Literatura

Las "desmemorias" de una abogada de provincias reconvertida en escritora

  • La letrada Rita María Sánchez publica 'PUra TogA. Desmemorias de una Letrada de Provincias' (Editorial Arraez)

  • La casualidad ha querido que la presentación de su libro coincida con su campaña para ser elegida como primera decana del Colegio de la Abogacía de Almería

La letrada Rita María Sánchez publica 'PUra TogA. Desmemorias de una Letrada de Provincias' (Editorial Arraez).

La letrada Rita María Sánchez publica 'PUra TogA. Desmemorias de una Letrada de Provincias' (Editorial Arraez). / Carlos Barba/EFE (Almería)

Rita María Sánchez es vicedecana del Colegio de la Abogacía de Almería y durante 33 años ha ejercido en la provincia más oriental de Andalucía, una experiencia que se refleja en las páginas de su libro 'PUra TogA. Desmemorias de una Letrada de Provincias' (Editorial Arraez).

En una entrevista con EFE, la letrada indica que su obra está compuesta por cinco relatos en los que “siempre hay una retranca” que ya se “puede advertir” incluso en el juego de “mayúsculas y minúsculas” con el que se ha escrito el título en la portada, porque se puede ver “que lo más puro se puede convertir en lo más contrario a esa pureza”.

Sánchez reivindica el “provincianismo” de una Almería en el “extrarradio, incluso aislada, lejísimos de todo”, y del mundo rural con todas sus “implicaciones”, todo ello a través del hilo conductor que es la abogada que da nombre a su creación literaria, a través de la cual “se ve la realidad de 25 años de la justicia almeriense.

Porque en sus relatos hay personajes inspirados en personas reales, cuyo nombre se ha alterado “para evitar demandas” -dice entre risas-, pero también otros inventados que “quizás son los más reales, porque son arquetipos que existen, con ese tipo de pasiones, aspiraciones y de acciones que tienen”.

Así, se dan la mano policías, fiscales, jueces, “todo el mecanismo de la justicia”, pero también quién para ella debe “ser el centro del sistema”, el justiciable. Aunque tocan otras jurisdicciones, en su libro “reina” la penal, en el “delincuente, o en la persona que es objeto de una acusación, que no es lo mismo”.

“Todos pensamos que somos ciudadanos ejemplares hasta que no llega el momento en que nos encontramos en una disyuntiva y la que a lo mejor tenemos una mala reacción o una mala noche y terminamos siendo víctimas o verdugos”, explica,

Su intención no es la de redimir a nadie porque “lo que redime a las personas son sus acciones y su forma de ser en la vida”, aunque cree que estos personajes sí que dan un mensaje de “esperanza en la redención”, a lo que suma que el fin “último” de la represión penal del delito es la reinserción y la recuperación de esa persona para la sociedad.

En ‘Los Lebreles’, uno de sus relatos, encuentra por ejemplo su eco una familia – “extensa no, extensísima” - que ha sido cliente de la abogada durante más de 20 años. “Siempre que tienen algún tipo de problema, no sólo penal, acuden a mí. Y mi orgullo y satisfacción es poder ayudarles, directamente o recomendando a un compañero especializado”, revela.

Precisamente, Sánchez considera que con la “deriva insufrible de la diarrea legislativa que padecemos, es imposible ser un abogado para todo, como antiguamente (…) Pero la relación de confianza, que es lo que define a esta profesión, la sigo teniendo”, añade.

Apunta, por otro lado, que el humor le permite tratar temas tan “tremendos” como un vis a vis en una prisión; una noche en el calabozo; o esos trayectos de 80 kilómetros “en mitad de un aguacero de una noche de ventisca” para asistir un caso en un pueblo distante.

Aquí realiza precisamente un primer alegato en defensa del turno de oficio, que para ella es “la esencia de la abogacía, la pata fundamental, el sustento del estado social y democrático de derecho”. “Sin abogados no hay justicia y sin abogados de oficio lo que hay es injusticia”, abunda.

La casualidad ha querido que la presentación de su libro coincida con su campaña para ser elegida como primera decana del Colegio de la Abogacía de Almería, que celebra sus elecciones el próximo 22 de diciembre. “Esta aspiración la tengo desde que me comprometí por segunda vez con la abogacía institucional allá por 2014, que pasé de ser diputada quinta a diputada cuarta”, desvela.

Desde entonces empezó a acariciar este proyecto, que se sustenta en tener firmeza en la defensa de la profesión, dar nuevamente relevancia al colectivo en Almería, aumentar los servicios colegiales, prestigiar el turno de oficio, y lograr más transparencia, cercanía y efectividad, ha dicho.

La abogada asegura con amargura que existe una “devaluación del respeto” y de las “relaciones humanas”, y reivindica que los abogados, cuando ejercen, “especialmente en la esfera penal”, sean considerados autoridad como ya pasa con los médicos, ante situaciones “lamentables” que han acabado incluso con la muerte de un letrado.

Pretende impulsar también una “defensoría del colegiado”, el asesoramiento a víctimas de trata y de delitos sexuales, pero también una oficina del turno de oficio, cuyos abogados sufren “un maltrato histórico por parte de la administración, y en general, en sus relaciones con los demás estamentos”.

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