Almería

Manolo Manzanilla (II):Restaurante y tablao flamenco

AL amparo (más bien desamparo) del Pleno municipal de 22 junio de 1962, donde se revisó el Plan de Ordenamiento Urbano firmado en 1950 por Prieto Moreno (conservador de La Alcazaba), comenzó el desastre urbanístico de Almería. Ocurrió bajo el mandato de los alcaldes Pérez Manzuco y Cuesta Moyano. La Ordenanza constructora primaba la elevación en altura en detrimento de la ciudad mediterránea habitable. Nada de racionalidad ni modernismo. Especulación pura y dura. Desapareció el barrio de Las Almadrabillas, la Fábrica de Gas y la vega del Zapillo. En su lugar alzaron las moles de Las Caracolas, Playa, Delfín Verde, Los Tritones o Playamar. Una pantalla de cemento en primera línea de playa escamoteando la visión de la bahía. ¡Ya éramos europeos!

En el Edif. Playa del actual Paseo Marítimo, Manuel Terrón "Manzanilla", cantaor de origen onubense, adquirió su vivienda particular y local donde montar el restaurante y tablado flamenco "Manolo Manzanilla, auténtica novedad en el sector local del espectáculo y la hostelería en el que apenas destacaba el Imperial y Club de Mar

Manolo había figurado en las compañías de baile de José Greco, Pilar López y Rosario y Antonio. Dejó grabado tres discos con los sellos Odeón, Columbia y Regal, con temas incluidos en distintas antologías. Y participó en tres películas: Brindis a Manolete, Duende y misterio del Flamenco y Viaje romántico a Granada

Desconozco las razones de su desplazamiento y fuerte inversión en Almería y el abandono temporal de la gestión directa de su famosa Venta en las afueras de Madrid, en la que se comenta que la duquesa de Alba disponía de un reservado durante sus estancias capitalinas.

Apertura al público

Tras insistente publicidad en Radio, el 14 de junio de 1963 abrió sus puertas, asistiendo el "todo Almería", desde el gobernador Civil, Gutiérrez Egea, y presidente de la Audiencia, hasta lo directores de barcos. Atendidos por los anfitriones, Manuel Terrón y su esposa, Dolores González, tuvo lugar una fiesta de bienvenida amenizada por la orquesta Los Trovadores y el cuadro flamenco de la casa encabezado por Manolo Alegría, Pedro Genil y los guitarristas Rafael Madrid y Vargas Araceli; a quienes se les incorporó el propio Manzanilla y el torero Juan Luis de la Rosa. En Los Trovadores tocaban músicos de sólida formación: Luis Gázquez "El Pillico" (excelente cantaor por fandangos, además), Emilio Leseduarte y Barceló, Francisco Bernabéu "Pacorro" y el vocalista Paco Redondo, a quien en ocasiones reemplazó Cayetano Ledesma. A estos le sustituyeron en momentos puntuales Los Blues y The Ruddy Jazz.

En la planta sótano ubicaron el tablao y sala de baile, mientras que en la superior se hallaba la cocina y el amplio comedor con dos terrazas sobre la playa. Una de ellas, la "Limonada", era la preferida por las mujeres que combinaba el vermú de mediodía con su cóctel especial, "Tropicana" (el güisqui era cosa de hombres). A su cargo estuvo Rafael Pantoja "El Gitano, un maître singular y con "clase" inusual en aquella Almería provinciana de los sesenta; traído del local de Madrid, a donde regresó para regentar la Venta el Gato y la sala de fiestas Los borrachos de Velázquez. Como jefe del personal y hombre de total confianza de Manuel Terrón (y de su esposa cuando este se encontraba fuera) ejerció el burgalés Ismael Murguía Cuesta. Es justo reseñar si no a todos sí a un ramillete de los solícitos camareros que atendieron mesas y barra:

Los amigos Antonio Abad y Luis León

Manuel Fernández "Patati", quien después llevaría la cafetería del Instituto Nacional de Previsión y del Automóvil Club

