El Ayuntamiento de Almería se cura en salud y oferta el servicio de parques y jardines por 33,3 millones de euros y por un periodo de cuatro años con nuevas condiciones. Después del desplome de un árbol en la plaza de España de Ciudad Jardín y de verse también obligado el año pasado a talar la palmera del Paseo por peligro de caída, el Consistorio le exige a la nueva concesionaria –actualmente el mantenimiento de las zonas verdes lo realiza Cespa– doctores en árboles de gran porte y singulares, que tendrán que pasar por chequeos periódicos e incluso mensuales.

Según ha explicado el concejal de Servicios Municipales, Juan José Alonso, este tipo de evaluaciones se han venido realizando, si bien no eran obligación de la empresa concesionaria. Pero ahora, con el nuevo contrato, sí, y es muy incisivo al respecto. “La gestión del arbolado urbano es una tarea que requiere un esfuerzo continuado de estudio y actuación, que tiene por objeto –explican– no solamente la preservación de los ejemplares en correcto estado fitosanitario, sino también garantizar la seguridad” de los ciudadanos. Labor especialmente significativa dado que, como indica el concejal, “una parte importante del arbolado urbano está constituido por ejemplares adultos”. Los más longevos se encuentran, entre otras zonas, en el Paseo, parque Nicolás Salmerón, plaza de España o junto al Hospital Provincial.

Uno de los técnicos de la empresa contratada el año pasado mide el tronco del ficus del Paseo

Se le exige a la próxima concesionaria “responsabilidad” en el seguimiento y control de la sanidad vegetal y de la seguridad del arbolado. Por contrato, deberá responder a tres fases fijadas en el pliego de condiciones técnicas consultado por este periódico.

La primera, o fase cero, es la actualización del inventario en el plazo máximo de dos meses. De forma paralela procederá, en la fase 1, a la inspección de cada uno de los ejemplares por parte de un técnico arborista, comenzando por las áreas en las que exista un riesgo más elevado con árboles de diana más alta y en zonas infantiles, colegios o de elevado tránsito peatonal. “Esta primera inspección visual tiene como objetivo realizar un primer filtrado que discrimine los ejemplares que claramente no presenten indicios de riesgo del resto que serán los que se diagnosticarán y pasarán a la segunda fase”. Estas inspecciones visuales se realizarán cada tres meses y también afectarán a las palmeras aunque, por sus propias características, están sujetas a un protocolo diferente.

Resultado de las inspecciones visuales, cada uno de los árboles de la ciudad tendrá su propia ficha individual. Con los datos recabados, el Ayuntamiento elaborará un plano del término municipal por peligrosidad del arbolado y actuaciones preferentes, marcando por colores los índices de riesgo y describiendo las diferentes prioridades en lo que será el plan de actuación. El plano será modificado tras cada campaña de poda, elaborando una leyenda que indique los distintos tratamientos, revisiones de tutores...

La fase 2 consiste en la evaluación del riesgo, en la que se inspeccionará de forma exhaustiva los árboles problemáticos. Exige el Ayuntamiento el empleo para ello de “toda la metodología existente en el mercado” y técnicos con experiencia demostrada en arboricultura. De no ser así, la empresa concesionaria podrá contratar un consultor especializado e independiente. En cuanto al arbolado singular, la nueva empresa se compromete a realizar, como mínimo, una revisión mensual visual de los ejemplares catalogados, con ascenso incluido a las copas.