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Terribles naufragios del siglo XX

  • Tragedias. El mar se ha llevado a lo largo de la historia a muchos profesionales en el desempeño de su función. Los temporales no perdonan y convierten las aguas en un peligro

Terribles naufragios del siglo XX

Terribles naufragios del siglo XX

HUNDIDO EN LA ISLA DE SAN ANDRES

Aunque no dan una fecha exacta, muchos viejos pescadores de Carboneras aseguran que el hundimiento del barco, al que popularmente le llaman "Chincholita" se produjo en 1934 un año y medio o dos antes de que comenzase la Guerra Civil española.

El barco, de unos cuarenta metros de eslora, transportaba mineral que había cargado en el puerto de Garrucha y navegaba rumbo al Estrecho. En esas fechas un fuerte temporal de levante se había dejado sentir en el litoral levantino almeriense.

Una de las rachas lo desvió impactando violentamente contra las rocas de la zona sur del islote de San Andrés. Toda la tripulación, entre ocho y diez hombres, murieron ahogados excepto el maquinista del buque que fue hallado vivo al amanecer del día siguiente en la playa extenuado después de haber estado nadando durante varias horas intentado alcanzar la costa.

NAUFRAGIO DEL "AGUSTÍN Y ROSA"

En este caso los viejos pescadores de Carboneras aunque recuerdan el hecho tienen serias dudas acerca de cual fue el fenómeno meteorológico que una noche del mes de abril de 1945 provocó el hundimiento del pesquero "Agustín y Rosa" con base en esta localidad sorprendidos por un virulento temporal cuando navegaban frente a las costas murcianas entre el Cabo de Palos y Cartagena unas horas después de que saliesen del puerto almeriense.

Los viejos pescadores hablan de un tornado como el elemento que envolvió y echó a pique al pesquero "Agustín y Rosa" que desapareció en el mar con sus seis tripulantes entre los que se encontraban dos hermanos.

DESAPARECIDO EL "MARIA ENRIQUETA"

El fuerte temporal desatado en las aguas del Estrecho de Gibraltar la noche del 13 de diciembre de 1949 acabó con la vida de seis pescadores almerienses tripulantes del pesquero abderitano "Maria Enriqueta" protagonizando una de las más dramáticas tragedias vividas por la gente de la mar en Adra. Los cadáveres de los seis marineros quedaron sepultados en aguas del Mediterráneo.

La tragedia en las costas africanas, concretamente frente a Villa Sanjurjo provocó además la destrucción de la flota pesquera almeriense. El temporal desatado fue considerado entonces como uno de los mas intensos de los últimos cincuenta años.

La flota pesquera fue sorprendida por la tempestad casi en el mismo puerto de Villa Sanjurjo. La desgracia se cebó con el "Maria Enriqueta". El fuerte temporal los pilló cuando tras localizar un banco de peces faenaban en un tramo de la costa norteafricana entre el "Morrón Nuevo" y el peñón de los Vélez.

A PIQUE EL "ANA MONTOYA"

La noche del 22 de diciembre de 1951, el pesquero almeriense "Ana Montoya" con seis tripulantes a bordo, desapareció en aguas del Estrecho. La tormenta les sorprendió a media tarde cuando los marineros se encontraban retirando los palangres.

Junto al "Ana Montoya" propiedad Diego Alonso Asensio a unos doscientos metros otro pesquero el "Irene" del mismo armador ya había sacado las artes del agua y enfilaba proa hacia el puerto de Tarifa. De pronto el vendaval se desató. El fuerte viento aumentando por minutos atrapó al "Ana Montoya" que desapareció hundiéndose en una hora dejando escasos vestigios sobre el agua.

La desesperación se adueño de la barriada de Pescadería de donde todos los pescadores ahogados eran vecinos.

NAUFRAGIO EN PUNTA ENTINAS

Fue un naufragio rápido e impredecible. El buque mercante de bandera española "Asteme-III" de 540 toneladas de registro en bruto se hundió a mediodía del 9 de noviembre de 1957 a escasamente ocho millas frente a las costas de Punta Entinas. Cinco personas murieron ahogadas.

El buque propiedad de la empresa "Fruteros del Mediterráneo" matriculado en Sevilla había llegado la noche antes al puerto de Almería después de haber doblado el cabo de Gata buscando refugio ante un fuerte temporal desatado en todo el mar de Alboran. Durante unas horas tocó Almería y sobre las once de la mañana los prácticos le daban la salida de la boquera del puerto . El "Asteme-III" en lastre tenía fijado en su hoja de ruta como próximo destino Casablanca.

