El gesto incívico de tirar las servilletas de los bares a la vía y otros espacios públicos como parques pronto será penalizado con multas desde 120 a 750 euros. Es la última modificación de la ordenanza municipal de la limpieza que el Ayuntamiento de la capital ultima con la aprobación definitiva en Pleno y que obliga aquellos hosteleros que cuenten con terraza a colocar sobre las mesas un pequeño recipiente a modo de papelera para evitar, en una ciudad ventosa como Almería, la estampa de las servilletas voladoras y a los clientes, a usarlas.

Este endurecimiento de las normas de la limpieza ya pasó por Pleno en diciembre del pasado año con una primera aprobación –por unanimidad de los grupos políticas– y regresa este jueves al Salón Noble del Ayuntamiento de Almería para su aprobación definitiva y entrada en vigor, después de un periodo en el que el nuevo articulado ha estado en exposición pública para la presentación de alegaciones. Se especifica que no hacer uso de las papeleras o recipientes colocados en las mesas de los establecimientos de restauración o arrojar cualquier clase de desperdicio, como servilletas, restos de comida, cascos de botellas, etc., será considerado una infracción leve, quedando también prohibido arrojarlos a los solares y fincas particulares.

El cambio normativo obliga no solo a los hosteleros a tener recipientes en las mesas, sino a también a otro tipo de establecimientos como los dedicados a venta de chucherías, de máquinas expendedoras, de cajeros automáticos, de administraciones de loterías, así como de cualquier otra actividad que pueda producir residuos y envoltorios desechables, están obligados a mantener limpia el área afectada por su actividad.

Estando previamente de acuerdo la Asociación de Hosteleros de Almería con la necesidad de poner coto a las servilletas voladoras (uno de los problemas a los que se enfrenta el servicio de limpieza junto a las bolsas de plástico de los mercadillos), Ashal ha presentado alegaciones, una estimada y dos desestimadas. El equipo de gobierno acepta que sea una única papelera en el caso de mesas agrupadas y desestima liberar de responsabilidad al hostelero de las servilletas arrojadas al suelo (tienen que limpiarlas), así como sacar de esta obligación las servilletas de papel tipo textil.