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Francisco de Burgos, hermano de Colombine (I)

  • Biografía. Uno de los miembros más activos de la familia Burgos es al mismo tiempo el gran desconocido. Personaje poliédrico, con presencia destacada en distintos ámbitos de la sociedad almeriense

No está en mi ánimo glosar las actividades desarrolladas con motivo del 150º aniversario del nacimiento de Carmen de Burgos que finaliza el próximo día 10 de diciembre; efeméride de su venida al mundo (1867) en la Plaza Vieja. En cambio sí me encuentro obligado a mostrar mi decepción y tristeza porque la futura Biblioteca Municipal al parecer no lucirá su nombre. Contenida la tentación de opinar sobre el procedimiento dispuesto por el Ayuntamiento, solo me cabe felicitar a la familia del profesor y editor José Mª Artero como flamante titular. Un año divulgativo y reivindicatorio que concluye -salvo iniciativas no anunciadas- con la merecidísima entrega por la Asociación de la Prensa almeriense a la periodista Mar Abad del Premio Colombine en su VII edición. Y el final en Vélez Rubio de un ciclo de charlas impartidas por el que suscribe -permítanme la licencia- a lo largo de doce intensos meses: Centro de Profesores, UAL, Casco Histórico, Delegación de Cultura (visita guiada), Canjáyar, Lucainena de las Torres, Aguadulce, El Ejido o Alhaurín de la Torre (Málaga).

Sobre la familia de Colombine me he extendido en variados soportes y ocasiones. Especialmente en la figura de su abuelo paterno, Burgos Coronel, asesinado en los alrededores de la catedral en lo que todo apunta a un ajuste de cuentas relacionado con el contrabando; su tío Agustín, senador del Reino; su esposo, Arturo Álvarez e hija María y, naturalmente, en sus padres, José y Nicasia. Matrimonio del que nacieron diez hijos, siendo Carmen la primogénita. En sucesivos capítulos me ocuparé de sus hermanos Francisco y Catalina, aunque sin disponer, lamentablemente, de la suficiente documentación para elaborar sus completas semblanzas biográficas. Ya me habría gustado. No obstante, de ambos ofrezco datos inéditos.

Ejerció asiduamente como publicista (periodista) en distintas cabeceras periodísticas locales

PRENSA Y BODA

Sexto de una larga prole -tres de ellos fallecidos prematuramente; lo mismo que ocurrió con los partos de la propia Carmen-, Francisco de Burgos Seguí nació en 1880 en la c/. Dr. Gómez Ulla, segundo domicilio del matrimonio. Terminada la instrucción primaria y el bachillerato en el Instituto de 2ª Enseñanza, no me consta que cursara estudios superiores, lo que denota una excelente formación autodidacta. Siendo un mozalbete ya dio pruebas de su altruismo ingresando de voluntario, como abanderado, en Cruz Roja (su tío Agustín era Presidente Honorario); mereciendo una medalla y elogios en la prensa de 1898 por asistir -junto al resto de compañeros de la institución- "en las cristianas tareas de alimentar y socorrer a los soldados repatriados de las que fueron nuestras posesiones en Ultramar". En justa correspondencia le dedicó una gacetilla elogiosa (La Opinión) al gobernador Civil, Esteban Agrensola. Era su debut en la prensa local.

Con 24 años fue nombrado corresponsal en Almería de la Real Diputación Nacional Arqueológica y Geográfica, al tiempo que abrió domicilio comercial en Álvarez de Castro nº 2 ("Francisco de Burgos y Hermano"), dedicado a la exportación, importación y consignación de "toda clase de mercancías extranjeras y del país"; no debió irle bien el negocio ya que en la misma dirección anunció seguidamente la venta de serrín de corcho para los barriles de uva. Tampoco prosperó su fugaz incursión en el sector minero, tras comprar una explotación de azufre en el término de Níjar que había sido propiedad del acaudalado Antonio González Egea, promotor del chalet en Plaza Circular donde se ubica actualmente el Museo Dª Pakita.

Con anterioridad, La Crónica Meridional informó en 1907 de que "nuestro querido y particular amigo, D. Francisco de Burgos Seguí, ha sido nombrado secretario de la Junta Nacional de Unión Ibero-Americana, de la que desconozco sus objetivos pero muestra la presencia activa y reclamada en el seno de la sociedad almeriense. Integración a la que ayudó en buena medida la colaboración con su padre en el viceconsulado de Portugal. Representación diplomática que venía ejerciendo desde lustros atrás y que él mismo desempeñó en esporádicas ocasiones, hasta hacerse con la titularidad después del fallecimiento de aquel en junio de 1922.

En agosto de 1913 se produce un hito importante en el devenir de nuestro biografiado: su boda el día 2, en la parroquial de San Pedro, con Pepita Romay Surriá, hija del rico comerciante e industrial Eulogio Romay Núñez, con despacho en el Paseo del Príncipe y c/. Reyes Católicos. La madre de la novia (Joaquina Surriá Romaguera) representó como madrina a Colombine, al encontrarse esta de viaje por Europa y posteriormente en Buenos Aires. Fue padrino de la ceremonia Francisco Javier Cervantes, todopoderoso ingeniero-jefe de la Junta de Obras del Puerto, donde por entonces el novio ya era funcionario de la entidad portuaria. Tuvieron tres hijos, de los que más adelante me ocuparé.

En la fotografía que insertamos se le ve en una excursión a La Garrofa tras la comida en honor de Colombine, ofrecida por el Colegio de Médicos en septiembre de 1931, con motivo del homenaje ofrecido a Nicolás Salmeròn en su Alhama natal por un grupo de personalidades llegadas exprofeso de Madrid. Con ella mantuvo una estrecha relación fraterna, favorecida por la común profesión periodística e ideario político.

Y a su faceta de periodista regresamos; "publicistas" en el argot gremial a caballo de los siglos XIX y XX. En mayo de 1922 publica en La Independencia su primer artículo: crónica de la procesión de San José (desde su ermita) en el marco de las fiestas patronales de Abrucena. Veraneó en la comarca repetidamente ya que en Fiñana tenía propiedades su familia política. Aficionado a la caza, la practicaba aquí y en el coto nijareño de Campo Hermoso.

En 1931 dejó de colaborar en Diario de Almería, segunda cabecera en la que firmó, ya que fue designado director del matinal República, con redacción y talleres en la calle Maura (Gerona). El núm. 1 vio la luz el 14 de julio y se mantuvo en los kioscos durante cuatro años. En una de sus primeros ediciones reprodujo la entrevista realizada por su hermana Carmen a Nicolás Salmerón García, hijo de don Nicolás y diputado por Almería. Se extiende en detalles de la íntima biografía del prócer alhameño; texto incluido en el libro "Hablando con los descendientes", de escasa publicidad. En esta década escribió, además, en el diario Lucha, el semanario Ideario, dirigido por Julián Jiménez, y en programas de Feria, abordando preferentemente temas uveros. Incluso expuso (1930) una maqueta del cultivo del parral almeriense en la Exposición Internacional Iberoamericana de Sevilla. Dos años después, a comienzos de enero, figura con el nº 12 en el listado de socios-propietarios (fundadores) de la recién creada Asociación de la prensa de Almería. Hasta el próximo domingo, aquí lo dejamos.

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