Ocho de cada diez nuevos almerienses nacen fuera: así crece la provincia

Almería crece, cambia y se rejuvenece. La provincia suma 11.952 habitantes en el último año y alcanza los 779.673 residentes, según los datos provisionales de la Estadística Continua de Población del Instituto Nacional de Estadística (INE), a fecha de 1 de octubre de 2025. Este aumento no procede de los nacimientos, sino de las nuevas llegadas: 8.509 nuevos residentes tienen nacionalidad extranjera, lo que supone el 71% del crecimiento, y la cifra asciende a 9.897 si se contabiliza a quienes nacieron fuera de España, un dato que incluye tanto a extranjeros recién llegados como a personas que ya entran con nacionalidad española, por ejemplo en casos de reagrupación familiar. La mayor parte pertenece a edades entre 20 y 39 años, lo que refuerza el perfil joven y activo del nuevo crecimiento demográfico de la provincia.

La subida se concentra en edades entre 20 y 39 años, es decir, población activa que viene a trabajar, asentarse y desarrollar proyectos de vida. Frente a territorios que pierden habitantes, Almería consolida un crecimiento sostenido ligado a nuevas llegadas, no a nacimientos, lo que marca un perfil demográfico diferencial dentro de Andalucía y España.

El número total de extranjeros asciende a 184.502 residentes, mientras que 200.997 personas nacidas fuera del país viven ya en la provincia, equivalentes al 23,7% y 25,8% del censo. Dicho de otro modo: uno de cada cuatro almerienses ha nacido en otro país, reflejo de un proceso de asentamiento estructural y no coyuntural.

La franja de 0 a 9 años desciende ligeramente respecto al ejercicio anterior, señal de natalidad baja, aunque este efecto se compensa con la llegada de población joven en edad fértil. Este fenómeno estabiliza la pirámide demográfica y coloca a Almería en una posición distinta a provincias que ya experimentan pérdida poblacional y envejecimiento acelerado.

Una provincia que rejuvenece

El perfil de quienes llegan sostiene sectores estratégicos de la economía local. La incorporación de trabajadores jóvenes refuerza actividades como la agricultura tecnificada, la construcción, la logística y la hostelería, así como el tejido comercial y de servicios. Este impulso contribuye a mantener el dinamismo económico provincial.

Además de la población laboral, la provincia sigue atrayendo a residentes europeos retirados, sobre todo en el Levante almeriense, lo que impulsa el mercado inmobiliario y servicios asociados. Este colectivo, sin embargo, requiere planificación sanitaria adaptada a su perfil de edad.

Más presión en vivienda y servicios

El crecimiento demográfico se concentra en el Poniente almeriense y el área metropolitana de Almería capital, intensificando la demanda de vivienda, plazas escolares y atención sanitaria. El aumento de población obliga a reforzar servicios públicos para atender una expansión constante del padrón.

El mercado de alquiler también comienza a percibir tensión en zonas con mayor llegada de población, lo que añade presión sobre el acceso a la vivienda. Este escenario anticipa la necesidad de políticas que faciliten oferta residencial suficiente y equilibrada.

El incremento obliga a pensar en movilidad metropolitana y comarcal. La mejora del transporte público y la planificación urbana aparecen como claves para acompañar un crecimiento que, según las cifras, continuará en los próximos años si se mantienen las condiciones actuales de empleo y calidad de vida.

Almería sigue creciendo porque la eligen. La gestión de esta fase de expansión será determinante para consolidar un modelo de crecimiento ordenado, con equilibrio territorial, acceso a servicios, vivienda y cohesión social. La provincia encara el futuro con un impulso demográfico sostenido que la aleja del estancamiento que afecta a otras zonas del país.