Diez amenazas que ponen en peligro el Cabo de Gata

Medioambiente

Miles de personas visitarán la zona este verano y eso supone muchos riesgos para preservar un entorno especialmente delicado

Cabo de Gata, un paraíso que hay que aprender a cuidar

Una mujer se realiza una foto subida en la duna fósil de Los Escullos.
Una mujer se realiza una foto subida en la duna fósil de Los Escullos. / Diario de Almería

El verano ya ha comenzado y uno de los mayores atractivos de Almería en estos meses es su Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. Son más de 50.000 hectáreas entre zonas terrestres y marinas, con una biodiversidad de gran importancia.

Por sus playas paradisíacas pasarán miles de personas en muy poco tiempo, por lo que existen multitud de amenazas que ponen en peligro un entorno tan bien protegido. Por ello, Salvador Parra, director del parque natural almeriense, cree que "es muy necesario que la gente conozca las buenas prácticas dentro del parque para su protección". En este sentido, señala que lo primero que debe hacer el visitante es informarse a través de los diferentes puntos de información y los centros de interpretación, así como en la web o con la cartelería presente en el parque.

Hay muchas amenazas para el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, pero estas son las diez más importantes:

1. Las anclas contra la posidonia

La posidonia es el gran pulmón sumergido en el mar del Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar. Como explica Víctor Gutiérrez, coordinador de conservación y restauración de ecosistemas de la Fundación Biodiversidad, las praderas de posidonia del parque están muy bien conservadas y "son el verdadero pulmón del Mediterráneo, ya que tienen la capacidad de absorber prácticamente 20 veces más carbono que un bosque". Por ello, son esenciales para la regulación del clima y, como destaca, "afortunadamente tenemos praderas en muy buen estado ecológico en la provincia de Almería".

Posidonia en las aguas del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar.
Posidonia en las aguas del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. / Parque Natural Cabo de Gata-Níjar

Pero en verano, sobre todo, hay una amenaza que las acecha: el fondeo de embarcaciones. Si las anclas se tiran sobre praderas, tanto por el anclaje como por el arrastre se destroza buena parte de la pradera y son ecosistemas que tardan mucho tiempo en recuperarse. Por ello, está prohibido fondear en las zonas donde hay posidonia y se han instalado algunas boyas que permiten el fondeo ecológico.

2. Los selfies en la duna fósil de los Escullos

Subir a la duna fósil de los Escullos y hacerse una foto encima del saliente rocoso con la playa del Arco de fondo se ha convertido en una de las actividades habituales de los turistas que visitas el parque natural. Como explica Salvador Parra, director del parque, “es primordial respetar ciertos sitios que son muy sensibles”, como es este acaso. Lamenta que la gente siga subiendo al saliente “a pesar de que hay carteles que informan de la prohibición”. Gloria García, asesora científica del geoparque, asegura que el problema no es solo para el saliente fósil en sí, sino que toda la zona está siendo muy degradada por las pisadas. “Están destrozando el afloramiento, que es muy reciente y hemos comprobado con imágenes que ha sufrido una erosión enorme en los últimos años”, explica. Por eso van a delimitar el acceso con un sendero acotado para que nadie puse fuera de esa zona, una actuación que ya se ha llevado a cabo en otras zonas con una problemática similar, como en el Roque de Los Muchachos en la isla de La Palma.

Una persona sobre la duna fósil de Los Escullos.
Una persona sobre la duna fósil de Los Escullos. / Víctor Visiedo

3. Aparcamiento en zonas no habilitadas

El director del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar explica que uno de los problemas que sufre el entorno estos meses es el estacionamiento de vehículos en zonas no permitidas. Al transitar por zonas fuera de los caminos habilitados se pueden dañar especies protegidas. Pero este no es solo un problema del verano, que además es cuando hay más vigilancia, sino que en invierno y primavera hay una gran cantidad de autocaravanas que, si se salen de las vías habilitadas, son un gran peligro para el parque.