Antonio Fenoy, un vecino de La Hoya de buena planta

Carmelo y Manuel Povedano (otro maître con Ismael Murguía)

Rafael Esquinas, malagueño que seguidamente trabajó en los restaurantes Imperial (Puerta de Purchena) y Juan Pedro (plaza del Carmen)

Manuel de las Heras, hermano de un conocido boxeador local, y

Pepe Ros, encargado igualmente de la cafetería del INP y dueño del bar Baviera, Rincón de los Toreros y bodega Don Sancho, en c/. Las Posadas.

Las comidas, cenas y celebraciones varias le dieron merecido prestigio por sus elaborados menús, servicio y exquisita presentación. Sonadas fueron las noches de gala en honor a la Mujer Almeriense, a los Pescadores, de la Moda y muy especialmente en Feria y Nochevieja: un toque de distinción en la mortecina ciudad; en un grato ambiente acompañado de cante y baile flamenco, danza española y ritmos de moda a cargo de orquestas prestigiosas.

Raro fue el actor o actriz que no frecuentase sus manteles (Clint Eastwood -sólo langosta y vino blanco Monopol-, Alain Delón, Anthony Quinn, Brigitte Bardot) y el más mediático del que ha quedado memoria: Jhon Lennon. Este vivía al lado, en el Edif. Delfín Verde, y todas las noches bajaba en grupo a cenar, indefectiblemente, paella. El 26 de septiembre del 63, con motivo de su 26 cumpleaños, Manolo Manzanilla le ofreció "una espléndida cena al beatle Jhon Lennon y altas personalidades que están rodando en Almería" (Como gané la guerra, de Richard Lester)

Cuadros flamencos

En la provincia existía una consolidada afición flamenca pero escasas ocasiones en las que satisfacerla. Al margen de las compañías que visitaban el Cervantes, plaza de toros y terrazas-cine de verano, sólo quedaba la Radio y el concurso Fiesta sin Hilos, de Educación y Descanso, en el teatro Apolo. Ni se habían fundado las peñas El Taranto y Los Tempranos ni puesto en marcha el Festival de agosto. Manolo Manzanilla se convirtió por tanto en refugio nocturno de neófitos y cabales. Por su escenario desfilaron artistas locales bien conocidos de todos: Pepe Richoly, José Sorroche, Pepe Barranquete, Eladio Fernández (hermano de Gerundino); Juan Luis de la Rosa y su entonces esposa Fina de Granada, Pepe Ortega y su mujer Carmen Corbalán; José y Juan Gómez, José Luis Gabín, Rafael el Negro… y Alfonso Salmerón. Al bueno de Alfonso lo rebautizó Manolo, cambiando su apellido por el de Rosales tal y como figura en la prensa.

Del kilométrico listado artístico que actuó en el tablao (incluido Fosforito, la bailaora Mariquilla, Melchor de Marchena y Chico Melchor, Enrique Montoya, Chiquito de Málaga (de la Calzada), Perlita de Huelva, Gracia de Triana) cabe destacar la familia al completo de los Habichuela granaínos: el patriarca Tío José Habichuela y sus hijos Lola, Pepe y Luis Carmona (Juan vendría más tarde), a quienes acompañaban por esas fechas Las Gitanas de Bronce, La Faraona y Rocío de Sacromonte. El 15 de septiembre/63 le rindieron un homenaje a Luisito, "bailaor de 14 años, granadino del Albaicín" (prematuramente fallecido). A el se sumaron Salmerón, Barranquete, Sorroche, Gabín y el Niño de Álora, a la sazón propietario de un puesto en el Mercado Central. Parte del elenco marchó contratado al tablao Torres Bermejas de Madrid.

A comienzos de los setenta, convertido en night club y local de alterne, optó por cerrar definitivamente a la vista del evidente declive. Del rico anecdotario generado podría escribirse un libro. Salud.

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