El buque de unos cincuenta metros de eslora y casi nueve metros de manga equipado con un motor de seiscientos caballos se fue a pique en apenas hora y media.

HUNDIMIENTO DEL PESQUERO "EL CLAVEL"

Naufragio y hundimiento del pesquero almeriense "El Clavel" al sufrir una vía de agua como consecuencia de un fuerte temporal cuando la embarcación se encontraba en aguas del Atlántico en el mes de noviembre de 1958 dedicándose a la pesca de palangre.

En el naufragio murieron ahogadas cuatro personas, un padre y sus tres hijos todos ellos miembros de la familia Pomares. El pesquero llevaba ya varios días en la mar y cuando les sorprendió el temporal se encontraba faenando dedicado al palangre en la zona conocida como "La Perla" entre Algeciras y Tarifa.

No hubo supervivientes. La tragedia causó una profunda consternación en toda la capital y muy especialmente en la zona de la Plaza de Pavía y calle del Encuentro donde vivían los pescadores.

NAUFRAGIO DEL PESQUERO "BARBARA Y JAIME"

La angustiosa llamada de socorro procedente de la radio del pesquero "Bárbara y Jaime" comenzó a recibirse en la sala de Control de la Comandancia Militar de Marina de Almería a las 23,15 horas del 15 de febrero de 1971. Allí en alta mar, el temporal había desatado toda su fuerza. El "Bárbara y Jaime" con doce tripulantes a bordo se encontraba a la deriva y sin control. Pese a que los tripulantes eran avezados marineros fueron incapaces de poner la embarcación en rumbo. Hubo momentos en que las olas superaban loss ocho y diez metros de altura.

El naufragio fue relativamente rápido aunque no se sabrá jamás cuanto tiempo estuvieron estos doce hombres luchando contra la muerte que se les venía encima. Se trata de la mayor tragedia pesquera ocurrida en la provincia durante el pasado siglo. Los cadáveres de estos doce hombres no llegaron a ser recuperados.

TRAGEDIA DEL "COLORAO"

"El Colorao", un potente barco de pesca con base en Adra, se hundió la madrugada del seis de abril de 1979 frente a las costas catalanas de Arenys de Mar. La muerte sorprendió durmiendo a la mayor parte de la tripulación. Fue un golpe seco, violento, acompañado de un estampido ensordecedor que despertó a los marinero, aunque cinco no tuvieron tiempo de reaccionar engullidos por el mar al quedarse atrapados en las literas de los camarotes. A dos de ellos la muerte les sorprendió en la cubierta del pesquero.

El buque mercante Playa Dorada partió el pesquero por la mitad. El accidente se produjo a unas cuatro millas escasas de la costa. De los doce tripulantes, cinco lograron sobrevivir, los restantes murieron ahogados.

NAUFRAGIO DEL MERCANTE "SEA CARRIER"

Ocurrió minutos antes de las seis de la tarde del martes 12 de febrero de 1990. El buque de bandera egipcia "Sea Carrier" se hundió frente a las costas almerienses a unas doce millas al sur de la Punta del Sabinal a una profundidad de unos trescientos metros. En el naufragio murieron ocho personas ahogadas y otras siete fueron rescatadas con vida. El fuerte temporal que azotaba en esos momentos las costas de Almería provocó un corrimiento de la carga que abrió una amplia brecha en la línea de flotación de buque.

El barco hundido desplazaba unas 1.000 toneladas, no figuraba en el nomenclátor de rutas y llevaba quince hombres en la tripulación. Hasta la fecha ha sido el último naufragio de un buque mercante de alto tonelaje que ha ocurrido frente a las costas de Almería.

DESAPARECIÓ EN "EL CANTO DEL ALMERIA"

El pesquero "Beti Donosti" dedicado a la pesca de palangre, estaba matriculado en San Sebastián, con tripulación gallega, desplazaba un total de diecinueve toneladas de registro bruto y estaba equipado con varios motores de 126 caballos de potencia. Su desaparición en alta mar, con siete pescadores a bordo ha sido una de las mas destacadas tragedias ocurridas en el litoral almeriense en los ultimo treinta años.

El pesquero salió del puerto almeriense a medio día del 23 de abril de 1991 con rumbo hacia la zona entre el Cabo de Gata y el Cabo Sacratif, entre diez y doce millas de la costa, donde habitualmente faenaba. La última vez que fue visto por otras embarcaciones fue esa misma tarde, navegando frente a las costas de Retamar, doblando el Cabo de Gata, cuando había empezado a levantarse un fuerte temporal de levante.

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