Aparcamiento en la zona de Genoveses.
Aparcamiento en la zona de Genoveses. / Diario de Almería

En las diferentes playas vírgenes del parque hay zonas de estacionamiento controladas, algunas de ellas de pago como las de Genoveses, Mónsul, Barronal o la playa de Los Muertos.

4. Pernoctar en el parque

A colación del punto anterior está la pernoctación con vehículos dentro del Parque Natural, algo que está totalmente prohibido. “Una autocaravana puede estacionar durante el día en un aparcamiento establecido, pero no está permitida la pernocta”, aclara Salvador Parra. Para ello, existen algunos campings con todo tipo de servicios, por ejemplo en Los Escullos, Las Negras, San José o Pujaire, por citar algunos ejemplos. Desde Medio Ambiente llevan a cabo numerosas iniciativas disuasorias al respecto. En el ámbito puramente punitivo, en el año 2024 se interpusieron 152 multas por estacionamientos de vehículos habilitados como vivienda (autocaravanas o furgonetas camperizadas) tras la puesta de sol en zonas no permitidas.

Medio millón de visitantes en verano

El Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar recibe cada verano casi medio millón de visitantes, según las estimaciones realizadas a través de los datos de los que disponen, por ejemplo, a través de la zona donde hay restricción de acceso a vehículos de Los Genoveses, o del aparcamiento de la playa de los Muertos. En las memorias del parque natural de los últimos años se estima que, tan solo por esas dos zonas pasan en torno a 300.000 visitantes. Por ello, el director del parque cree que no es descabellado cifrar en 400.000 o 500.000 las personas que visitan la zona durante el verano.

5. Senderismo fuera de las rutas establecidas

A lo largo del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar hay multitud de senderos oficiales que transitan tanto las playas más salvajes como las zonas montañosas del interior. Y esta es, sin duda, una buena forma de conocer estos paisajes a la vez que se practica deporte. El problema viene cuando se realiza con grupos muy numerosos o simplemente se decide no seguir la ruta establecida y caminar fuera de los senderos. En esos casos se pueden producir daños en el entorno, al pisar especies protegidas. Por ello, desde la Delegación Territorial de Sostenibilidad y Medio Ambiente se hace un llamamiento a “la responsabilidad” para “respetar un patrimonio natural que es de todos y que entre todos debemos garantizar su conservación”.

Unos senderistas por una de las rutas cerca de Los Escullos
Unos senderistas por una de las rutas cerca de Los Escullos / Víctor Visiedo

6. Exceso de kayaks

Los paseos el kayak por el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar es una actividad que está regulada y autorizada (para las empresas que tienen permisos). Sin embargo, los kayaks también pueden llegar a ser una amenaza para el parque. Como explica Gloria García, hay actividades que parecen inofensivas, por ejemplo los kayaks, pero cuando hay una gran concentración en una zona en concreto pueden causar daños. “Son 15 empresas, hay gente que sabe, gente que no sabe y va pegando palazos… Cuando hay viento de levante, por ejemplo, pueden acumularse muchos kayaks en la zona del Arrecife de Las Sirenas y puede ser perjudicial”, dice. En definitiva, el problema es la capacidad para soportar determinadas cargas de personas. “Casi ninguna actividad es mala en sí misma, pero el problema es cuando hay mucha carga del espacio, y entonces sí que lo podemos alterar”, explica Víctor Gutiérrez, coordinador de conservación y restauración de ecosistemas de la Fundación Biodiversidad. Algo similar ocurre con el buceo, que puede tener impacto cuando está masificado.

Varios kayaks en el Arrecife de las Sirenas.
Varios kayaks en el Arrecife de las Sirenas. / Diario de Almería

7. Las motos de agua

Las motos de agua, como el resto de vehículos a motor, pueden navegar por las aguas del parque natural siempre que no invadan las zonas balizadas. Sin embargo, los expertos creen que sería necesario regular y restringir más debido a los daños que provocan en el entorno. En este sentido, la Dirección del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar anunció en mayo que establecerá unas mayores restricciones sobre el uso de motos náuticas, de acuerdo con el compromiso alcanzado en el seno de la Comisión de Socieconomía y Turismo. La dirección del parque atiende, de esta forma, la propuesta presentada por la Coordinadora de Asociaciones Vecinales de los Pueblos de Cabo de Gata. Entiende que el uso de motos acuáticas y otras actividades acuáticas, y las pruebas deportivas que se disputan en el ámbito territorial del parque, son “tan sensibles que, además de suscitar un gran rechazo social, son causantes de importantes daños medioambientales”. Por ejemplo, se ha constatado que las motos de agua pueden dañar a las tortugas bobas.

