovadoras, entre las que cabe reseñar, además el diseño de la Plaza Mayor de El Ejido, sobre una superficie de más de 6.000 m2, la reforma y ampliación del Club de Mar o del Auditorio Maestro Padilla, la Medianería de la Puerta de Purchena y otros muchos proyectos que han modernizado la capital almeriense y por los que ha merecido multitud de premios.
El premio “Sociedad” se ha otorgado al doctor Miguel Ángel Arráez Sánchez, jefe del Servicio de Neurocirugía del Hospital Carlos Haya de Málaga, además de vicepresidente de la Academia Mundial de Neurocirugía y presidente de la Fundación de la Federación Mundial de Sociedades de Neurocirugía. Se trata de un premio que se suma, casi por aclamación social unánime, al rosario de premios y distinciones de toda la sociedad almeriense y sus dispares colectivos ciudadanos, que vienen desde hace años distinguiendo de una forma u otra al doctor Arráez, en clamoroso y reiterado reconocimiento de su incansable labor curativa en una especialidad de máxima exigencia y complejidad, como la neurocirugía y sus múltiples variables. Un reconocimiento del mérito y del talento de este paisano almeriense que además presume de serlo.
El doctor Arráez nació y creció en una casa del barrio de Ciudad Jardín en la capital, la del número cuatro de la Calle Córdoba, en el seno de una familia en el que imperaba el derroche, en aquellos años de escasez. Pero era derroche, como él mismo ha señalado alguna vez, sobre todo de afecto y de esa felicidad que desprenden los valores familiares convertidos en principios rectores de conductas personales y éticas profesionales. Unos principios que luego consolidó Miguel Ángel durante su educación en el Colegio la Salle, donde presumía, un poco a lo loco, querer estudiar para ingeniero, aunque luego, y sin percatarse de que tal vocación le marcaría la vida, creyó evolucionar para doctorarse en la Universidad de Medicina Granada. Pero tal cambio de rumbo fue muy relativo, porque aunque estudiara medicina, no olvidó su vocación ingeniera, y lo cierto es que acabó especializándose en la aplicación de otras mecánicas y cambió los automatismos politécnicos por los biológicos que operan sobre las neuronas y sus técnicas sanadoras, como fueron la monitorización neurofisiológica intraoperatoria en casos de gran dificultad a nivel de médula, tronco del encéfalo y fosa posterior, logrando con su talento que el departamento que dirige en el Hospital Universitario Carlos Haya sea hoy acaso el centro que más experiencia acumula de todo el país.
Y el “Premio a la Cultura” se le ha concedido a la artista Kina Jiménez, por una vida dedicada a engrandecer el arte de la danza. Se trata de un nombre que ya forma parte inseparable de la historia de la cultura en Almería y que hoy corona orgulloso el nuevo el Conservatorio Profesional de Danza, Kina Jiménez de Almería, un centro de máximo prestigio que ofrece una formación íntegra a los futuros profesionales de la danza reglada, en sus distintas manifestaciones artísticas.
Kina Jiménez, o Kinita, como la conocen cariñosamente los almerienses, se inició en la danza siendo niña, con apenas 10 años, simultaneando estudio, trabajo y danza, en unos tiempos duros para sobrevivir en general y para hacer cultura, mucho más.
Pero su vocación genuina fue tomando forma y sentido entre el folklore lugareño primero, y luego de la mano de Angelita y Pepe Payes que descubrieron y fomentaron su talento y le permitieron viajar por toda España, Europa y buena parte del mundo, acumulando una experiencia que le permitió liderar y engalanar al Grupo de Coros y Danza de Almería como campeón de España de la época.
Su currículo está repleto de éxitos profesionales aunque también de éxitos magistrales con la formación de alumnas, hoy auténticas figuras de la danza y reconocidas como tales por los escenarios de España y del mundo.
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