El nuevo polígono industrial de Almería en El Puche hace aguas

El nuevo polígono industrial planteado por el Ayuntamiento de Almería como la ampliación del Sector 20 de El Puche que requiere la capital para poder continuar su crecimiento económico hace aguas. Al menos tal y como lo ha planteado Urbanismo ante la Junta de Andalucía, cuyo veredicto, desde la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente, es la recomendación de reconsiderar la propuesta al evaluar que su desarrollo puede poner en riesgo la integridad del entorno y la seguridad de las futuras instalaciones.

Son varios aspectos con los que tropieza la modificación del Plan General de Ordenación Urbana de 1998 tramitada por el Consistorio para poder reconvertir las 12 hectáreas que estaban reservadas para una Ciudad del Transporte en un nuevo polígono industrial con el que superar el déficit de suelo productivo. El principal escollo expuesto por la Consejería, que ha elaborado distintos informes, es en materia de aguas donde se recoge una “matización de especial relevancia”. En la documentación aportada por el Ayuntamiento se indica que el suelo actualmente está clasificado como urbanizable sectorizado, con lo que no se actúa sobre suelo rural y es contiguo al suelo urbano. Sin embargo, el informe de aguas indica que esta afirmación “es incorrecta” ya que, tras la aprobación de la LISTA, el polígono industrial ha sido dibujado sobre suelo rural, una clasificación que no permite los usos propuestos.

Según el informe, “la implantación de un uso industrial implica, por lo general, la construcción de edificaciones de nueva planta, infraestructuras permanentes, naves, viales y áreas de almacenamiento o aparcamiento, elementos que pueden suponer un incremento de la ocupación del suelo, de su volumen construido y de su impermeabilización, todo lo cual resultaría incompatible con el régimen restrictivo que rige estas áreas. Además, muchos de los usos asociados al desarrollo industrial, como instalaciones eléctricas, almacenamientos de productos potencialmente contaminantes o infraestructuras logísticas, pueden –incide– estar expresamente prohibidos por el reglamento en función de su riesgo ambiental o de su vulnerabilidad ante las avenidas”.

Dicho esto, concluye que “cualquier propuesta de este tipo debería ser reconsiderada o, en su caso, rediseñada en base a un análisis más riguroso del riesgo hidrológico y de la normativa aplicable”, ya que, según advierte, “su desarrollo podría no solo resultar inviable desde el punto de vista jurídico, sino también poner en riesgo la integridad del entorno y la seguridad de las futuras instalaciones”.

Además, hay otros aspectos sobre los que la Junta ha advertido al Ayuntamiento. Entre ellos, el Plan Especial de la Vega del Río Andarax, actualmente en fase de formulación. Este Plan Especial busca garantizar la conservación y el uso sostenible de este espacio natural, proponiendo medidas específicas para la protección ambiental y la integración del territorio. Por ejemplo, en el ámbito afectado por la modificación puntual, el Plan contempla el trazado de un sendero de uso público vinculado al itinerario de Poniente, en concreto el Camino de Boleas, que sigue teniendo gran potencial como itinerario recreativo, si se adoptan las medidas necesarias.

De igual modo, sugiere medidas de conservación de la flora al haber presencia en el ámbito de actuaciones de Maytenus senegalensis, incluida en el Catálogo Andaluz de Especies Silvestres en Régimen de Protección con la categoría de vulnerable, así como de Androcymbium gramineum, presente en el Listado Andaluz de Especies Silvestres. Existen también vías pecuarias de interés –la Vereda de Alejandri y la Cañada Real del Río Andarax–, así como bienes patrimoniales de la cultura del agua de Almería como la Fuente de Alhadra, su partidor, el Caracol de Boleas y un pozo.