8. Los barcos “taxis” piratas en las calas

¿Se puede coger un barco en Las Negras para ir hasta la cala de San Pedro? ¿O ir en uno de esos “taxis” hasta la cala de Enmedio? La respuesta es no. Esta actividad es totalmente ilícita. Por eso, desde el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar se recomienda que antes de contratar cualquier servicio de este tipo se exija ver la autorización pertinente. De hecho, desde hace cinco años está totalmente prohibido acceder con embarcaciones, ya sean de motor o vela, a un buen número de calas y playas vírgenes.

Embarcaciones en la cala San Pedro.
Embarcaciones en la cala San Pedro. / Diario de Almería

La Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul ha restringido la navegación de embarcaciones en varias zonas del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar durante el verano (hasta el 30 de septiembre) para proteger los hábitats litorales de especial valor ecológico y ordenar las actividades de uso público en su franja marina. Esta decisión se toma para evitar daños sobre el ecosistema costero durante la época estival, periodo en el que se registra una intensa presión turística, especialmente mediante el uso recreativo de embarcaciones que acceden a playas naturales por vía marítima. Esta zona alberga 22 tipos de hábitats de interés comunitario, algunos de ellos prioritarios, como las praderas de posidonia oceánica —como se ha mencionado en el punto 1— y las lagunas costeras. La franja litoral, que destaca por su excelente estado de conservación, contiene comunidades biológicas marinas sensibles que han empezado a verse amenazadas por la creciente presión humana. Esta medida afecta a las playas naturales de los Muertos, la Cala de Enmedio, la Cala del Plomo, San Pedro, el Playazo de Rodalquilar, la playa de la Isleta del Moro a poniente de los afloramientos rocosos contiguos, la playa de los Genoveses, la playa del Barronal, la playa de Mónsul, la playa de la Media Luna, la playa del Corralete y la Zona de Reserva Marina "Arrecife de Las Sirenas".

9. Subir al peñón de la Isleta del Moro o a la duna de Mónsul

Si antes decíamos que el saliente de Los Escullos está en peligro, tampoco están a salvo de pisadas indebidas otras dos zonas: la duna de Mónsul y el peñón de la Isleta del Moro. El director del parque, Salvador Parra, advierte de que hay zonas muy sensibles como estas que “deben ser respetadas”. Y es que, a pesar de que en Mónsul hay carteles informativos, es habitual ver a gente subir por la enorme montaña de arena. Está prohibido realizar acciones que atenten contra la configuración geológica de los terrenos, según establece la Ley 2/1989, de 18 de julio (BOE 201 de 23/8/1989) y el sistema dunar de Mónsul es una formación geológica frágil.

Varias actrices suben a la duna de Mónsul durante el rodaje de un videoclip.
Varias actrices suben a la duna de Mónsul durante el rodaje de un videoclip. / Diario de Almería

Menos conocido, pero no por ello menos importante, es el daño que se produce al subir al peñón de la Isleta del Moro. “El pisoteo continuo de las miles de personas que pasan por allí en los meses de verano está acabando con el arrecife mediterráneo y eso tiene un impacto en la conservación”, según cuenta Gloria García.

10. Dejar basura en playas vírgenes

Muchas de las playas y calas del parque natural tienen un difícil acceso, por lo que la gestión de los residuos es muy complicada. Por ello, una de las peticiones del director de Cabo de Gata a los turistas que visiten el parque este verano es que no dejen basura en “aquellas playas donde es muy difícil poner un contenedor y que vaya alguien a recogerlo”. Para no dañar este paraíso almeriense es necesario que la gente se conciencie de que deben llevarse su basura para depositarla después en un contenedor.

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