Almería

¿Conoces las zonas de Almería con más riesgo de sufrir terremotos?

  • Laujar, Fuente Victoria o Fondón, núcleos en plena Sierra Nevada, accidente de formación por empuje de placas, y Carboneras o Cuevas, con sendas fallas en sus profundidades, epicentro los mayores temblores

El director del Instituto Andaluz de Geofísica, José Morales, señala zonas de intensidad de terremotos.

El director del Instituto Andaluz de Geofísica, José Morales, señala zonas de intensidad de terremotos.

El 22 de septiembre de 1522 se produjo terremoto más devastador de la historia de España. Su epicentro estuvo situado en Las Alpujarras, dentro del término municipal de Instinción, tuvo una magnitud de 6,8 grados y una intensidad de 10 puntos, la máxima que existe. Pero su efecto destructor tiene que ver con su profundidad, a un kilómetro escaso de la superficie.

La energía del seísmo se sintió hasta en Granada, provocando daños en la Alhambra (sus torres se cuartearon y el sepulcro de los Reyes Católicos tampoco escapó de la ruina) y actuó con gran virulencia en las comarcas del Andarax y el Nacimiento. Secó fuente Vacares, situada entre Mondújar y Huéchar. Dejó sin agua el manantial de Alhama de Almería al hundirse la fuente (de ahí el nombre de Alhama la seca).

Pero la peor parte se la llevó la capital, que quedó prácticamente destrozada. La mayoría de sus viviendas se vinieron abajo y, con ellas, la vida de casi dos mil personas, en su mayoría niños y mujeres, que no pudieron escapar al primer movimiento de tierra.

Homenaje a las víctimas del terremoto de 1518 en Vera Homenaje a las víctimas del terremoto de 1518 en Vera

Homenaje a las víctimas del terremoto de 1518 en Vera

En la otra punta del mapa de la provincia, en 1518, Vera desapareció en el segundo terremoto más importante de la provincia de Almería. Los muertos, sólo en Vera, fueron unos 150, quedando la ciudad completamente destruida y arruinada. Y algo menos le pasó a Mojácar, donde los fallecidos se aproximaron a la veintena.

Las Alpujarras y, concretamente, municipios como Laujar, Fuente Victoria y Fondón, por el empuje de la placa eurasiática en un elemento natural tal y como es Sierra Nevada, que precisamente se formó por el roce de las dos placas, y el Levante, a causa de fallas como la Serrata Carboneras o la de Palomares, a la que habría que añadir los temblores provocados por la de Alhama de Murcia, son las dos zonas de la provincia con más riesgo de sufrir terremotos. De hecho, los más devastadores se han producido justamente en esas zonas.

En el caso de la falla Serrata Carboneras, es una de las más activas España y responsable de la sismicidad localizada en esta zona. Corresponde a la prolongación submarina, durante mas de 80 km, de la que se encuentra en tierra. Una falla es activa cuando deforma sedimentos cuaternarios, es decir cuando muestra evidencias de movimientos durante los últimos 1,8 millones de años.

Entre los accidentes que se encuentran en el Mar de Alborán destaca el ‘Banco de Chella’, también conocido como Seco de Los Olivos, frente a las costas de la capital almeriense, un volcán de edad Neógena compuesto por varios picos alrededor de su cuerpo principal. Tiene la parte superior achatada, debido a la erosión cuaternaria producida durante las bajadas de nivel del mar en los periodos glaciales.

Otro accidente del fondo marino es el denominado 'cañón de Almería' un accidente que se produjo por erosión durante las oscilaciones del nivel del mar en el Cuaternario. Posteriormente, se desarrolló a favor de la erosión producida por las corrientes cargadas con sedimentos. En el caso de este accidente, se aprecia que existen otros cañones y cárcavas más pequeñas que desembocan en él (tributarios), como el sistema de cañones de Dalías.

La serie de terremotos que se vienen dando con mayor intensidad, durante los últimos años, en el Mar de Alborán han provocado un efecto dominó en el trabajo de las administraciones, que han revisado y acelerado sus planes de emergencias. En principio, y solo en principio, no hay que alarmarse. Esta es una zona de temblores continuos y por etapas que no suelen ser extremos ni de gran gravedad.

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